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Los Palacios busca los frutos más impresionantes de sus tierras

Fermín Cabanilas/Los Palacios y Villfranca (Sevilla)

A unos tres kilómetros de la localidad sevillana de Los Palacios, en un desvío de la carretera de Utrera, una plantación llama la atención a todo el que se acerca, por el impresionante tamaño de lo que su tierra produce, con frutos tan impresionantes como una calabaza de 130 kilos de peso.

Unos frutos de la tierra que salen a la luz cada año cuando llega agosto gracias al empeño de Joaquín Rodríguez y su hija Aurora María, con el trasfondo de una tradición en el pueblo de hace más de 70 años, el tiempo que llevan los agricultores de Los Palacios compitiendo para tener los más impresionantes productos de la tierra para mostrar con motivo de la velada de su patrona.

De esta forma, Joaquín recibe a esta casa en su finca a escasas horas de que el producto de su trabajo vea la luz este sábado, 4 de agosto, cuando los agricultores optan a ganar los 150 euros del primer premio, con la premisa de que al concurso se pueden presentar “Uva Layren, Uva Emparrada, Sandía Negra, Sandía Rayada y Calabaza”, como se establece en las bases del mismo.

Empieza a contarlo mientras retira las ramas que cubren la impresionante calabaza que opta al primer premio, ya que el intenso calor de estos días puede estropear el trabajo de tres meses seguidos, desde que se planta la semilla, por lo que al llegar el calor se utilizan recursos propios de la naturaleza para preservar el producto en su mejor estado posible.

“Esto es una tradición de muchos años por la Velá de la virgen, y cuesta mucho trabajo, sobre todo porque hay que sacar adelante cada producto teniendo en cuenta que de todas las ramas que crezcan hay que dejar sólo una, y esa hay que cuidarla hasta que se consigue algo así”, explica Joaquín, que recuerda que su hija es, hoy día, la principal responsable de lo que este campo produce, mientras que él ha estado a la cabeza del concurso hasta hace tres años.

Con todo ello, vuelve a recorrer el campo para llegar a la zona donde están plantadas las sandías, y destapa una que tiene, a simple vista, el tamaño de tres balones de fútbol: “esta pesa unos 40 kilos, cuando una normal no pasa de 14”, y lo demuestra colocando al lado una “normal”, apreciando una diferencia asombrosa.

Pero nada es fruto de la casualidad, ya que para conseguir que todo salga bien “no sólo hay que plantar y cuidar, sino que hay que venir todas las tardes al campo a echar un vistazo, a ver cómo está creciendo, y a partir de ahí llega el momento de decidir cuál es la calabaza escogida para presentar al premio final”.

Mientras sigue recorriendo todo lo que rodea a su gran afición, recuerda que este año se ha ampliado la dotación económica destinada a los premios en la categoría de calabazas, que pasa de uno a tres, como el resto, con lo que la más grande supondrá el citado premio de 150 euros en metálico, con 100 para el segundo y 50 para el tercero, mientras que todos los participantes reciben un diploma en recuerdo de su paso por esta original cita.

Joaquín se despide en la última visita de alguien a su impresionante campo antes de que sean los jueces del concurso los que le visiten, ya que el reglamento del concurso implica que los frutos tienen que ser vistos en el mismo lugar donde han crecido antes de que se suban al escenario del certamen en la noche del sábado.

Eso sí, este agricultor palaciego, que hasta ahora había obtenido frutos de unos 100 kilos, se encuentra ahora con el “problema” de tener que transportar lo que ha salido de la tierra, y desplazar de su campo al concurso una calabaza de 130 kilos no parece una tarea fácil.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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