Morón de la Frontera
Marines en Morón, negocio para Utrera, ventaja para EEUU
JOSE A. SUÁREZ
La llegada de 800 marines USA a la base de Morón, en un momento de crisis, hace que desde el entorno de la base, se vea este hecho como una ocasión para hacer negocio con los americanos. Situación similar a la que se vivió en los años 50 con la llegada de los efectivos militares del país más poderoso, a una tierra pobre, que tuvo su reflejo en la película Bienvenido Mister Marshall. Nada nuevo bajo el sol.
Solo que ahora, el «Americanos, os recibimos con alegría» lo entona el Alcalde de Utrera que ha mantenido una reciente reunión con los empresarios locales para crear ofertas destinadas a los más de 800 nuevos marines que el ejército norteamericano enviará a la Base Aérea de Morón de la Frontera. Un alcalde utrerano que ya ha sido apodado por este hecho «el fenicio», desde Morón.
Empresarios de la restauración, la hostelería y el ocio, de otros sectores y de las distintas asociaciones de comerciantes del municipio acudieron al encuentro para «aprovechar la oportunidad de negocio para el comercio utrerano» indica una nota oficial. Los contactos se mantendrán en las próximas semanas para elaborar distintas ofertas al objeto de atraer a los militares hasta la localidad, mediante unas propuestas que reflejen el atractivo del municipio a la hora de escogerlo como punto de encuentro frente a otras localidades cercanas.
Muchos militares destinados a Morón, eligen Utrera para vivir por ser el mayor municipio de la zona de influencia de la base, con una gran tradición de buena acogida a los militares. Históricamente una mayoría de los americanos de la base han preferido instalarse en Utrera. También viven en menor medida en el resto de los pueblos de la zona. En Utrera existe una barriada llamada los pabellones americanos, dedicada a los militares, «made in USA». En los grupos de Facebook de los americanos de la base de Morón, se informa principalmente de las actividades sociales, culturales y festivas de Utrera.
La base de Morón es una pequeña comunidad donde viven unos 1000 militares y personal civil, con todo tipo de servicios en el lado americano como biblioteca, escuelas, -incluso tuvieron su emisora de radio, que supuso la entrada al rock en Andalucía en los años 60.
También tienen gimnasios, una liga de «baseball», clases de sevillanas y hasta un teatro donde se programan espectáculos, todo pagado por el Gobierno USA a través de la empresa USAF Services.
Incluso en septiembre cada año organizan una carrera conmemorativa del 11-S, donde pueden participar civiles de fuera de la base.
Para el Ayuntamiento de Morón y también para Arahal, la prioridad es el mantenimiento de los puestos de trabajo de los españoles de la Base, con una mayoría de vecinos de este municipio, ya que aún no está cerrado el conflicto laboral, pendiente de sentencia sobre los despidos del personal civil español, que el año pasado desarrollaron sonoras protestas en todos los ayuntamientos de la comarca, incluido Arahal. Entre los trabajadores españoles de la base, no ha sentado demasiado bien las manifestaciones del alcalde utrerano. El Ayuntamiento de Morón no quiere pronunciarse sobre las declaraciones del Alcalde Utrerano.
Por su parte el Gobierno español espera que esta nueva llegada de tropas se refleje en la contratación de nuevos trabajadores en la base y suponga un alivio en el conflicto laboral de la empresa encargada de los trabajadores civiles españoles de la base, muchos de los cuales son de Arahal.
«El conflicto laboral ha pesado en la decisión del gobierno español de autorizar el pasado 7 de marzo la autorización para que Washington pueda mantener durante un año más su despliegue militar en Morón», según declaraciones del ministro de defensa Pedro Morenés a la Cadena Ser. Además, el número de infantes de marina en la base aérea pasará de 500 a 850. No obstante, los sindicatos de la base llevan tiempo advirtiendo de la paulatina sustitución del personal civil español, por el militar americano.
Este nuevo despliegue otorga a EEUU más capacidad de reacción inmediata en el norte de África y, más en concreto, en la región del Sahel, sobre todo a raíz del ataque contra su Consulado en la ciudad libia de Bengasi, en septiembre de 2012, donde murieron cuatro norteamericanos, entre ellos el embajador.
Al igual que en la película Bievenido Mister Marshall, entre los los españoles que viven cerca de la base, aumenta la sensación de que la llegada de los americanos no fue para tanto. Vivimos con un trozo de tierra nuestra pero extranjera, a las puertas de casa, donde viven militares extranjeros en un área cerrada y opaca, que cada vez deja menos beneficios para los españoles, y más para USA, mientras España está intervenida por potencias extranjeras.
Del lado americano nosotros seguimos siendo esos exóticos y simpáticos nativos que descubrieron América hace 500 años, -entonces los nativos eran ellos- pero que hoy son incapaces de generar riqueza y gestionar sus propios asuntos sin la ayuda extranjera. Nada nuevo bajo el sol.
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