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Salud

Doctor Gómez Bravo: “Somos el escaparate de Europa, no solamente en donación, sino en trasplantes”

El jefe del equipo de Cirugía Hepato-Bilio-Pancreática y Trasplante Hepático del Hospital Universitario Virgen del Rocío dice que la donación de órganos debe ser “un tema que hay que hablarlo en la mesa de camilla, en familia”

Carmen GONZÁLEZ

Miguel Ángel Gómez Bravo, jefe del equipo de Cirugía Hepato-Bilio-Pancreática y Trasplante Hepático del Hospital Universitario Virgen del Rocío, tiene las estanterías de su despacho llenas de regalos, placas y recuerdos de pacientes a los que, junto con su equipo, les ha devuelto a la vida en los últimos 20 años. Su trabajo tiene tanto de recompensa y satisfacción como de responsabilidad.

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Miguel Ángel Gómez Bravo. Foto: AI.

 Gómez Bravo dice que las familias deberían hablar de hacerse donantes “en la mesa de camilla” porque es uno de los factores para acabar con la lista de espera de unos 700 pacientes anuales que necesitan un hígado nuevo. Pero no es el único. Es necesario avanzar en la investigación de medicamentos que acaben totalmente con el virus de la hepatitis C. También hay que prevenir educando a los jóvenes en colegios e institutos para que se mentalicen de no beber alcohol a edades tempranas y, después, hacerlo de forma moderada.

Una tarea que depende de la sociedad y que hará posible conseguir un hándicap lejano de momento en el tiempo: acabar con la lista de espera y concienciar a la población de que donar es “dar vida”. Cada año para recordar este objetivo celebran el Día Nacional del Trasplante, el próximo 26 de octubre.

1.000 trasplantes conseguidos en julio de 2013. Aunque se hace público este récord que convierte al Hospital Virgen del Rocío en el segundo centro en trasplantes de España, no se celebra hasta el 28 de enero de este año con un acto conmemorativo. Entonces se hacen público no sólo los datos sino que se valoran los resultados de supervivencia, de complicaciones y el desarrollo del programa de trasplantes a lo largo de 23 años. Un programa que ha partido de cero pero que ha convertido al Virgen del Rocío en uno de los hospitales más activos del país en trasplantes hepáticos.

Pregunta: El segundo centro del país y ¿puede que pronto sea el primero?

Respuesta: No podemos ser tan pretensiosos, hay comunidades autónomas donde sólo hay un programa de trasplantes hepáticos como Valencia, se trata de una comunidad grande, con un solo centro de trasplante hepático. Ya este año se ha abierto el segundo, por eso también han bajado. En Andalucía hay cuatro, Córdoba, Málaga, Sevilla y Granada y están distribuidos de tal forma que estratégicamente los pacientes no tengan que hacer grandes desplazamientos, Andalucía es la comunidad autónoma con mayor número de trasplantes al año.

P: No existe trasplantes si no existen donantes, ¿el hecho de que haya más trasplantes en Andalucía significa que hay más donantes?

R: No, desgraciadamente no es así. Para hacer trasplantes necesitamos donantes, hay muchas formas de donar. La principal forma de donación en España es la donación en muerte encefálica, es decir la donación en pacientes que fallecen en determinadas condiciones que hace posible donar sus órganos. Pacientes que tienen una muerte cerebral pero sus órganos siguen viviendo. Hay otras formas como es la donación de vivo o división de hígados por la mitad. En Andalucía tenemos una tasa de donación que es muy parecida a la media de España, sin embargo, hay comunidades españolas como son las del Norte, Cantabria, País Vasco, Galicia, que tienen tasas de donación bastante más altas que las que tenemos en Andalucía.

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Foto: abcsevilla.es

P: Pensaba que éramos solidarios en este sentido.

R: Andalucía está haciendo un ejercicio muy bueno, si nos remontamos a ocho o diez años. Esta región se ha conseguido equiparar a la media de donación de España, antes estábamos significativamente más bajos.

