Mensaje Navidad 2016 del alcalde de Arahal, Miguel Ángel Márquez

Estimados vecinos y vecinas,
Os leo este año este mensaje de Navidad con mucha satisfacción por dos motivos. Primero porque ayer se repartieron 200.000 euros de la Lotería de Navidad. Mando desde aquí mi enhorabuena a los agraciados. Antes que se repartan en otro lugar, que recaigan aquí, en Arahal, que bien falta hace también. Segundo, porque sigue retumbando en mí el fallo del Tribunal de la Unión Europea, un varapalo al sistema financiero de nuestro país que obliga a los bancos a devolver todo lo robado a millones de españoles que suscribieron
unas hipotecas con cláusulas suelo abusivas; es el mejor regalo de Navidad que las instituciones podían hacerles a todos los afectados. Ellos sí que han ganado a la lotería. Por una vez se ha hecho justicia.

Ya Jesús de Nazaret hace dos mil años recelaba de los banqueros o los cambistas como los llama San Juan en sus escritos del Nuevo Evangelio. Utilizaban la usura como medio para enriquecerse vilmente: les compraban a los ingenuos extranjeros sus monedas a muy bajo precio para negociarlas después. Igual que los banqueros, en pleno siglo XXI, se aprovechan de la buena fe de sus clientes para engañarlos y sacar de ellos pìngües beneficios. Del Ayuntamiento, por ejemplo, en 2013 llegaron a cobrar sólo en concepto de intereses, 180.417€. Jesús de Nazaret, el indómito, los expulsó del Templo de Jerusalén con la mayor virulencia, utilizando «un látigo de cuerdas» y volcándoles, siempre según San Juan, las mesas de las monedas.

Los muchos españoles que han llevado el caso hasta los tribunales de la Unión Europea, se han convertido en los nuevos azotadores de los bandidos de cuello blanco, doblándoles el pulso. No se puede ganar siempre más y más, y menos aún a costa de los más débiles; al final acaba uno chamuscado. Decía Fernando de Rojas en la Celestina: «Ninguna cosa hace pobre al avariento como la riqueza». ¡Qué gran verdad!

Yo prefiero quedarme con el ejemplo que muchos vecinos de Arahal dais día a día, ejerciendo la solidaridad internacional (al traer a niños del pueblo saharaui en verano o al colaborar con la ayuda a los refugiados de la guerra de Siria), dando muestras de vuestra mejor vocación humana promoviendo el altruismo como mejor método para relacionarse (fue el caso de la I Campamento Solidario municipal sin cuya vocación desinteresada de los monitores no hubiera visto la luz) y ayudando a vuestros semejantes necesitados (véanse las Hermandades o las dos Cáritas locales). Precisamente, hace dos semanas, premiamos a Manolo Manaute y Antonio Casado: quisimos así reconocer, a estos dos entrañables vecinos de Arahal, su incasable labor en ayudar durante décadas y décadas, a los más necesitados de nuestra localidad, sin pedir nada a cambio.

En un mundo en el que el origen de todos los conflictos proviene del dinero, encontrarse con tantas personas de buena fe no tiene precio. «Hace mucho el dinero / mucho se le ha de amar/ Al torpe hace discreto / Y hombre de respetar / Hace correr al cojo / Y al mudo hace hablar». Eso lo decía el Arcispreste de Hita, en su Libro del Buen Amor, en el siglo XIV. Pasados siete siglos, estos versos tienen plena vigencia: políticos corruptos por doquier, empresarios en la cárcel por prevaricación, funcionarios deshonestos… Todos ellos con un denominador común: quieren más dinero del que les corresponde. Son el pan nuestro de cada día.

Pero yo prefiero quedarme con mis vecinos, peleones, bravucones, sí, exigentes con mi gestión, sí, pero gente sencilla, que sabe el precio del esfuerzo y el trabajo. Para vosotros trabajo todos los días, con mis aciertos y equivocaciones, yo y toda la Corporación Municipal, cada uno en su lugar. Pensando en vosotros mejoramos el pueblo todo lo que sabemos: ahí están los jardines de la Fuente del Pulpejo, la nueva red de suministro de agua potable y los nuevos depósitos, necesarios para acabar con los cortes de agua. Ahí están el servicio de ayuda a domicilio, la escuela infantil «Campanilla», la escuela municipal de música o las escuelas deportivas, cuatro servicios que quiero mantener con todas mis garras en manos públicas, como la mejor manera de garantizar la igualdad entre todos los vecinos de nuestro querido pueblo.

No me puedo despedir, sin antes tener un recuerdo por Rosarito y Rosa, tristemente fallecidas hace días de la peor manera. Todos tendremos un lugar en nuestro pensamiento para ellas, en estas fiestas; ha sido un golpe muy duro para todos nosotros y la familia. Desde aquí, va mi recuerdo a ellas, que además eran vecinas cercanas de mi casa y mi apoyo a la familia que conozco bien.

A todos, hombres y mujeres de Arahal, niños y mayores, de izquierdas o conservadores, creyentes o no creyentes, os deseo unas felices fiestas, en compañía de la familia y los amigos. Y, cómo no, un feliz año nuevo 2017, con más trabajo y sobre todo salud.

Felicidades.