Connect with us

Sociedad

Reunificar deudas no significa pagar menos, significa pagar mejor

Cada vez más personas buscan información sobre reunificación de deudas. No porque tengan caprichos que financiar, sino porque la situación se les ha ido de las manos. Préstamos por aquí, tarjeta por allá, una financiación de un móvil que se arrastra desde hace un año… Y sin darte cuenta, llega un momento en que ya no sabes ni cuánto pagas al mes. Ahí es donde aparece esta opción.

¿Qué es y qué no es una reunificación de deudas?

Reunificar deudas no es borrar lo que se debe. Tampoco es una forma de pagar menos intereses por arte de magia. Se trata de agrupar varios créditos en uno solo, con una única cuota mensual y normalmente con un plazo más largo.

La ventaja es clara: al tener una única deuda, se simplifica el pago y, en la mayoría de casos, la nueva cuota mensual es más baja. Pero eso no significa que pagues menos en total. Al alargar el plazo, puedes acabar pagando más intereses, aunque cada mes te parezca un alivio.

Quién puede reunificar deudas y cuándo tiene sentido hacerlo

No todo el mundo puede hacerlo. Para que una entidad acepte la operación, debe ver que tienes ingresos regulares y que no estás ya en situación de impago. Si estás en listas de morosos o tienes deudas judicializadas, será muy difícil conseguir una reunificación.

Tiene sentido hacerlo cuando los pagos mensuales se están comiendo gran parte del sueldo y empieza a haber riesgo real de no poder afrontar las facturas. También cuando tienes más de tres o cuatro deudas distintas y cada mes te cuesta organizarlas.

Requisitos habituales para que te la aprueben

Normalmente, se necesita:

  • Un contrato laboral o ingresos regulares demostrables.
  • No estar en ASNEF o RAI.
  • Un porcentaje de endeudamiento aceptable (lo ideal es que las deudas no superen el 40% de tus ingresos).
  • Aportar documentación clara sobre todas las deudas actuales.

En algunos casos, también se puede pedir una garantía, como una vivienda o un avalista, aunque no siempre es obligatorio. Las condiciones cambian bastante según la entidad financiera y el perfil del solicitante.

Ojo con lo que te ofrecen sin explicar demasiado

Hay ofertas que suenan bien, pero que esconden costes extra. Comisiones por apertura, gastos de notaría, seguros obligatorios… Todo eso suma. Antes de aceptar cualquier oferta, hay que hacer números, leer bien los contratos y, si hace falta, consultar con un experto.

No hay que quedarse solo con el titular de «paga una única cuota». Lo que importa es cuánto vas a pagar en total y si esa cuota realmente te deja respirar sin comprometer otros gastos esenciales.

La reunificación no es para volver a endeudarse, es para reorganizarse

Uno de los errores más comunes tras una reunificación es pensar que el problema ya está resuelto y volver a usar las tarjetas o a financiar nuevas compras. Eso solo lleva a un bucle aún peor.

Reunificar es una oportunidad para poner orden y cambiar hábitos. Para aprender a vivir con un presupuesto más ajustado y evitar volver a caer en el mismo lío. Si no se acompaña de un cambio de mentalidad, el alivio inicial se convierte en una trampa a medio plazo.

Porque reunificar deudas no es un “borrón y cuenta nueva”. Es una forma de reorganizar lo que debes para poder pagarlo sin ahogarte. Y si se hace con cabeza, puede marcar la diferencia entre seguir pagando o acabar en una espiral que te deja sin opciones.

Periodista corresponsal de la Agencia EFE, El Correo de Andalucía, eldiario.es... entre otros medios. Cubre principalmente Huelva y Sevilla en varios medios radiofónicos y prensa digital.

Publicidad
Publicidad

Lo Más Leído Hoy