P: ¿Por parte de organismos o asociaciones se puede hacer algo para mejorar la donación de órganos? ¿Hay suficiente información?

R: La gente está desinformada y hay gente que no quiere tener más información. Siempre le digo a mis amigos que es un tema que hay que hablarlo en la mesa de camilla, vuestros hijos tienen que saber cuál es vuestra opinión, es un tema en el que la decisión final la tendrán la familia porque es a ellos a quién se les pregunta si quiere donar los órganos, a no ser que la persona haya hecho un testamento vital. La persona que decide por ti son tus familiares más directos, maridos, mujeres, hijos o tus padres.

Por eso la información debe estar en los colegios, en las nuevas generaciones, que se le quite ese mito a la donación. Cuando voy a dar una charla intento desmitificar el trasplante y la donación. Obviamente es duro, es dura la muerte pero, en realidad, lo otro es una manera de generar vida. Ahí es donde se está haciendo un buen trabajo, lo coordinadores han hecho campañas muy buenas en colegios, asociaciones, prensa, en los pueblos, ayuntamientos, poniendo calles o plazas que se llamen donantes de órganos, simplemente para que empiece la gente a desmitificarlo.

Son gestos que pueden parecer vanidosos pero al final generarán una conciencia a la población, que hará que poco a poco se incremente la tasa de donación.

P: En el entorno de las familias que tiene algún familiar trasplantado hay más sensibilidad y concienciación para las donaciones ¿no?

Claro son nuestros evangelizadores. Y los pacientes que vienen a hablar con otros pacientes a darles ánimo. Pero lo mejor es cuando los ves, incorporados a la vida normal y que es gracia a la generosidad de un donante. Con un solo donante se pueden dar mucha vida, un donante puede dar dos riñones, un corazón, un hígado, corneas, piel, huesos. Un donante puede generar muchas vidas. Y eso tiene que estar en nuestras consciencias.

Pero tampoco podemos estar siempre con la donación. Porque lleva impresa una parte gris, que es la muerte, y la puerta buena es que genera vida, pero estar siempre hablando de donación es no obviar el lado malo. Por eso la Asociación Nacional de Trasplantes y nuestros coordinadores tienen que ser discretos, periódicamente y cuando tienen la oportunidad, pero no pueden estar todo el día en prensa y en las redes.

P: ¿Desde el punto de vista médico los cambios habrán sido increíbles en estos veinte años?

R: Ha cambiado en todo, desde los pacientes que se van a trasplantar. Antes llegaban muy deteriorados, por lo tanto, los resultados eran peores ahora nos encontramos con pacientes que acceden al trasplante de forma más temprana, en mejores condiciones y lógicamente con mejores resultados.

Desde el punto de vista técnico-quirúrgico, a nivel hospitalario, la llegada del trasplante ha supuesto la llegada de tecnologías, la llegada de profesionales con formación y cualificación importante, la llegada de fármacos nuevos, de investigación. Realmente, los hospitales donde hay programas de trasplantes están la cabeza del desarrollo.

Hace 23 años, cuando hacíamos un trasplante, el hospital se revolucionaba. Hoy en día se hace a las 3 de la madrugada y no se entera nadie.

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Foto: A.I.

P: Esto significa estar 24 horas de guardia

R: Totalmente, muchos profesionales no solamente los cirujanos, enfermeros, celadores, anestesistas, laboratorio, tienen que estar disponibles las 24 horas del día para poder hacer un trasplante. No se puede saber la hora, puede ser cualquier hora del día o de la noche y, a partir de ahí, se genera un movimiento de profesionales, que a veces nos tenemos que desplazar fuera del hospital al lugar donde está la donación.

P: ¿Las donaciones pueden surgir en cualquier lugar de España? ¿Cómo funciona la donación desde el punto de vista del paciente que necesita un órgano?

