Mujeres en movimiento: Clara Grima, la maga de los números

Triana Abad.

Mujeres en movimiento trata de dar visibilidad a todas las mujeres, que, de una forma u otra, han seguido adelante a pesar de haberse topado con los inconvenientes, tanto sociales, como laborales y familiares, por el simple hecho de ser mujeres. Liderazgo y conciliación familiar, son dos de las características que cambian a la hora de decantarse por un género u otro, y así lo dejan plasmados los datos.

Algo por lo que no paramos de luchar e intentar mejorar, y por lo que muchas de nuestras mujeres de otra época, perdieron la vida.

Empieza aquí una serie de entrevistas, donde vamos a dejar constancia de nuestro mensaje y nuestra manera de vivir y sentir situaciones idénticas, pero con el mismo sentimiento de que queda mucho por hacer.

La primera protagonista

Clara Grima, doctora en matemáticas, profesora titular de la Universidad de Sevilla en el área de matemática aplicada. Desde 2005 soy profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática y desde 2010 me dedico, también, a la divulgación.

Cuando decidiste dedicarte, también a la divulgación, ¿centraste la orientación en algún nivel concreto?

Pues a todos los niveles. Empecé con mis hijos, que tenían entonces seis y diez años, con su padre, también matemático.

Yo tenía un blog personal en el que no hablaba de mi trabajo, que eran las matemáticas. Hablaba y escribía de cuentos, viajes y cosas que me gustaban, ya que siempre había querido ser escritora, pero era algo que no leía nadie.

Un día, en una de las entradas, escribí que le realizaba cuentos a mis hijos, de manera que pudieran comprender mejor las matemáticas. Alguien que lo leyó le dio difusión y acabaron llamándome de RNE para hablar de los cuentos. A raíz de eso, Raquel García i Ulldemolins lo enganchó y me propuso hacer un blog destinado a ello.

Mi primera idea era hacer cuentos para padres y niños, y que pudieran compartir un rato de matemáticas en familia a través de los cuentos y que se interesaran por los términos de una manera más natural, de la misma manera que hacen preguntas de vocabulario, cuando no conocen una palabra.

Todos tenemos una historia detrás de lo que somos y a lo que nos dedicamos. ¿Qué llevó a ‘Clara Grima’ a estudiar matemáticas?

Pues es muy gracioso, porque siempre me han gustado las matemáticas, pero nunca quise dedicarme a ello, quería ser escritora, ¡me encantaba escribir! incluso me dieron un premio en séptimo de E.G.B. en el Colegio San José de Coria del Río, donde estudiaba, por un cuento. No sé, tal vez periodismo o cualquier carrera relacionada con las letras.

Cuando llegué a tercero de BUP me enamoré de la filosofía. A mí me marcó el camino de las matemáticas mi profesor de filosofía, que era Antonio Hurtado, con el que aún tengo contacto. Estando ya en COU me preguntó ¿filosofía vas a estudiar, con lo bien que se te dan las matemáticas, y además, te gustan? ¿por qué no estudias matemáticas? y me dio varios argumentos sobre los que me basé para cambiar de opinión sobre mi elección.

Por otro lado, mi profesora de matemáticas en ese momento, que no me ‘tragaba’, al escuchar que había cambiado de opinión, me dijo ¿y matemáticas vas a estudiar tú, con lo floja que eres? así que, se unieron dos factores que me motivaron a hacerlo, por un lado, la motivación de Antonio Hurtado, y por otro, el orgullo de llevarle la contraria a mi profesora de matemáticas.

Profesora, escritora, divulgadora y… ¡actriz!

Sí, de hecho, aquí tengo colgado el traje de Rosalind Franklin.

Esa fue una de las cosas que yo dejé por las matemáticas, el teatro. La verdad es que, en Coria del Río, en la época en la que yo estudiaba en el colegio San José, que hoy ya es un IES, había un gran apoyo a la cultura, sobre todo al teatro. Existió un grupo de teatro bastante potente ‘estudio teatro’, cuyo director era Carlos Álvarez Novoa, que se llevó el Goya como actor revelación en Solas, de Benito Zambrano. No es que yo hiciera grandes papeles, pero si que era algo que me gustaba y que abandoné. 

