«Sólo pensar lo que hubiera pasado, tengo el cuerpo malo»

Juan Benjumea, vecino de Paradas, vio como se rompía la vía ferroviaria a su paso por el término municipal de Paradas, llamó al joven Joaquín Rodríguez, que paseaba con su perro, para que diera el aviso al 112 Emergencias

Juan Benjumea tiene 66 años y, después de sufrir un infarto, el médico le dijo que la mejor medicina era andar un rato todos los días. El domingo cumplía con lo prescrito y, como hace casi a diario, fue con su mujer a andar junto al camino que pasa junto a la vía ferroviaria, en término municipal de Paradas (Sevilla). Dice que desde pequeño le ha gustado contemplar como pasa el tren y, cuando lo sintió, se paró un momento en el camino. Cuando llegó a su altura, sintió un ruido, que fue en aumento conforme la máquina y los vagones pasaban. «El último fue un crujido terrible y vi que el maquinista no se había dado cuenta».

Juan Benjumea junto a Joaquín Rodríguez, los dos vecinos de Paradas que evitaron el accidente del tren.

El próximo tren estaba a punto de llegar. Es una línea de Media Distancia que sale de Sevilla a las 16:00 horas y llega a las 19:10 a Granada y, más de dos horas después, a Almería. Un domingo por la tarde, esta zona horaria suele ir cargada de estudiantes o viajeros que volvían de fin de semana.

Después del aviso comunicado por Adif, empresa encargada del mantenimiento de la infraestructura, el tren paró antes de llegar al kilómetro 33,100, lugar exacto de la avería. El maquinista comprobó cómo, efectivamente, la avería en la vía era de gravedad y podía haber provocado un descarrilamiento. La vía estaba partida y hundida, «el tren se hubiese salido de la rodadura», explicó Antonio López, responsable de Comunicación de la empresa.

Sin saber la importancia exacta de los que Juan Benjumea había visto, se dejó llevar por un presentimiento y pensó que tenía qué podía hacer porque otro tren estaba a pocos minutos de llegar. En ese momento, cuenta, «tardé un poco en reaccionar» y, como no está muy puesto en «internet ni teléfonos», pensó en llamar a sus hijos para que avisaran sobre lo que había visto. «Ellos están más puestos», dice. Desde lejos vio venir al joven Joaquín Rodríguez y empezó a hacerle señales con los brazos.

Estado en el que quedaron los travesaños de la vía ferroviaria en el lugar de la avería. Foto: A.I.

Joaquín Rodríguez va a menudo por ese camino con su perro. Y ese domingo estuvo a punto de no hacerlo ya que andaba cansado. Sin embargo, la casualidad, que otras veces lamentas, hizo posible que estuviera cerca y viera a Juan hacerle señas desde lejos: «Pensé que era alguna broma, porque Juan es muy bromista». Se acercó y vio lo que había pasado. Llamó al 112 y al alcalde de Paradas, Rafael Cobano, que, a su vez, llamó a la Policía Local de Paradas, los primeros agentes de la autoridad en personarse en el lugar de los hechos.

Dos travesaños de las vías ferroviarias estaban partidos y los raíles desnivelados. La estructura en ese espacio averiado no sostendría el peso ni la velocidad de otro tren. La vía en este tramo es una larga línea recta. Según la página de Renfe, la velocidad media de este tren en su recorrido (Sevilla-Almería) es de 65 km/horas. Durante la tarde que esta web realizó la entrevista a Juan y Joaquín en el mismo tramo de la avería, pasó un tren y la velocidad en esta larga recta es superior a la indicada por la compañía.

El joven Joaquín dice que no se había percatado de la importancia de lo ocurrido hasta después, cuando el alcalde le dijo que habían cortado la vía del tren y, sobre todo, cuando vio las condiciones en las que estaban los travesaños. Incluso grabó la avería con su móvil (grabación que se incorporará en un reportaje en vídeo).

Juan Benjumea no quiere ni pensar si no da la casualidad de que pasa por la zona a esa hora, que se percata a causa de un presentimiento de lo que había pasado, que llama a Joaquín para que dé el aviso. Finalmente se va a su casa sin dejar de pensar qué hubiera pasado, «no me lo quito de la cabeza, sólo de pensarlo, tengo el cuerpo malo».

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