Cultura
Tras las huellas de los maestros sufíes andaluces en Marchena, Arcos y Orgiva
Salma La Palestina dueña de la casa andalusí de Córdoba, esposa de Roger Garaudí e investigadora del sufismo vino a Marchena buscando los restos de Sham Um Al Fuqara (Sol Madre de los Pobres), conocida actualmente como Fátima de Marchena. Los sufies piensan que basta entrar en contacto con la tumba de un sabio para adquirir su conocimiento. Y Shams era maestra del maestro Ibn Arabí.
El sufismo -misticismo de origen islámico- en Andalucía vive un renacimiento con tres lugares clave, Orgiva, Arcos y Córdoba y tres maestros del antiguo Al-Andalus, Shams de Marchena, Fátima de Córdoba e Ibn Arabi. Solo en Orgiva hay mas de mil sufíes, y en Arcos se reúnen una vez al año. También hay centros sufíes en Málaga, Sevilla y otras ciudades españolas.
SABER MAS: COMUNIDAD SUFI DE ESPAÑA // LOS VIAJES DE IBN ARABI // EL LEGADO ANDALUSI
Los maestros sufíes de muchas órdenes desde hace siglos consideran a Ibn Arabi como un gran maestro conocedor por ‘experiencia (espiritual) directa’, al que incluso han dado el calificativo de Sheij al Akbar, «el más grande de los maestros» y además fue un gran filosofo con 200 obras publicadas y famoso en todo el Islam. Viajó desde su Murcia natal hasta Damasco, Asia, La Meca, Anatolia y Turquía. Para saber más, ver Los Viajes de Ibn Arabí. Para Ibn Arabi, cada persona tiene un camino único hacia la verdad, y ésta une todos los caminos, lo que muestra una apertura a la convivencia y al respeto entre las religiones.
MARCHENA, ANTIGUA ESCUELA SUFI
La mezquita de Marsen-ah-al-zaituna (Marchena de los olivos), probablemente ubicada bajo el templo de Santa Maria tuvo una madrassa (escuela coránica) muy influenciada por el sufismo gracias a la presencia del maestro sufí Ibn Arabí (1.165-1241), filósofo conocido en todo el mundo, -comparado con San Juan de la Cruz y venerado en todo el islam. La web los viajes de Ibn Arabi informa que el sabio pasó por Marchena, Sevilla, Carmona, Morón y Lora del Río.
QUE VER EN MARCHENA
Aquí, Abdul Mayid enseñaba el Corán y predicaba en torno a 1190. Shams Umm al-Fuqarâ, -Sol, madre de los pobres era una de las maestras que influyó en el gran Ibn Arabí «Ella tomó posesión de mí y yo de ella, porque cada uno posee su compañero. Que yo soy suyo es evidente” escribió en su famosa obra Rûh al Quds. “Es en Marchena de los Olivos —población situada no lejos de Sevilla -donde conocí a Shams Umm al-Fuqarâ’. (…) Tenía un corazón fuerte, una noble energía espiritual”.
De Abdul-Mâjîd ben Selmah, predicador de la mezquita de Marchena, que se sabía de memoria el Corán y los Hadices, dije Ibn Arabí “hombre de piedad y merito que siempre estaba al servicio de los fuqarâ, (faquir, estudiante). «¿Por qué medios llegan los Abdâl a ser Abdâl?», y él me respondio «Por el silencio, la soledad, el hambre y la vigilia.Después de esto este hombre desapareció. Pero la estera estaba debajo de mí». De los tiempos de Al Andalus Marchena no solo conserva su muralla, también la tradición de la carpintería de lo blanco, albañiles y artesonados además de la leyenda de la sombra.
