Empresas
Más de 20 años de pinceladas en paredes que albergan rezos y moda
Una empresa de Arahal recorre España pintando edificios religiosos y civiles entre los que destacan una parte de las iglesias del Arzobispado de Sevilla
C. González
Arahal
Más de 20 años de trabajo acreditan a la empresa que dirige Antonio Núñez. Es de Arahal pero ha recorrido con sus trabajadores toda la península en busca de embellecer iglesias, conventos, centros comerciales, palacios o todos tipo de edificios civiles. Ahora se llama PinKasa, un nombre sencillo, tal como son los que han sustentado el mérito de conservar con sus brochas y pinceles edificios históricos o vanguardistas. El último de los trabajos ha sido pintar la fachada de la parroquia Santa María Magdalena, la más grande del neoclásico de la provincia. Han necesitado unos 2.475 kilos de pintura para que aguante quizás otros 20 años sus 4.400 metros cuadrados de paredes.
Atrás quedó la época del boom de la construcción a la que consiguió sobrevivir esta empresa, periodo en el que tenía 40 empleados y se llamaba Pintaral, el nombre que todavía se niegan a quitar de los rótulos, “porque uno tiene que ser fiel a sus orígenes y reconocer que, si hemos llegado hasta aquí, no es sólo por lo que estamos ahora, sino también por los que se quedaron en el camino”.
La empresa tiene su humilde sede en el barrio de El Ruedo, aquél al que se sienten arraigados. Empezaron, como muchos jóvenes de la transición, hace más de 30 años. Trabajando en lo que fue posible, probando la construcción y el campo, pero pintar a brocha gorda fue el camino, técnica que poco a poco dio paso a otras más cómodas y modernas, con los medios que exigen “los riesgos laborales”. Fueron uno de los primeros que hicieron de este oficio necesario una profesión.
La agenda telefónica de Antonio, dice, “ahora está llena de los números privados de los párrocos de medio Arzobispado de Sevilla”. Porque cuando piden un presupuesto a esta empresa de Arahal, saben que el trabajo está garantizado.
Han sido los responsables de dar color y mantenimiento, de la mano de otra empresa de este pueblo, Construcciones Frajomán, a iglesias sevillanas como la de San Sebastián, sede de la Hermandad de La Paz, la de la Anunciación de Nuestra Señora y Juan XXII, iglesia del Valle, sede canónica de la Hermandad de Los Gitanos, Nuestra Señora de la Antigua y Beato Marcelo Spinola (Sevilla Este) y muchas más que la memoria casi ha borrado porque son ya muchos metros de paredes pintadas. O conventos como el de Santa María La Real de Bormujos o Santa Clara, también de Sevilla.
Y a estos edificios religiosos, se suman otros civiles, como el museo del Palacio de las Dueñas de la Duquesa de Alba o la tienda más grande de cosmética de Europa, de la cadena Séfora, situada en la Plaza de Cataluña de Barcelona. “Las columnas asimétricas de esta tienda, que está en una antigua subestación, hubo que pintarla a dos colores buscando la perspectiva, tuvimos que utilizar el láser para que cuando entraras se viera perfecto”, cuenta Antonio Núñez.
También han salido fuera de las fronteras. De hecho, en la pequeña oficina que tienen en Arahal, hay un mapa de la península lleno de chinchetas de colores que señalan todas las ciudades que han recorrido sus pinceles. Edificios particulares, como la casa en Ibiza de Antonio Catalán, dueño de la cadena de hoteles AC, la tienda Nike del estado de Los Dragones de Oporto cuando albergó el partido inaugural de la UEFA EURO 2004 o la primera tienda HM de Preciados en Madrid.
El “canasto” con el que salen los trabajadores a primera hora de la mañana, lo traen lleno de anécdotas y de duras horas de trabajo. Como cuando pintaron la iglesia de Guadalcanal que tenía que cruzar la Sierra Norte de Sevilla, a las 5 de la madrugada, a menos 15 grados. De aquí cuenta una anécdota que todavía los hace sonreír. Hacía tanto frío en el interior del edificio, debido a que lo habían restaurado (de nuevo Frajomán) y todavía no estaban instaladas las ventanas, que vieron como a los albañiles se les congelaba la “mezcla” (argamasa) antes de poder echarla en la pared para enfoscar.
Han pintado iglesias y centros administrativos por muchas ciudades y en Arahal conocen cada rincón de la Casa de la Cultura, Casa del Aire, Oficina de Turismo, Casino Universal o el nuevo Centro Deportivo La Venta.
En una semana aproximadamente, terminan los trabajos de la parroquia Santa María Magdalena y ya tienen otros dos presupuestos entregados para pintar otra parroquia, la de Nuestra Señora de la Victoria, y la pequeña iglesia de la Veracruz.
Ahora cuando entras por la calle Marchena, Iglesias o Misericordia de Arahal puedes ver como reluce el templo de la Santa María Magdalena en los tres colores utilizados: marfil, arcilla y nácar en los detalles. Después de más de 20 años, las paredes han necesitado de casi dos meses de trabajo, pero ha merecido la pena, sin duda. Porque incluso han recuperado los antiguos basamentos de zócalo y columnas que llevaban más de un siglo tapados con capas y capas de pintura.
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