R: España tiene un modelo de donación a nivel mundial, un sistema que lidera la Organización Nacional de trasplantes Española. Este sistema actualmente funciona de una manera autonómica para evitar grandes desplazamientos y grandes tiempos entre que se extrae un órgano y se pone en otro cuerpo. Pero sí que tenemos herramientas para que cuando se necesita un órgano con urgencias sea todo el país el que está disponible para nosotros. Cuando la  urgencia no es extrema, hay una lista de espera que va en función de la gravedad del paciente, pero con un carácter más local, más autonómico. Cuando necesitas una urgencia mayor la alerta se coloca a nivel nacional y el primer órgano que surge está disponible para ese paciente. Es una oportunidad muy buena porque amplias el área cuando lo necesitas y, cuando es urgente, el área es más limitada.

P: ¿Las urgencias ocurren a menudo?

R: No, son escasas, el paciente suele estar estable, las indicaciones para hacer un trasplante con urgencias están muy bien establecidas. Son para pacientes que llegan con alguna toxicidad en el hígado, por la ingesta de algún fármaco, la ingesta famosa de setas o pacientes que se trasplanta y no van bien los órganos en las primeras horas y hay que volver a ponerles un segundo trasplante. Es decir, la necesidad de obtener un órgano con la llamada urgencia O está muy bien acotada para evitar que se usen los órganos de forma aleatoria. De la otra manera tenemos una lista que va por orden de gravedad. El órgano irá hacia donde este el paciente en peores condiciones.

P: Esta mitificada o sobrevalorada en este tipo de especialidades la Sanidad en países como Estado Unidos. En el mundo de los trasplantes estamos igualmente preparados que en otros países.

R: Estamos completamente preparados y somos el escaparate del resto de Europa no solamente en donación sino en trasplantes. Tenemos equipos con volumen de trasplantes muy importantes, profesionales bien formados y bien capacitados y, ahora mismo, somos líderes, no sólo en Europa, sino en el mundo. Los programas de trasplantes españoles tienen mucho que decir.

P: ¿Cuál es el hándicap entonces?

R: El hándicap es que no tenemos todos los donantes que necesitamos, si analizamos cuantos trasplantes se hacen cada año, vemos que hemos llegado a una meseta. Desde 1983 que se hizo el primer trasplante en España (en el Virgen del Rocío fue en el 1990), hemos sufrido una curva ascendente hasta el año 2000. A partir de ahí se ha estabilizado y en España se realizan alrededor de 1.100 trasplantes al año. Estamos en estas cifras porque no tenemos más donantes. Sin embargo, la curva de pacientes que necesitan un trasplante sigue subiendo y la diferencia con los que se consiguen trasplantar cada vez es mayor. Porque el trasplante hepático se ha convertido en un procedimiento seguro. En los años 80 y 90 era un procedimiento con muchos riesgos, las medicaciones que se utilizaban para controlar el rechazo no eran todavía seguras. Hoy en día todo eso está bastante avanzado. Por lo que se le intenta dar una oportunidad a más pacientes. Esto hace que la diferencia sea cada vez mayor.

P: ¿No tiene nada que ver ningún factor externo en los pacientes con problemas hepáticos?

R: Sí, hay más personas con problemas hepáticos, tenemos una mayor esperanza de vida, una mayor prevalencia del virus de la hepatitis C, en el mundo, no solamente en España. Es un virus que se conoció a partir del año 90, entonces ha empezado a dar la cara, 20 o 30 años después de que el paciente se infectara. Hay mayores posibilidades de diagnosticar a los pacientes, antes no teníamos medios diagnósticos como los de ahora, Tac y resonancias que permiten conocer cuando el paciente tiene un tumor de forma más precoz y lo posibilita acceder al trasplante. Y, antes, al no verlo, cuando lo diagnosticaban era muy tarde.

En estos casos como tienes la probabilidad de curarte con un procedimiento  seguro pues fenomenal. Los diagnósticos han mejorado muchísimo, los tac y las resonancias tienen una definición que no tenían hace 20 años. Y hace que haya más pacientes que se diagnostican de enfermedades que pueden ser curadas con trasplantes.

