«Mi marido se ha sentido secuestrado en su país», asegura la esposa de un guardia civil sevillano enviado a Cataluña

Sevilla

“Mi marido se ha sentido secuestrado en su propio país”. Es el testimonio estremecedor de María del Carmen -nombre ficticio- esposa de unos de los 250 agentes de la Guardia Civil de Montequinto que fueron expulsados el pasado lunes de un hotel de Calella (Barcelona).

Sus palabras no dejan lugar a dudas de lo que están sufriendo, ignorantes en muchos casos de lo que está pasando en realidad. María del Carmen, esposa de un agente del GRS de Sevilla de 42 años de edad que forma parte del dispositivo destinado a Cataluña, ha asegurado que en los últimos días está sufriendo “que no sé siguiente donde está, aunque todos los días hablo con él, pero no me lo dice, aunque sí es verdad que ahora que los han sacado de Calella, él está mejor”.

“Lo noto en su voz, allí lo han pasado muy mal hasta el punto de sentirse secuestrados en su país, e incluso nadie sabe de qué forma los evacuaron el lunes de Calella y lo mal que se lo están haciendo pasar a los mismos vecinos que estaban a favor de ellos”, ha dicho, agradeciendo que hay muchos catalanes “de a pie” que se están dirigiendo a los agentes a título personal para agradecerles su labor.

Explica, además, que le gustaría “que la gente supiera que no está allí por gusto, sino que está cumpliendo con su trabajo como lo hace en otras zonas de España, y que no son maltratados, sino trabajadores, que hacen lo que hacen con mucho orgullo y sabiendo como hay q actuar en cada momento, porque para eso los preparan”, ha dicho.

Con respecto a cómo está influyendo este tema en su familia, señala que “tenemos una hija, y cuando me pregunta si su padre está allí le digo que no, que su padre está más arriba o más abajo, pero nunca donde están los disturbios, y no quiero que ella escuche que dicen q su padre es un maltratador, porque, vuelvo a repetir, no lo es, es una persona como otra, que obedece órdenes”.

“ Su madre y su familia están destrozados, y lloramos cada vez que vemos cómo los insultan o los ofenden, pero contamos con el apoyo de los compañeros y sus mujeres, tanto de aquí como de fuera de Andalucía”, ha dicho, agradeciendo apoyos explícitos como el del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, sin ser tan concreto “como nos habría gustado” el del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.

Ha valorado las palabras en la noche de ayer del Rey Felipe VI, que “me pareció diplomático, aunque no creo que el puede o deba decir más de lo que ya hemos escuchado”, enfatizando que “lo que queremos hacer llegar a todo el mundo es que que los agentes que están en Cataluña son personas y tienen familia, que estamos muy mal por la situación que se está viviendo”, poniendo el acento en que “hay gente de a pie que los aplaude y les da las gracias. A esos estoy muy agradecida y a las personas que ofrecen sus casas y lo poco que tienen para dárselo a ellos”.

Para ello, “son cabezas de turco, y al final ellos serán los culpables de todo, y para eso que se lo traigan de allí, que ya nosotras, todas las mujeres de los 8.000 guardias allí destinados, nos encargamos de que vuelva la sonrisa a sus caras junto con sus hijos y sus familias”.

Por último, subraya: “Mi marido vive por y para su trabajo. Esta profesión no es por dinero, es por que te gusta, lo sientes, y puedo garantizar que esto no hay quien lo aguante”.