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Semillerías que mantienen la tradición de los pueblos

Semillerías que mantienen la tradición de los pueblos. Lugares donde nunca sabes lo que vas a encontrar y donde las temporadas de venta se miden por las costumbres y tradiciones.

Entrar en una semillería, como por ejemplo Caña y Barro de Arahal -también es Jardinería-, es no saber nunca con qué te vas a encontrar. Tiene casi mil tipos de productos diferentes, pero hay algunos cuya comercialización de por sí sorprenden. Es el ejemplo el abono de excrementos de murciélago o de pingüino, denominado guano (del quechua wánu, ‘abono’). Pero las compras en este establecimiento dependen también de las costumbres de los lugares donde están ubicadas llegando a definir muchas de las tradiciones de los pueblos.

Así es como en pocos días Rosario Martín Brenes, responsable de esta tienda, comenzará a preparar cartuchos de especias. Porque la llegada de la Navidad, al igual que pasa con la Semana Santa, supone que la actividad en las cocinas familiares se centren en preparar roscos, empanadillas o pestiños. Durante la Cuaresma además se suman las torrijas.

Especias y otras hierbas

Canela, anís en grano, canela en polvo o en rama, ajonjolí, repartidos en botes de cristal se suceden en la estantería de la tienda, junto a otras hierbas que se venden todo el año. Hay aquellas que te ayudan en el tránsito intestinal (manzanilla, romero, poleo), para relajarte y dormir mejor (valeriana, corteza de azahar y de limón, tila o melisa), para eliminar los gases (hierba luisa) o para condimentar los guisos (albahaca, tomillo, perejil, también romero).

Incluso hay hierbas que comparten propiedades curativas y alimentarias, como ocurre con el ajonjolí, esas semillitas que le dan un toque especial a las tortas de almendras que puedes encontrar en cualquier panadería de Arahal cualquier día del año. O aquellas como la alhucema, semillas de lavanda, utilizada para la aromaterapia en productos de aseo o perfumadores, pero que antaño servía para echar en la copa de cisco e impregnar toda la casa con un olor que muchos vecinos de los pueblos guardan en la memoria de su infancia.

En esta época, Rosario tiene también justo al lado del mostrador miel de eucalipto, azahar, cantueso, castaños y mil flores. Que servirán para endulzar desayunos pero, sobre todo, especialmente en esta época, ofrecer vitaminas necesarias para combatir los refriados.

Excrementos de pingüinos y murciélagos

Sobre abonos hay tan diferentes que es imposible imaginar cómo se recolecta los excrementos de un pingüino o de un murciélago. Son productos con cada vez más aceptación, sobre todo en los amantes de los huertos urbanos.

En los pueblos, los aficionados a plantar productos para consumo propio, tienen más opciones que los habitantes de grandes centros urbanos. Siempre está el que puede solicitar uno de los huertos municipales que existen en Arahal o, bien, aprovechar un cachito de terreno de la parcela propia o de un familiar.

Lo cierto es que hay mucha afición a la agricultura así entendida, como la hay a la crianza de gallinas o pavos. De hecho uno de los productos de esta semillería que más salida tiene es el pienso compuesto para aves. También hay para conejos, hamsters, loro, perros, gatos, palomos, inseparables y hasta horones, porque ahora hay quien los tiene de mascota y andan por las viviendas como si fueran perros.

Árbol del caviar cítrico

Pero uno de los productos más exóticos de esta semillería con productos de jardinería es sin duda el árbol del caviar cítrico. Se trata de un arbusto silvestre originario de Australia. Es un nuevo producto de la cocina gourmet, de 3 a 6 metros de altura, con espinas afiladas que se adapta a cualquier tipo de suelo.

El fruto es un cilindro alargado, de piel fina y, en su interior, guarda unas vesículas esféricas cargadas de un jugo ácido de aroma frutal que recuera al limón y que es muy utilizado en la platos gourmet, sobre los que contengan marisco o salmón.

Otra de las plantas más originales que puedes encontrar en este establecimiento de Arahal es las que viven sólo del aire. No necesitan casi agua ni tierra. Sólo en verano, y de vez en cuando, hay que espurrearlas con agua.

Caracoles y aceitunas

Por lo demás, la venta está definida por temporadas. En mayo los clientes buscan las especias para cocinar los caracoles, en invierno recurren a las legumbres y en tiempo de verdeo, como es el actual, todo lo necesario para aliñar las aceitunas.

Ahora existe una especia combinada, aunque las opciones de compra dependen del tipo de aliño y de las distintas formas de elaboración artesanal. Porque la preparación de aceitunas pasa de generación en generación, marcando siempre la diferencia con las que hasta ahora se comercializan.

Por lo demás, si entras en Caña y Barro descubrirás un mundo con productos para alimentar, cuidar, trabajar y regalar. Un millar de productos para mantener cuidar de las tradiciones.