«María sin Fronteras»: Pasión y compromiso de vida de una joven arahalense

Pepa Álvarez, directora del documental «María sin Fronteras». Foto: Arahal Información.

Carmen GONZÁLEZ @Verbigracia_6

La cineasta Pepa Álvarez presentó un proyecto en Canal Sur para contar a través de un documental qué hace la «Otra juventud». El hilo conductor de ese documental ha sido el compromiso, entrega y un viaje que hizo su sobrina, María José Illanes, a África hace poco más de 10 años, viaje que les costó la vida a ella y a otros dos compañeros más de Ingeniería Sin Fronteras (ISF), además de a otros 7 de distintos países de Europa. Para revivir su memoria tiene una cita el próximo día 18 de enero en el Teatro Municipal de Arahal donde su familia, su amigos y los vecinos y vecinas de la localidad podrán ver por qué tienen que sentirse orgullosos/as de la Otra juventud y de María.

María sin Fronteras. El documental se estrena en Arahal, pueblo de origen de María Illanes y de la directora del proyecto, Pepa Álvarez, el 18 de enero, en dos sesiones, a las 12 y 1:30 de la mañana. Además, la realización cuenta con la participación del fotógrafo Alberto Muñoz (fue el director de fotografía del cortometraje sobre Juan Ramón Jiménez), del experto en Sonido, Joaquín Pachón, profesional de Canal Sur y de Carlos López, profesor de Música de Estepa. De montar las imágenes, se encargó Sebastián Talavera, uno de los mejores documentalistas, también profesor de la Facultad de Comunicación de Sevilla. Las entradas se repartirán en la Casa de la Cultura el día 12 de enero, serán gratuitas.

La obra ya se ha presentado en Canal Sur el día 4 de diciembre. Su grabación y montaje ha durado poco más de un año, desde agosto de 2013 a principios de diciembre de este año y participa en la producción Canal Sur.

El principio

Puede que no hiciera falta este documental para que su pueblo lleve por bandera formar parte de las raíces de esta joven, tímida, inteligente, íntegra y, sobre todo, comprometida. Ese será el principio de la historia grabada en Arahal, Paradas, Marchena, Sevilla, Córdoba, Leganés (Madrid), Machaco (Kenia) y Arusha (Tanzania). Cómo llega María José Illanes a encontrar el camino de la solidaridad, el principio de su descubrimiento que se sitúa en un trabajo universitario sobre la situación de las mujeres en África.

Las Kyeni Women Group con el equipo de rodaje en el Primer pozo, de los tres que cooperó Ingeniería Sin Frontera en la zona de M’wala (Kenia). Foto del equipo de rodaje.

«María termina Bachillerato y empieza COU y se siente pérdida, comienza la búsqueda de algo que no le da su entorno. Lo único que parece tener claro es que quiere meterse en una carrera que le sirva para ayudar a la gente necesitada». De esta manera, la joven entró en Administración de Empresas. Economía y números para una persona que era de letras puras. La elección fue incomprensible hasta para sus compañeros que la llamaban “esquirola”. Pero ella seguía adelante con su propósito.

Sola inicio su andadura. Primero fue la asignatura de Economía Mundial la que le brindó la posibilidad de conocer la situación de la mujer en África. Palabras como empoderamiento o energías renovables formarán a partir de entonces parte de su vocabulario. María entenderá, gracias a este trabajo universitario, – «que fue toda una tesis», dice su tía -, que el único camino para que este país crezca es utilizando de motor a las mujeres.

La joven acabó estando segura de haber encontrado lo que buscaba cuando asistió al curso de Ingeniería Sin Fronteras en Málaga. Como una premonición, se dejó olvidado un pañuelo. Tenía que volver a ver a estos hombres y mujeres que, no sólo sabían de las necesidades del pueblo africano, sino que, además, lo concretaban en proyectos.

Desde ese descubrimiento a estar preparando el viaje al valle del Mangola en Tanzania habían pasado dos años. Antonio M. Rodríguez, de ISF, dice que «allá donde haya una necesidad, tiene que haber una cámara» pero sobre todo un proyecto y su financiación. El proyecto para María fue la apertura de un pozo y su canalización para una comunidad en esa área pérdida para la mayoría del mundo occidental, excepto para personas como ella. Antonio estaba allí e impulsó el proyecto.

