Mujeres en movimiento: Isabel Peña, el sesgo de género en el emprendimiento

Triana Abad.

Hola soy Isabel Peña, soy estadística y master en ciencia de datos y Big Data. Soy CEO del Instituto Alemán de Cooperación e Innovación, y también soy fundadora y presidenta de la plataforma “Mujeres sin barreras sin fronteras”.

¿En qué se centra tu trabajo en la actualidad?

En la actualidad, mi labor como CEO en el Instituto consiste, fundamentalmente dentro de mi rol, en definir la estrategia de negocio de la empresa. Históricamente nosotros somos expertos en comercio internacional principalmente, y en la actualidad estoy más centrada en implementar todas las técnicas de Inteligencia Artificial a las estrategias de negocio, tanto en el ámbito de la consultoría y asesoramiento a empresas, como utilizarlas en sus empresas para potenciar, evitar riesgos, y mejorar beneficios en el área de la formación, porque actualmente hace falta mucha formación en inteligencia artificial.

¿Cómo surge la Plataforma de ”MSBSF”?

La plataforma Mujeres sin barreras y sin fronteras surge a raíz de mi propia inquietud a la hora de emprender. Yo soy emprendedora y una persona a la que le gustan mucho los retos, y cuando tuve la oportunidad de hacerme cargo de la dirección del Instituto, vi que teníamos un ecosistema muy favorable en el cual podríamos aportar mucho a la sociedad. Creo que las empresas tenemos una gran responsabilidad social, y para eso diseñamos que nuestra responsabilidad social corporativa fuese, precisamente, encaminada al fomento de la ayuda a la mujer emprendedora, y también, a potenciar las habilidades STEM. Consiste en que fomentemos ese gusto, especialmente entre las jóvenes, entre las mujeres, porque en la actualidad hay una gran brecha en ese sector, y es algo que hay que potenciar y corregir.

Desde tu experiencia y como presidenta de MSBSF ¿Cuáles crees que son las dificultades a la hora del emprendimiento femenino?

Bueno, si el emprendimiento en general ya tiene sus dificultades y es un reto porque exige dedicación, asumir muchos riesgos, una constancia, etcétera, en el caso de la mujer conlleva, obviamente, asociado una nueva barrera y unas nuevas limitaciones que son importantes que desde la sociedad y de la empresa ayudemos a minimizar, en la medida de lo posible. 

Estas barreras con las que las mujeres topamos, principalmente, a la hora de emprender, son conocidas por todo el mundo, aparte de la de tener una mayor dificultad de acceso a la financiación, por ejemplo, para tus proyectos. Cuesta más que la mujer acceda a esa financiación tanto en ronda de inversión, como en financiación bancaria del tipo que sea, no solo en la conciliación familiar, que sigue vigente y se ha demostrado ahora, con la pandemia. 

Hemos visto que a raíz de la pandemia se ha instaurado el teletrabajo. El teletrabajo puede tener cosas muy buenas, pero los datos están ahí, y han demostrado que se ha creado una nueva diferencia entre los hombres y las mujeres. Las que estaban emprendiendo e investigando, la pandemia las ha paralizado y las ha vuelto a relegar a un segundo plano, mientras que los hombres, incluso, en este tiempo han podido hacer más cosas.

¿Qué implica la baja presencia de las mujeres en las carreras tecnológicas?

La baja presencia de mujeres en carreras tecnológicas provoca dos cosas fundamentales con las que deberíamos tener cuidado y tratar de corregir, porque, en primer lugar, una vez más las mujeres nos quedamos fuera de los lugares donde se diseña el mundo, donde se establecen las normas, y de lo que va a ser el futuro. Si las mujeres somos un 52% de la población, deberíamos estar representadas en la misma medida en cualquier sitio, donde se toman estas decisiones. 

Al final no tendrán esa visión que tenemos las mujeres y esa capacidad para aportar. Si las mujeres no están ahí, en esas carreras, una vez más por lógica se va a volver a producir una brecha, volverán a estar relegadas a trabajos de menor importancia en el escalafón, y a su vez de menos remuneración, con lo cual se provoca esa brecha salarial.

Esa brecha va a producir que la mujer quede relegada al espacio de siempre y va a provocar que sea vulnerable, y conseguir un colectivo discriminado en ese en ese sentido. El empoderamiento de la mujer pasa, precisamente, por tener tu autonomía y por poder tener la capacidad de generar tu propio dinero. Eso es lo que te da de verdad el empoderamiento, y de verdad la libertad.

¿Cómo se compatibiliza ser madre de familia numerosa, vida profesional y faceta solidaria?

Creo que, principalmente aprendiendo de los errores, porque es inevitable que cometamos errores. Importante aprender de ellos y no arrastrarlos en el tiempo. Y también aprender a decir que no. Creo que a lo largo de mi vida una de las cosas más importantes que estoy aprendiendo, y mucho, es a decir que no. 

No a determinadas cosas, no determinados trabajos, no a ciertas cosas que no son tuyas, para dejarte siempre libre ese ese trocito de “tu cesta” que es importante para que tú sigas creciendo, para que sigas formándote y para que sigas haciendo aquello que de verdad quieres hacer, y que va a ser tu trampolín al éxito.

Otra cosa que también deberíamos hacer cada vez más, es quitarnos el sentimiento de culpa, ese sentimiento que casi siempre tenemos. Parece que las mujeres si tenemos que trabajar y viajar, y estar fuera dos meses pensamos “qué mala madre” ¿no?, siempre está la mala madre ‘por ahí’. Una misma se dice:  ¿estaré dejando de hacer algo como como madre? ¿tendrán mis hijos alguna carencia? 

Eso yo creo que es muy importante que nos lo quitemos de encima porque no es cierto. No es cierto y algo fácilmente comprobable, y cuando va pasando el tiempo, las personas que ya tenemos los hijos una cierta edad, tenemos la posibilidad de comprobarlo, ya que ellos mismos te dan su “feedback” de como lo han vivido y como lo están viendo, y al contrario, ellos te demuestran que no solo no tienen ninguna carencia en ningún aspecto como madre, sino todo lo contrario, eso les supone a ellos una motivación, un incentivo, un referente, un ejemplo, y agradecen que el tiempo que se les ha dedicado, haya sido un tiempo de calidad, y no de cantidad.