En cuanto a Rosalind, es una obra que se comenzó en 2016 y que está compuesta por cinco científicas. En un primer momento, salimos vestidas de nuestros personajes, y luego salimos nosotras mismas, donde nos presentamos y explicamos a lo que nos dedicamos. Es una obra un poco homenaje a las personas que representamos, y nosotras mismas lo decimos “soy Clara Grima, soy matemática y no hace falta ser Marie Curie. Es más, ni siquiera soy muy lista “, somos gente normal, que nos juntamos y hacemos ciencia.

¿Por qué el personaje de Rosalind Franklin?

Rosalind fue una mujer británica brillante, que destacó en muchísimas cosas, incluso en el deporte. Se inclinó por la física y la química y fue cristalógrafa, acabando su carrera con buena nota, pero no obteniendo el título, porque en Cambridge, no se daba titulación a las mujeres. Después de acabar la carrera y en pleno apogeo de la segunda guerra mundial, Rosalind investigaba para ayudar a todo lo que tuviera que ver con la guerra, y centró su investigación en averiguar qué carbón era más propicio para la absorción de gases. 

Estas mismas técnicas las usó, también, para su estudio del ADN, de tal manera que logró ‘fotografiar’ con rayos X su estructura, conociendo así la forma de cadena que todos conocemos.

Un colaborador suyo, pasó la información a Watson y Crick, que fueron quienes terminaron de desentrañar la estructura del ADN, recibiendo el Nobel de medicina en 1962. Rosalind en ese año ya había muerto, victima de un cáncer por la exposición a los rayos, pero es que ni siquiera se la mencionó en el Nobel. La quisieron mantener oculta.

Saltó ‘a la fama’ gracias, o a consecuencia, de un libro que escribió uno de ellos, que fue tan insultante, que el otro salió en defensa de su persona. Nació así el interés de conocer más el trabajo de Rosalind. Fue un poco un efecto Streisand que, por querer mantenerla oculta, se produjo mayor interés.

Las matemáticas y las mujeres. ¿Ha aumentado la presencia de la mujer en las ciencias en comparación, por ejemplo, del año en el que tú entraste?

El caso es que en matemáticas no. Lo que está pasando con matemáticas es algo tan doloroso como llamativo. Ahora que soy profesora en la escuela de informática, y qui hay un porcentaje de matriculaciones bajísimo, menos del 7% a nivel español hay de mujeres en informática. Hay que tener en cuenta que informática es una de las carreras con mayor proyección de futuro.

En mi época había más mujeres que hombres, pero lo curioso de matemáticas, y esto me lo advirtió una compañera de la politécnica de Barcelona que me preguntó si en Sevilla estaban bajando las matriculaciones de mujeres, y después de revisar los datos, nos dimos cuenta que en el año 2000 había un 60% de mujeres frente a un 40% de hombres, y ahora, sin embargo, estamos en 70-30, pero 70% de hombres y 30% de mujeres.

El problema es que, en el momento que una carrera empieza a tomar un cariz de liderazgo, la mujer se retira, y eso es algo muy curioso. 

Profesora que en pandemia ha tenido que aprender a comunicadora por plataformas, ¿cómo has vivido la conciliación familiar, teniendo que teletrabajar?

Pues la verdad es que yo he tenido suerte en ese sentido, tanto porque a mi me ha cogido con los hijos un poco más mayores y no necesitaban que estuviera totalmente con ellos para hacer las tareas, etc. Uno estudia física y el otro estaba en cuarto de la Eso y, en ese sentido no he tenido problemas, pero a la hora de reparto de tareas de casa, yo me llevo un porcentaje más alto, eso está claro. 

En el caso de familia y conocidos, con edades de niños más pequeños, incluso de personas que tienen que cuidar de sus padres u otras responsabilidades, la mujer ha sido la mas implicada en estas labores. De hecho, lo que ha evidenciado claramente la pandemia, es que por muy modernos que nos creamos, en temas de igualdad estamos lejísimos. 

Se llegó a hacer hasta una medición, una vez pasado lo mas gordo de la pandemia, y se hizo un estudio de cómo ha sido la producción científica desde casa, y los datos son claros, la estadística dice que las mujeres han bajado visiblemente la producción, pero es que la de los hombres ha subido. Teníamos claro que la producción bajara, pero en todos, lo que no nos esperábamos era que la de las mujeres bajara y la de los hombres subiera. Eso ha sido una bofetada de realidad en lo que se refiere a la igualdad.