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Sucesos

«O me meten en un piso de protección de víctimas, o me matan»

Fermín Cabanillas/C. González

Sevilla

“O me meten en un piso de protección de víctimas o me matan”. Es el mensaje de petición de ayuda que ha lanzado una mujer vecina de Sevilla que el pasado julio fue “echada” del piso de acogida donde estaba escondida por publicar una foto en una red social de una plaza cercana. La Junta de Andalucía, por su parte, asegura que le ha ofrecido una reubicación, pero que antes tiene que pasar por un Centro de Emergencia en Sevilla capital durante una semana aproximadamente, a lo que ella se niega.

Encarnación, nombre ficticio, fue víctima de violencia de género por parte de su marido, que se encuentra en prisión preventiva por estos hechos, entre otras cosas, como ella ha relatado, por agredirla tan salvajemente cuando tenía nueve meses de gestación que dio a luz a un niño muerto que enterraron ese mismo día.

Fruto de la última agresión, en plena calle, obtuvo una orden de alejamiento y su marido ingresó en prisión. Fue llevada a un piso de acogida en una ciudad distinta a Sevilla, pero a las cuatro semanas de estar allí su hija publicó una foto en una red social en la que se las veía en parque de la ciudad. Aunque titularon la foto con una ciudad distinta, la Junta entiende que el daño estaba hecho, y fue expulsada del centro. Desde el Instituto Andaluz de la Mujer se sostiene que fue una baja voluntaria por su parte.

Asegura que ahí empezó su calvario, y que comenzó el acoso por los familiares de su marido, que le echarían en cara que ella “provocó” su encarcelamiento. “Me han destrozado la puerta de mi casa -foto que ilustra esta noticia-, me han amenazado, tengo que dormir con la nevera detrás de la puerta para que no abran, dormimos los niños y yo vestidos, por su tenemos que salir corriendo…”.

Asegura que ha pedido ser llevada a otro piso de protección y se le ha denegado, porque tiene abierto un expediente por publicar la foto. La Junta afirma que publicó también un vídeo, y ella sostiene que ni en uno ni otro se distingue nada que haga indicar en qué ciudad se encuentra en ese momento. “Sin embargo, no me dio opción, me puso los billetes de autobús en la mano y me tuve que marchar”, explica. Ahora, asegura que la familia de su marido le ha dicho que dejará de amenazarla si retira la denuncia, pero ella no está dispuesta.

“Se le ha ofrecido una solución”

Fuentes del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) aseguran a esta redacción que, efectivamente, le fue abierto un expediente, y que se le ha ofrecido la posibilidad de ocupar otro piso de protección a víctimas, con la premisa de que tendrá que pasar antes en torno a una semana en un Centro de Emergencia, una vivienda de la que no podrá salir hasta que sea evaluada para determinar a qué lugar se la reenvía. Ella admite que se lo han propuesto, pero ha pedido que sea “como mucho tres días, porque tengo una discapacidad de un 40 % con claustrofobia, y no puedo estar encerrada ahí tanto tiempo”.

El IAM sostiene de nuevo que ella se fue de forma voluntaria del primer piso, y lo apoya con un documento que habrían firmado los trabajadores de la vivienda citando que se iba contra la voluntad de estos.

En medio de la discusión, Encarnación ha acudido al Defensor del Pueblo andaluz para que interceda por ella. Le han pedido que resuma todo en en un escrito con el fin de contar con todos los elementos de juicio para actuar cuanto antes. Ella pide que no haya demora: “mi vida está en juego”, afirma de nuevo.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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