ALPUJARRA: ORGIVA, CAPITAL DE LOS SUFIES ANDALUCES
QUE VER EN ORGIVA
En Orgiva, capital de la Alpujarra granadina, a su larga tradición de hippies y gente alternativa procedente de todo el mundo, se suma ahora una floreciente comunidad sufí que se reúne en torno al café Baraka, compuesta sobre todo por extranjeros o españoles que han abrazado una forma de vida basada en la contemplación y el misticismo, de la misma forma que en el budismo se hizo famoso por sus meditaciones. En todos los centros sufíes cada jueves al anochecer organizan meditaciones sufíes (dhikr) o‘recuerdo de Dios’ recitación conjunta de distintos versos y mantras a los que puede acudir todo el mundo. Del grupo de Orgiva ha surgido el grupo de danza y música de Neyzen Castro. CENTRO SUFI ORGIVA
CASA ANDALUSI DE CORDOBA
Salma Al Taji Al Farouki, regenta la Casa Andalusí de Córdoba a donde vino procedente de su palestina natal hace más de 20 años con el filósofo, líder comunista francés e investigador Roger Garaudy para difundir los valores de Al Andalus. «Cada cosa creada tiene una forma de alabar a Dios, las plantas, los animales» explica Salma con la voz cansada por sus casi ochenta años.
El sosiego de su voz es el mismo que el sosiego de su casa. Una casa y tetería árabe cerca de la Puerta de Almodóvar justo frente a la Casa de Sefarad, -que cuenta el legado de los judíos andaluces-, donde uno puede perderse en la belleza de los patios, el agua, las plantas o los numerosos libros de sufismo que tiene sobre las mesas y a menudo regala a los visitantes. En medio de este sosiego y belleza Salma nos invita a «buscar la verdad, el cómo y el porqué de cada cosa». Orgiva, Granada y Arcos, viven hoy un auge del sufismo.
UN PALACIO SUFI EN ARCOS
A Arcos los sufíes comenzaron a llegar hace treinta años buscando un lugar apartado y lleno de historia. Alli han fundado la Asociación Sufí de Arcos y se reúnen anualmente en la Tekia de Zahara. Llegaron en tiendas de campaña pero han logrado levantar un palacete cerca de Arcos de la Frontera donde realizan sus cultos, meditaciones que reúne miles de personas de varios países. Se llega por el carril de los aceiteros, y se ubica junto al campo de Golf, en la barriada de rural de La Sierpe.
Su auge coincidió con la investigación del círculo mágico o círculo sufí ubicado en la puerta de la Iglesia de Santa María de Arcos por el cronista de Arcos Manuel Pérez Regordán hace treinta años. Tras tres décadas de investigación los expertos sugieren que se trata de un círculo de doce piedras o dovelas rojas y blancas, que al mismo tiempo funciona como calendario, y tiene incrustadas con piezas de plomo diversas constelaciones celestes.
Al mismo tiempo sus medidas nos dejan una serie de notas musicales para interpretar una serie de melodías con las que llevar a cabo meditaciones y rituales sufíes.
RITUAL SUFI ANDALUSI: UN LEGADO MUSICAL MILENARIO
El ritual sufí andalusí tiene más de mil años y ha sido investigado y recuperado por músicos como los hermanos Luis y Eduardo Paniagua, que además construyen y recuperan instrumentos antiguos. Para los sufíes la música es un instrumento para llegar al éxtasis y sus notas relacionan los sonidos y las escalas con las fuerzas cósmicas buscando influir en la psique humana a través de las melodías modales de la tradición andalusí.
Los tambores representan el ritmo del corazón, la flauta marca el ritmo de la respiración, el frotar del arco las dos cuerdas del rabab, hace vibran los órganos del cuerpo y el salterio (qanun) representa el tacto físico con el pulso de los dedos mientras en la la sonoridad del laúd es esencial el ritmo e intención siempre in crescendo hasta llegar a un clímax final. De esta forma consiguen lo mismo que una meditación budista, apagar la mente, y entrar en su verdadera naturaleza y esencia, o lo que es lo mismo, entrar en contacto con la energía divina.
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