Sánchez Gordillo: el incombustible alcalde de la República Independiente de Marinaleda

Sánchez Gordillo: el incombustible alcalde de la República Independiente de Marinaleda.

Llega a su despacho lentamente, con unas gafas de sol de espejo que impide ver su mirada. El despacho está lleno de recuerdos, libros en las estanterías, varios mapas de Marinaleda de cuando él se hizo cargo de la alcaldía hace 40 años. Hay tres banderas, la de Andalucía, la de la localidad y la de la II República Española. Encima de la mesa dos puños cerrados unidos por una cadena detrás de los que se sienta cada día desde hace más de 40 años. Es Juan Manuel Sánchez Gordillo (Marinaleda, febrero 1952), alcalde de Marinaleda.

Hace poco tiempo que sufrió un ictus y esto impide que haga una campaña como a él le gusta, dejando su afán en cada mitin, en cada charla, en cada encuentro. Pero aún así, su genio brota a la menor oportunidad de que la pregunta del periodista se pueda volver en su contra. Por eso empieza la entrevista diciendo que está bien y afirma rotundamente que “creo en lo público más que en lo privado”, afirmación que repite a lo largo de toda la charla.

Un parque natural que atraviesa el pueblo

Marinaleda es un pueblo de la sierra sur sevillana con poco más de 2.600 habitantes. Un paseo por la calles sirve para comprobar que está alejado de la vanguardia pero tiene infraestructuras propias de localidades más grandes y mucha zona verde. Dicen que es uno de los que más parques tiene por número de habitantes.

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El casco urbano discurre sobre un parque natural que casi atraviesa el pueblo a un lado de la Avenida La Libertad, la que lo divide en dos al pueblo, o lo que es lo mismo la carretera A388. Un pulmón rodeado de pistas de tream, tenis y desniveles para practicar cualquier tipo de marcha sin alejarte mucho del pueblo.

Nada indica que a Marinaleda haya llegado la globalización. La gasolinera que da entrada al casco urbano se llama Santiago. Hay también una Peluquería Toni, Tienda de Ultramarinos Martínez González Adela, Aceitunas La Tinaja, Tienda Rafi-Silva o “la Calera” y supermercado Ramón Jiménez Jurado. No hay Lidl, Día y mucho menos Mercadona, ni BP, REPSOL, ni franquicia ninguna que represente a una multinacional o cadena de empresas nacionales.

Lo privado es necesario, pero no para destruir empleos de vecinos

Pero todo tiene una explicación para Sánchez Gordillo. “Lo privado es necesario, pero si viene a instalarse el Mercadona se cargaría a los pequeños empresarios, al mediano comercio”. Además habría más paro porque él está convencido de que en esta cadena de supermercado “pagan menos a la gente”. Por el contrario, explica, que el Ayuntamiento se vuelca con los vecinos que quieren poner un negocio. “Les damos local gratis y pagan los mismos impuestos que cualquier otro vecino”. Y, además, asegura que  Marinaleda es el pueblo donde menos impuestos se paga.

Según las últimas estadísticas de este mes de abril, en Marinaleda hay 98 parados, es decir, un 7,63% lo que supone más de 13 puntos por debajo de la tasa en Andalucía y 7 puntos con respeto al resto de España.  

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-¿Cómo consigue que sólo haya 98 personas paradas en su pueblo?

«Esos 98 son los que no quieren trabajar. Lo que hacemos aquí se puede hacer en cualquier sitio de Andalucía y del resto de España. La tierra y las industrias deben estar en manos de muchos, no de unos cuantos porque entonces utilizan el dinero como les da la gana».

Cooperativa «El Humoso»

En la cooperativa El Humoso, donde trabaja una parte importante de los jornaleros de Marinaleda, el sueldo es de 1.250 euros al mes. Parte de la finca (1.159 hectáreas) fue expropiada por la Junta de Andalucía en 1987 y cedida al pueblo después de un periodo de lucha y ocupaciones encabezadas por el Sindicato de Obreros del Campo (SOC) en la que destacó el alcalde.

Se trata de un proyecto que ha logrado la transformación social de la localidad gracias a la producción agrícola que de ella se deriva y la industrialización de productos ecológicos como aceite, habas, pimiento rojo o alcachofas.

Pero no es el único proyecto del que está orgulloso el alcalde. Han hecho posible la construcción de 350 viviendas. “La vivienda debe ser un derecho real, no sólo teórico y aquí en Marinaleda es así”, explica Sánchez Gordillo. Y lo es porque el Ayuntamiento pone el terreno, los materiales y el proyecto que realizan los técnicos municipales.

La persona a la que se le concederá el usufructo trabajará en régimen de cooperativa en su construcción y, si no puede porque tenga ya trabajo, pagará el sueldo. La vivienda es siempre propiedad del Ayuntamiento, el usuario tiene su usufructo y, una vez se instale, paga 15 euros al mes. No puede venderla, por lo tanto, no hay especulación. Si se va del pueblo por alguna razón, pasa al Ayuntamiento de nuevo y se le devuelve el dinero empleado, lo que supone la construcción. Y se puede heredar de padres a hijos.

