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Arahal

Un vecino de Arahal pide ayuda tras quedar parapléjico por un accidente

Un vecino de Arahal pide ayuda tras quedar parapléjico por un accidente

Un vecino de Arahal pide ayuda tras quedar parapléjico por un accidente

[hierros]

Francisco García Sánchez es un joven de 34 años de Arahal. En julio de 2019 sufrió un accidente en el campo de feria que estuvo a punto de costarle la vida. Siete meses después, tiempo que ha estado en el hospital, ha vuelto a casa parapléjico, no tiene funcionalidad en las extremidades inferiores. Vive en un tercero de la barriada Camilo José Cela y el piso se ha convertido para él en una carrera de obstáculos. Su madre, Francisca Sánchez, va a solicitar en Servicios Sociales del Ayuntamiento de Arahal una sola cosa: cambiar la bañera por un plato de ducha y agrandar la puerta del cuarto de baño para que su hijo pueda, al menos, hacer sus necesidades y lavarse solo. “Me han dicho que echando ahora la solicitud, tarda más de un año en venir aprobada”, dice esta mujer.

Fue el 21 de julio, un día antes de la celebración de la patrona de Arahal Santa María Magdalena, con el pueblo de fiesta. Francisco volvió de la playa con su hermano tarde. Cuando llegó, cuenta la madre, que venía “alegrito” (había bebido durante el día) por eso le recomendó que se duchara y acostara. “Me dijo voy a darle una vuelta a los perros y vuelvo”.

Se cayó de cabeza de un árbol

A las cuatro de la madrugada, su madre se despertó y vio que no estaba, extrañada miró por la ventana, así lo cuenta. Cuatro horas y media después sonó el teléfono, la llamaban desde el Hospital de Valme, su hijo había sufrido un accidente y estaba en la UCI. Se subió a un árbol que está al final del campo de feria, junto a la zona de botellona. Y cayó de cabeza, a sólo unos centímetros de un banco de hormigón. 

Francisco quedó inconsciente y malherido en el suelo. Después de ser estabilizado por los sanitarios, la ambulancia lo trasladó al Hospital Virgen del Rocío. El accidente le provocó una lesión medular de nivel neurológico sensitivo-motor, “fractura traumática del cuerpo vertebral y daño en tres vertebras T-10, T8 y T12”, según figura en el parte médico. 

En este centro sanitario estuvo un mes, después pasó al Hospital de Valme para terminar en el de San Juan de Dios de Bormujos, donde ha estado cuatro meses con rehabilitación diaria. Desde el 27 de febrero ha vuelto a casa y está en sillas de rueda, la rehabilitación tiene que hacerla él mismo y dice que se siente con fuerzas.

Pero mientras, necesita como mínimo cierta independencia para andar por su casa y cubrir sus necesidades más básicas. Ahora no sabe a quién acudir para que el plazo que le da la administración se reduzca lo más posible porque no tienen recursos para adaptar el baño a las nuevas necesidades de su hijo. “Tengo que lavarlo en la cama y está sondado porque no puede entrar en el baño, no puede valerse por sí mismo”, dice su madre.

 

Un amigo y su hermano bajan a Francisco a la calle desde el tercer piso en el que vive.

 

Lo bajan a la calle los hermanos, vive en un tercero

Para Francisco este no es el único impedimento que tiene a la hora de llevar una vida normal. Vive en un tercero sin ascensor, pero esta familia sabe cuáles son las limitaciones. “Que hagan un ascensor o cualquier otro medio para bajar y subir sabemos que es imposible, pero el cuarto de baño no es tanto y por eso hemos pedido ayuda”. Este martes tienen cita con los técnicos del área municipal de los Servicios Sociales, pero cuando fue a pedir cita, ya le dijeron que la ayuda para hacer la obra tarda “más de un año”. Por eso se pregunta Francisca, cómo van a estar así tanto tiempo.

En la actualidad viven cinco personas en la vivienda, cuatros adultos, todos en paro, y un menor. Los hermanos de Francisco vienen a media mañana para bajarlo con la silla de ruedas y que pueda al menos respirar el aire de la calle. Se conforma con poco, dice su familia. A esa hora está preparado, vestido, lavado y con los ejercicios que le ha prescrito su fisioterapeuta para que fortalecer la musculatura.

Su familia y los amigos dicen que tiene claro que volverá a andar. Francisco es todo coraje, pero de momento de cintura para abajo no siente nada. José Antonio Lara, uno de sus amigos, va a verlo a menudo y le da ánimo.

Todo corazón

“Es todo coraje y corazón, y el que mantenía a su familia, lo mismo trabaja en el campo que en los albañiles, donde lo llamaran, allí iba”, describe. Pero ahora están bajo mínimos en recursos económicos, a la espera de que le llegue una pensión que ha solicitado. A la pregunta de cómo se las arreglan, contesta su madre “limpio algunas escaleras cuando me sale y del desempleo cuando lo hay”.

La familia ha pasado lo peor. “Siete meses se ha llevado con el hijo en el hospital, sin moverse prácticamente de su lado. El hijo pedía más comida para que ella pudiera comer algo”. Ahora piden ayuda a la administración sólo para lo urgente: cambiar el plato de ducha y ampliar la puerta para poder entrar en el baño con la silla de ruedas.

En la mirada tímida de Francisco hay un rastro de esperanza, lo que pasó pudo evitarlo pero ya no hay marcha atrás y ha pagado por ello. De esos días recuerda el intenso dolor en la espalda y las heridas que su perro le dejó en la cabeza intentando despertarlo cuando cayó inconsciente al suelo. Perro que volvió solo a casa y no paraba de labrar a su madre.

Imputado por conducción temeraria tras persecución policial desde Arahal a Las Cabezas de San Juan

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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