P: Los trasplantes se han estabilizado debido a que no hay más donaciones pero hay alguna posibilidad de subir o de que baje la necesidad de trasplantes?

R: La sociedad tiene que cambiar porque desgraciadamente ahora mismo casi un 40 por ciento de los pacientes que trasplanta en España son por enfermedades debido al alcohol, por cirrosis. Ahí es donde tenemos que insistir en prevenir más que en curar. Tenemos que hacer una buena campaña en decir que no hay que beber o hacerlo de una forma razonable. El consumo de alcohol de una manera responsable.

Porque hoy en día, el virus C no se adquiere como hace años cuando no se conocía, cuando el virus se adquiría por transfusión o punción, ¿recuerdas al practicante que venía de una casa a otra?, yo lo he vivido. No se conocía el virus, nadie podía saber lo que pasaría después. Esa generación de entonces es en la que ahora se diagnostican cada vez más casos del virus. Si por casualidad el que se pinchó detrás de ti tenía el virus C y ahora pincha a tres más es muy probable que al cabo de 25 o 30 años acabe desarrollando la infección. Esto ya se ha evitado porque las agujas son desechables y ya se ha hecho un ejercicio importante. Es verdad que están apareciendo nuevos fármacos que son para tratar el virus C, que es como la gran epidemia del siglo XXI.

P: ¿Qué daños exactamente provoca este virus en el hígado?

R: El virus C provoca hepatitis de forma repetida, lo inflama y queda como una cicatriz, si se inflama muchas veces se convierte en cirrótico y cuando esto ocurre no funciona de forma adecuada, transforma la célula hepática en una cicatriz, cuanto más cicatrices tengamos, peor funcionará el hígado. Llega un momento, que a los 25 o 30 años el hígado puede estar completamente cicatrizado. De aquí para atrás había tratamientos poco eficaces, ahora los  tratamientos son muy eficaces porque están consiguiendo eliminar el virus hasta en un 80 o un 90 por ciento, lo que es una gran noticia. Muchos pacientes que tengan el virus podremos lugar contra él.

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Equipo de trasplantes hepáticos del Virgen del Rocío. Foto: elmundo.es

P: En los trasplantes hay una serie de factores que se suman, no sólo los avances, sino prevención en distintos niveles, entre ellos la educación.

R: Exacto, no se trata solo de evolucionar y tener más trasplantes y donantes, sino que tenemos que educar, avanzar en investigación en nuevos fármacos para todas las enfermedades virales, también en los tumores, los pacientes cirróticos tienen mayor predisposición a tener tumores que la población normal. Si conseguimos tratar esos tumores de forma precoz, para lo que tenemos técnicas que nos lo permiten, vamos a acortar más el número de indicaciones y podía llegar un momento que tengamos el mismo número de donantes que de pacientes.

P: ¿Y de ese logro estamos lejos todavía?

R: Estamos lejos todavía en España, cada año quedan aproximadamente 700 pacientes que siguen esperando trasplantes, el año empieza y termina con esta cifra. Tenemos que prevenir, investigar y encontrar nuevas formas de donación. La donación de vivo por ejemplo, una persona puede dar una parte de su hígado a otra que lo necesite.

P: ¿Este tipo de donaciones no se lleva a cabo más en el entorno familiar?

R: La donación debe ser altruista y por eso en este proceso intermedia un juez para que se vea que no hay un mercado de órganos. Evidentemente ya ha aparecido el buen samaritano, en riñón hay una persona que decide donar riñón porque tenemos dos. Eso abre muchas puertas porque a lo mejor yo no tengo un donante, pero sí tengo a mi mujer que podía donar no a mí pero sí a otra persona.

P: Esa manera de donar tiene un nombre ¿no?

R: Es la donación cruzada, es decir, tu marido y mi mujer se pueden cruzar. Cuando encima hay un buen samaritano, entonces es mejor.