Un chico escarba en el lecho de un río seco para extraer agua. En esta zona se instalaría el 4º pozo, que no pudo hacerse por falta de presupuesto. La gente tiene que caminar hasta 5 km. para llegar a este cause y coger agua insalubre. Foto: Equipo Grabación.

Seis jóvenes comprometidos se unieron a este proyecto. María era la tesorera de ISF, Javier Felices, vicepresidente de la ONG, y dos chicos y dos chicas, de Madrid y Córdoba. Murieron en el accidente, además de la joven arahalense, Javier Felices (Huelva) y Óscar Contreras (Lucena, Córdoba) junto con tres ciudadanos de Tanzania, dos de Suecia, uno de Nueva Zelanda y otro de Suiza. Los cuatro restantes sufrieron heridas graves de las que se recuperaron.

Una tabla de parchís gastada 

En casa de los padres de María en Arahal hay una tabla de parchís gastada de tanto jugar, ese ha sido el refugio de Paco Illanes y Lola Álvarez, padre y madre de la joven, es otro de los escenarios del documental que incluye imágenes especiales sobre una historia que marcó para siempre su existencia. La ausencia de un hijo o hija es una prueba para la que nadie está preparado, por ir contranatura.

Pero no es el único escenario. La directora ha tenido que investigar todo lo ocurrido en torno a María antes del viaje, se ha inmiscuido con mucho cuidado en lo que fue la vida de su familia, amigos y amigas, compañeros de ONG. Y ha descubierto que su sobrina era “un huracán”, como le dijera su amigo del alma Javier Ponce, hoy profesor en un colegio de Leganés (Madrid). Se ha trasladado también a las realidades de Yessica Galán, compañera y amiga, arquitecta, que en esos días dirigía una obra en Paradas (Sevilla).

Y lo más difícil, viajó en mayo, durante diez días, con su equipo de grabación, a Kenia y Tanzania, donde la esperaba la familia de una monja de clausura del Convento de Carmelitas de Utrera, con la que contactó para llegar hasta lo más profundo del pueblo africano donde descubrió por qué María Illanes persiguió ese destino.

La directora del documental contactó también en este país con la directora de una comunidad de mujeres africanas, Anastasia Mualoko. Las integrantes de esta comunidad, denominada Kyeni Women, trabajan con dos objetivos: captar fondos para conseguir una red de agua potable para el poblado donde viven y, al mismo tiempo, dan de comer una vez al día a los niños y niñas del lugar, un sándwich de pan de molde con un zumo, en la mayoría de los casos es la única comida del día. Pepa Álvarez cuenta que «la presidenta de las Kyeni, no dijo que los pozos le habían cambiado la vida».

Niños junto al primer pozo. Foto: Equipo de Grabación.

Descubrimiento y miedo

Pepa Álvarez se ha descubierto a sí misma de nuevo con este trabajo. «Descubro a la que fui hace 20 años, lo hago con pasión y con brillo en los ojos», dice la directora de cine. Todo después de pasar un duelo que la dejó sin palabras, cuando llegó el momento de contarlo, sólo primaba contar una historia de compromiso y de vida.

«Mi miedo era volver a encontrarme con María en Tanzania, a finales del 2012 tenía claro que haría este viaje». Fue un accidente muy grave que aún recuerdan en la zona. El destino a veces es puñetero y quiso ese día María cambiara su costumbre de llegar tarde, fue la primera y se sentó en los primeros asientos, los más castigados por el golpe. Tres burros se cruzaron en la carretera delante de un camión robado que venía cargado de cebollas, la maniobra del conductor lo llevó a impactar contra el autobús. Mala suerte para quienes tan llenos de vida iban en busca de mejorar el futuro de los demás.

Para Pepa fue duro llegar al lugar, sólo allanó su camino el descubrimiento de una juventud que pelea con uñas y dientes por mejorar el mundo, por muy largo que sea el camino. Y en este viaje personal se ha encontrado con aquella versión de María Illanes que no conocía del todo y con otro proyecto: un cuarto pozo para el que hay que buscar fondos. Casi sin esperarlo ha vuelto al principio del camino de su sobrina.

Todo vuelve a comenzar 10 años después del accidente.

Los niños de la zona del 4º pozo. Foto: Equipo de Grabación.