Trapicheos de droga, suciedad, ratas y heces de perros preocupan a los vecinos de la barriada de las flores en Arahal

Trapicheos de droga, suciedad, ratas y heces de perros preocupan a los vecinos de la barriada de las flores en Arahal.

Los vecinos de la barriada de las flores de Arahal están cansados de la dejadez que sufre el barrio. Basura, papeleras a rebosar, zona ajardinada sin cuidar y heces de perros a todas horas. “Es el cagadero del barrio”, denuncian. Pero lo peor es que la calle se ha convertido en un pasillo de venta de droga: “Pasa uno, la esconde en las plantas y al poco llega otro y  la recoge”, describen. 

“Hoy han venido a barrer y llevaban meses sin aparecer, parece que se había enterado que teníamos esta reunión”, dice uno de los vecinos que está cansado de denunciar en su perfil de redes sociales la situación que viven a diario en una calle peatonal que está en uno de los laterales de 24 casas de doble planta con más de 31 años de antigüedad, bonitas, limpias y bien conservadas. Aseguran que también lo han puesto en conocimiento de los responsables municipales, “incluso se lo hemos dicho de manera particular al alcalde y todo sigue igual”.

Según los vecinos, las papeleras rebosan de basura la mayor parte del tiempo.

Las ratas pasan de un arriate a otro

La calle está delimitada en uno de los lados por las viviendas y en la otra por un muro que la separa de la parte trasera de las casas ubicadas en la calle Tapiz. A esta vía dan las calles Nardo, Rosa, Clavel, Camelia, Jazmín, Azucena y Gladiolo. A lo largo del muro citado, hay un arriate con enredaderas, medio secas por tramos, que está siempre lleno de papeles, restos de comidas, latas de refresco, cervezas. Por aquí ven a veces correr las ratas pasando de este arriate al central de la calle para esconderse entre las plantas que se desbordan por sus límites.

También hay varias papeleras que rebosan porque no se limpian a menudo. Y en los arriates que dividen la calle en dos, las plantas crece a su libre albedrío, la tierra está seca porque, según aseguran, “las tuberías de goteo no funcionan o simplemente nadie se acuerda de abrir la llave de paso para regarlos de vez en cuando”. Hay vecinas que han plantado algunos rosales y otras flores para intentar mejorarlo. Una de ellas comenta que “mi marido sale con un cubito de agua para regar porque el arriate es muy grande, al menos que no se sequen”.

El «trapicheo» es lo que más preocupa

Pero uno de los temas que más preocupados tiene a los vecinos es el “trapicheo” de droga que ven a menudo en la calle. “A veces nos encontramos los restos de los materiales que utilizan para fumar o para envolver la droga tirados en el suelo y los hemos visto llegar, esconderlo en esta planta grande de romero para que alguien la recoja al rato”. 

A la suciedad de la calle, que empeora sobremanera cuando el IES Al Ándalus está abierto, suman las heces de perros. “Gente de zonas cercanas, como saben que por aquí no va a pasar la policía, traen los perros para hacer sus necesidades, así sus calles están limpias”. Al ser calle peatonal, es más tranquila de tráfico, aunque de noche las motos pasan a toda velocidad”. 

La barriada de las flores están entre La Palmera y los pisos de Camilo José Cela. Ellos insisten en que es un barrio de buenos vecinos y vecinas, donde no hay problemas de convivencia. De hecho, para denunciar la situación han creado un grupo de whastapp donde ponen fotos en las que se ve como amanece algunos días la calle lateral por la que salen a la Avenida de las Flores.

Justo al lado hay un solar donde en breve comienzan la construcción de las nuevas oficinas de empleo. Por esto tienen la esperanza de que “a ver si entonces le echan un poco de cuenta a esta calle”.

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