P: Eso requiere una organización tremenda…

R: Tremenda porque te permite hacer cadena. Nuestro hospital ha participado el año pasado en una de las cadenas más grandes, fueron cuatro parejas a la vez. Por eso tiene que estar bien coordinado, hay que hacerlo en el mismo día.

P: ¿Y abarca un ámbito territorial amplio?

R: No hay límites, puede llegar un riñón desde Granada o Barcelona. Hoy en día hay sistemas de transportes que permiten que un riñón llegue en dos horas sin ningún problema. La geografía no supone un límite, incluso pueden venir de Europa. Aunque un órgano cuanto menos tiempo de isquemia es mejor, pero lógicamente actuamos con un tiempo, con lo que se abren muchas posibilidades.

P:¿Los donantes no conocen a las personas que ofrecen el órgano de un familiar fallecido?

R: Las donaciones deben ser anónimas siempre, excepto cuando es donación en vivo. En ese caso, lógicamente sí, porque yo sé a quién se lo voy a dar. Pero las donaciones deben ser anónimas porque no nos interesa que se establezca un vínculo afectivo que puede llevar a límites demasiados exagerados cuando alguien quiere prolonga la vida de su hijo o su mujer en el cuerpo de otra persona. Es muy típica esa preguna ¿cómo fue? ¿es hombre o mujer? Su donante debe ser anónimo y estar agradecido, que más da si tenía 60, 30 años o era varón y mujer.

P: Pero detrás del paciente trasplantado sí que hay una historia que siguen?

R: Totalmente, conocemos al paciente cuando está enfermo, durante su estancia en el hospital y la vamos a tener durante toda la vida, porque un paciente trasplantado es un paciente para siempre. Va a tomar una medicación que nos va a obligar a tener un seguimiento de por vida, cuanto más se alargue el tiempo a lo mejor las visitas son cada seis meses, pero generalmente nos va a obligar a tener un control periódico siempre. La medicación inmunosupresora que toman para evitar el rechazo es una medicación con efectos secundarios que tenemos que vigilar y controlar porque probablemente sea el motivo de la mayor parte de los males que tenga los pacientes después del trasplante. Los efectos secundarios por la medicación pueden dañar el riñón, las arterias, el corazón, puede producir tumores. Eso es lo que tenemos que controlar a medio y largo plazo y por eso no podemos dar al paciente el alta definitiva. De los 1.000 trasplantes tenemos más de 600 en seguimiento, algunos llevan 22 años y otros 3 meses, pero lo seguiremos para toda la vida.

P: Eso es seguir la vida de una persona…

R: Nos convertimos en parte de su familia, tenemos fotos de bautizos, de bodas, de todo. Tienes que saber mantener un límite porque para ellos tú le has dado la vida.

P: Los médicos para estos pacientes son ángeles de la guarda

R: Nos llena de orgullo, pero supone una gran carga, cuando llaman al teléfono o cuando llegan a esa puerta tienes que recibirles porque están preocupados y tienes que atenderlos. En esta unidad tenemos un trato muy personalizado, normalmente no ocurre lo mismo en el resto de las unidades de España. Los pacientes trasplantados están muy mimados y, no siempre se pueden atender, pero pueden llegar a la puerta para consultar que se han constipado o que les duele una muela. Hemos querido para ellos un trato especial porque son gente especial, muy entregada, muy dedicada y muy agradecida.

P: Gente que ha estado al límite

R: Muriéndose y han recuperado la vida. De vez en cuando encuentras a gente que no es consciente de eso y vuelven a beber, pero es una minoría.

P: Doctor Gómez me estoy sintiendo muy pequeña, una triste periodista ante alguien que es capaz de salvar vidas.

R: Mira el otro día le dije a Remedios (Ramírez, una trabajadora de ese Hospital y  vecina de Arahal) hay que ver la periodista de Arahal, siempre que meto algo en internet la primera que me sale eres tú. Pongo Virgen del Rocío y sale Arahal, por eso pregunté a Reme quién había en Arahal que nos tiene tan bien.

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