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Arahal

Cáritas Victoria Arahal implanta un nuevo sistema de ayuda a familias necesitadas

Cáritas Victoria Arahal implanta un nuevo sistema de ayuda a familias necesitadas

Cáritas Victoria Arahal. Cáritas de la parroquia Nuestra Señora de la Victoria ha empezado hace una semana un nuevo sistema para el reparto de alimentos. A partir de ahora, nadie tendrá que ir a la iglesia a recoger un carro con comida, las familias que necesitan ayuda podrán comprarlo en sus tiendas de confianza, la organización se hará cargo de pagar la cuenta. 

Para el responsable de Cáritas de la Victoria, el párroco Miguel Ángel García Badía, el objetivo fundamental es hacer de esta ayuda “algo digno” y tener que hacer cola dos veces al mes para recoger alimentos, a su parecer, no lo era. 

25 euros por miembro de la unidad familiar

Ahora se asigna 25 euros al mes por cada miembro de la unidad familiar y por el valor total pueden comprar en las tiendas asignadas, siete en total que generalmente son establecimientos de confianza que están en los barrios donde viven estas familias. Después, Miguel Ángel pasa a pagar y recoger las cuentas para controlar el dinero empleado y justificarlo.

Todo está controlado y agilizado gracias a las nuevas tecnologías. “Envío una foto de la documentación de la persona que irá a comprar al propietario de la tienda”, explica Miguel Ángel García. También, estos establecimientos disponen de un listado de productos que no se pueden comprar, como bebidas alcohólicas y bollería. Las familias si pueden adquirir carnes, frutas, leche, cereales, verduras, alimentos saludables y de primera necesidad.

Para el párroco se ha optado por este método también porque la mayor parte de la comida donada son “excedentes de empresas, principalmente arroz y pasta, había familias que tenían el armario lleno de estos productos porque dan lo que le sobra”. Y, además, en el almacén tenían un problema con los ratones y las hormigas. 

Este año, por tanto, la organización a nivel local ha renunciado a los alimentos del Banco de Alimentos y van a probar con este nuevo método de reparto. Empezaron por necesidad al interrumpir el reparto a causa de la pandemia y han seguido por convicción, sobre todo del responsable de la organización. El párroco calcula que necesitarán unos 24.000 euros al año para sufragar a las familias y gastos imprevistos que surgen. “Este sistema es más justo en el reparto porque es la familia la que escoge los alimentos, no recoge una caja ya preparada”, apunta.

 

Miguel Ángel García Badia durante una misa que retransmite en directo.

Cáritas Victoria Arahal: subvenciones

El Ayuntamiento de Arahal le asigna una subvención anual de 6.000 euros, una vez al mes la colecta de la misa es también para este fin y tiene donaciones de familias concretas, pero no completan el dinero. Este es motivo de desazón para los voluntarios que junto con el cura llevan adelante esta tarea. “El riesgo es que no haya recursos económicos y mis compañeros están preocupados, dependemos de la solidaridad de las personas, que ayuden más”, apunta Miguel Ángel.

En la actualidad tienen a 13 a su cargo, antes era 26. Y antes de hacerse cargo de esta labor, obtienen información real de la situación con una visita que les hace el párroco. Después, cruzan datos con los que maneja la Delegación Municipal de Servicios Sociales.

Pero Miguel Ángel García, que lleva más de media vida ayudando a familias necesitadas dice que hablar con ellas directamente es la mejor manera de saber cuáles son exactamente sus necesidades. Y esto es porque, a veces, llega hasta la iglesia información que no es concreta. Para muestra, Miguel Ángel cuenta que fue a ver a una señora enferma de la que le había contado que se iba al campo a rebuscar aceitunas porque estaba pasando muchas necesidades. 

Anécdotas

Hasta la vivienda de la señora fue y ella misma le dijo que se iba al campo porque le daba vida, tenía el beneplácito del médico para hacerlo y no le hacía falta ayuda. “Me dijo que salía al campo porque le gustaba y no estaba dispuesta a morirse en casa”, cuenta el cura que ha seguido visitándola posteriormente.

Historias parecidas pero con otros protagonistas son el pan de cada día del párroco que dice “tener mucha tarea pero también ratos libres para irme al campo y echarle de comer a mi gallina y sus nueve pollitos”. Porque si algo le sobra a este párroco es humanidad y atrevimiento para lidiar con la realidad diaria.

¿Ha aumentado la necesidad en Arahal después de la Covid? “En Cáritas de momento no se ha notado, hemos pasado de 26 familias atendidas a 13 y no son nuevas sino las mismas históricas que había”, concreta el párroco que dice no creer que nadie en esta localidad pase hambre. Principalmente porque en la actualidad hay muchas ayudas para atender las necesidades de quienes no tiene recursos, “los Servicios Sociales están muy pendientes y activan lo que sea necesario”, dice.

Sí admite que hay familias que necesitan “apoyo psicológico o psiquiátrico para afrontar los problemas que genera esta situación o ayuda para buscar empleo. Sabemos por ejemplo que hay adolescentes y jóvenes que pasan por periodos de ansiedad y no puedes hacer nada”.

Mirada de tranquilidad

El responsable de Cáritas de la Victoria cuenta que hay veces que le llega información sobre personas que están necesitadas en la zona que controla “me recorro todo el barrio y nadie conoce a nadie con necesidad”. Sí hay gente que se arregla con poco dinero. “Hay una señora que vive con 300 euros y me gusta escucharla cuando me cuenta cómo lo hace. Cocina lentejas para tres días, una parte las congela y hace como yo, me acostumbre a comprar los champús de litro por 90 céntimos”.

Hablar con Miguel Ángel García es experimentar la realidad desde su mirada de tranquilidad y estar dispuesto a oír mil historias de su sencilla vida cotidiana. Se asombra, por ejemplo, como una familia de origen marroquí de cinco miembros a la que ayuda es capaz de sobrevivir con una compra de 125 euros. “Tuve que ir a comprar con ellos y echaron en el carro varios kilos de harina, al que le sacan muchos partido, una botella de cinco litros de aceite girasol, varios sacos de pimientos, tomates y demás verduras, arroz, pañales para el bebé y poco más”, relata seguro explicando que con la harina hacen pan, tortas y diferentes tipos de producto. 

Ayudar a los demás

Este sistema nuevo de ayuda está de prueba y es incierto porque tendrán que conseguir 24.000 euros para cubrir las necesidades de las familias que ayudan pero, de momento, está resultando positivo para las familias porque es “más digno”. El cura estudia la posibilidad de conseguir tarjetas monederos para que ni siquiera él tenga que estar presente cuando hay que hacer una compra determinada, se le cargará a la familia la tarjeta y podrá ir a comprar lo que necesita.

Miguel Ángel García Badía no deja de pensar cómo mejorar vidas. Su presente después de jubilarse hace años de la Enseñanza, es estar pendiente de su comunidad y de un joven que tiene en acogida con el que vive. Levantarse por la mañana y verlo trajinar en la casa, le da vida.

Es un cura al que acudir para todo, porque lleva la palabra de Dios a la práctica en cada una de sus actuaciones. En los últimos días, le han dado un susto, cinco individuos intentaron robar en la iglesia donde causaron importantes destrozos. La Hermandad Sacramental de la Esperanza se ha ofrecido para arreglar los daños pero lo han llamado más personas para ofrecerle su ayuda.

Ahora solo hace falta que la sociedad preste esa ayuda que necesita para poder ayudar a los demás.

 

Miguel Ángel García Badia, de cura a ‘realizador’ de televisión

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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