Se vive mejor que en el resto de la comarca

Por eso el alcalde dice “que en Marinaleda se vive mejor que en el resto de la comarca” porque los vecinos tienen vivienda asegurada y trabajo. Y explica que el valor de la vivienda lo dan los ayuntamientos. “El suelo para edificar la primera vivienda no puede ser especulable y lo mismo da en Sevilla, que en Madrid, Barcelona o Málaga”.

Entre los proyectos que lleva en el nuevo programa electoral, el undécimo que presenta, hay dos que son claves para él: seguir construyendo viviendas y dotarlas de energía para que el pueblo sea autosuficiente. Por eso están en contacto con una empresa catalana para conseguir energía barata. “Apostamos porque Endesa sea una empresa pública, pero mientras no es así, tenemos que conseguir la suficiencia energética para los vecinos del pueblo”. De hecho, las viviendas construidas en el pueblo tienen ya placas solares.

La imagen de Marinaleda está condicionada por la de su propio alcalde. Pero él asegura que aquí “cuidamos de lo privado cuando es de nuestros vecinos”. Y trabajan con alternativas.

No estamos quemando iglesias ni santos

Hay dos iglesias y vecinos que van a los cultos. “La gente puede ir donde quiera, el que quiere ir a la procesión, va. Libertad absoluta y clara”, apunta. Además como en muchos pueblos de Andalucía salen procesiones a la calle. Pero para estas fiestas, el Ayuntamiento organiza una serie de actividades en la calle, conciertos, teatro exposiciones, de manera que quien no quiera asistir a los actos religiosos, pueda disfrutar también de los días festivos.

Cuando se le pregunta a Sánchez Gordillo qué tal se lleva con el cura dice sonriente: “Ni bien ni mal. No estamos quemando iglesias ni santos. No creo en Dios ni en ninguna religión. Creo en Cristo como un hombre adelantado a su tiempo, en Gandhi, en el Che”.

Incluso ya cansado por el esfuerzo de una larga entrevista, el alcalde no elude ni una pregunta, por comprometida que sea.

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-Si llega a gobernar el partido que usted representa, ¿podrá evitar el capitalismo, la dictadura del mercado, las multinacionales y el Banco Mundial?

En este momento parece que esperaba otra pregunta o bien se adelantó a la que iba después y dijo: “No estoy de acuerdo con la compra del chalé (de Pablo Iglesias), lo digo claramente. 2.500 metros son inviables para el medio ambiente, toda la población de España no puede tener un chalé de 2.500 metros, harían falta tres o cuatro Españas. Es totalmente incomprensible. Ahora bien, estamos en Unidas Podemos porque es lo menos malo, cuestionan el sistema y cuestiona que los medios de comunicación tienen amos”.

«IU ha perdido al unirse a Podemos»

Y después admite que “da la sensación de que IU ha perdido al unirse a Podemos” pero “puede que se complementen”.

Juan Manuel Sánchez Gordillo jamás ha cobrado por ser alcalde, sí cuando ha sido parlamentario andaluz por IU. Es profesor de Historia y, mientras ocupaba la alcaldía, es de esta profesión de lo que ha vivido. Tampoco cobran el resto de sus concejales. Lleva una camiseta que enarbola la nación andaluza, con los colores y el símbolo de la arbonaida, palabra que en lengua romance andalusí significa “Blanca y verde”.

Ahora es pensionista, cobra más de 1.000 euros, dinero con el que, dice, ayuda a los demás. Pero aprovecha para reclamar la subida de las pensiones al salario mínimo interprofesional porque «no llego a fin de mes».

El alcalde de Marinaleda vuelve a presentarse el 26 de mayo como candidato a alcalde y ya van once veces, la primera en 1979. Su foto pidiendo el voto está colgada por toda la Avenida Juan XXIII, sin gafas oscuras, con un chaleco de invierno de greca, y una estrecha bufanda echada por encima. Con su característica barba poblada de canas.

PSOE y PP son lo mismo

Su discurso se repite por años denunciando la actuación de EEUU, la injerencia en la soberanía de otros países buscando su petróleo. El sistema capitalista para él es el culpable de muchos males de la sociedad actual y señala directamente al PSOE y PP como partidos similares, con el mismo objetivo: obedecer a la Banca.

Y su esperanza es que cuando se vaya será el pueblo el que lo decida y tiene la posibilidad cada cuatro años. Este hombre  parece incombustible. Nadie se explica de dónde saca la fuerza de voluntad para superar en poco tiempo una enfermedad que lo ha dejado tocado, pero no hundido.

Quizás sea que, después de 40 años, está seguro de que deja un legado en manos de quienes lo continuarán. Y por eso acaba preguntando ¿Por qué va a triunfar el capitalismo? ¿Por qué no llegará el día que caiga?