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Sociedad

Petardos y cohetes, entre la diversión y el sufrimiento

C.GONZÁLEZ

Sevilla/Huelva

Llegadas estas fechas, la controversia entre petardos sí petardos no sale en forma de polémica en las redes. Las leyes contemplan su uso pero con una serie de restricciones sobre todo en menores, recalcando siempre su carácter de celebración festiva y tradicional. Es en estos días donde las asociaciones animalistas ponen el grito en el cielo solicitando su prohibición. Pero que afecte a los animales no es la única razón, ni la más importante. También afecta a los bebés, a los niños con trastornos como el autismo y a las personas de edad avanzada.

La polémica está servida porque la sociedad debe plantearse donde está la línea divisoria entre la diversión y la salud de los humanos. Después de publicar en varias ocasiones en AIONSur las denuncias que realizan asociaciones animalistas, los comentarios han llamado la atención sobre la necesidad de que las denuncias deben ir enfocadas pensando que no sólo los animales se ven afectados por el ruido de los petardos, sino niños con autismo o trastornos similares, bebés y personas mayores, sobre todo si están enfermas.

Según los expertos, los sonidos de los fuegos artificiales y cualquier tipo de material pirotécnico pueden provocar pérdida de la capacidad auditiva en los bebés, además de fuertes zumbidos que generan dolor de oído y problemas a la hora de conciliar el sueño. Si durante determinadas fiestas el bebé se expone prolongadamente a esos sonidos puede sufrir lesiones importantes en los oídos. Además de trastornos del sueño, algo sumamente perjudicial sobre todo entre los más pequeños ya que se encuentran en plena etapa de crecimiento y desarrollo.

Pero además, hay más sectores de la población a los que les afecta considerablemente cualquier tipo de explosión, sobre todo si es continua. Los niños con autismo, por ejemplo. Según Antonio Guerrero, responsable de la Plataforma Atención Temprana, ‘estos niños son más sensibles a los ruidos, les afecta cualquier tipo de cambio en su continuidad, los niños entran en una crisis y sólo se soluciona con el brazo del oso y con tiempo’. No es el único ruido al que temen, esta asociación lleva reclamando mucho tiempo por ejemplo que eliminen el timbre en los colegios y los sustituyan ‘por música’ porque cuando los niños con autismo lo escuchan ‘entran en pánico’.

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Victoria Eugenia Romero es la madre de Samuel Contreras un niño onubense de 10 años, que lleva años peleando para que en la Romería de la Bella (Lepe), que se celebra en mayo, dejen de tirar cohetes. ‘Llevo 5 años sin ir a la romería y la única solución es que me vaya fuera o me quede en casa con ventanas y persianas echadas’, dice Victoria Eugenia Romero. Así se lo dijo en las redes sociales un antiguo Hermano Mayor, ‘la solución es que me fuera a Cartaya (pueblo vecino a Lepe)’.

Por su parte, Charo Moreno Vidal, terapeuta de la Asociación Autismo Ánsares de Huelva, dice que no se trata sólo del ruido sino de que es un ruido inesperado. ‘Los niños con TEA (Trastornos del Espectro del Autismo) son especialmente sensibles para todo lo que llegue a través de cualquiera de los canales sensoriales’, por lo tanto, cualquier ruido o circunstancia fuera de lo normal les afecta o los hace entrar en crisis que pueden ser fatales.

El efecto de estas consecuencias se puede medir por las cifras de la población que padece este tipo de trastorno. Según estudios de Autismo Europa, su prevalencia va a más, hasta tal punto de que hoy en día uno de cada 100 niños nace con esa dificultad. Sólo en la provincia de Sevilla hay al menos 15.000 personas afectadas con TEA. Estos trastornos de origen neurobiológico no sólo aglutinan a niños y jóvenes con autismo, sino a otros con Síndrome de Asperger o Síndrome de Rett.

La voz de las asociaciones de defensa a los animales y sus seguidores suena más en las redes sociales en defensa de prohibir los petardos o cohetes. No obstante, quienes tienen familiares para los que es también un problema, comienzan a reclamar la atención de las autoridades en este sentido, porque el derecho a la diversión no puede pisotear la salud de un sector importante de la población.

Claudio Ramírez, un vecino de Arahal, es padre de María, una joven de 22 años con el mismo trastorno, autismo. Considera que las personas con diversidad funcional necesitan atención las 24 horas al día y los familiares no pueden ser ‘tan activos ni en asociaciones ni en las redes sociales, pero no por eso significa que su reivindicación sea menos importante’. Para él, esto explica otras cuestiones también relacionadas con servicios en las ciudades que ya tienen los animales y siguen sin tener las personas. Por ejemplo, ‘en Arahal existe ya un parque para perros pero en ningún parque hay ninguna atracción adaptada para niños con diversidad funcional. Y que conste que me parece estupendo que los animales tengan su espacio y estén bien cuidados’.

En esta línea se expresan familias con bebés o personas mayores y enfermas. Luis Raya es el padre de una niña de 6 meses. Los petardos ha sido una tortura porque la niña no paraba de llorar y así se quejaba primero en la Policía Local y en las redes sociales denunciando que las autoridades no actúan con contundencia en este sentido.

‘Mi experiencia con los petardos ha sido estas navidades, con mi hija y mi perro que está desesperado, el otro día se cagó encima, los perros piensan que hay un peligro al alrededor que les va a atacar. Y lo peor, la sensación de impotencia con mi bebé que se despierta sobresaltado de madrugada y pierden el control sobre su entorno’.

En su opinión esto conlleva que aparezcan distintos tipos de patologías, ansiedad, taquicardia, sensación de ahogo, en definitiva, miedo. ‘He llamado en varias ocasiones a la Policía Local porque en mi barrio se utilizan los petardos de forma impune y parte de este material lo compran en Arahal’.

Luis Raya propone a las autoridades que se reserve un espacio para que uso de la pirotecnia y ‘no se den estas exposiciones en una zona residencia donde vive y duerme gente’.

Las autoridades tarde o temprano tendrán que tomar medidas, por las personas y por lo animales.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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