Marchena comienza a restaurar antiguas fuentes para crear la ruta del agua

C. GONZÁLEZ

Marchena (Sevilla)

En el plano se principios de siglo XX de Marchena se podía comprobar cómo fuentes y manantiales públicos estaban distribuidos en la localidad. Ese ha sido el punto de partida de un proyecto, pedido por el pueblo durante los últimos 25 años, para recuperar algunas de estas instalaciones y convertirlas en un proyecto turístico: la ruta del agua.

No es nada nuevo, se ha presentado como propuesta en pleno desde hace años, la primera vez por parte del Partido Andalucista, aunque nunca se ha comenzado el camino para poder restaurarlas. El proyecto surgía de vez en cuando, pero ha sido ahora cuando por un cúmulo de circunstancias, la obra de restauración de la primera de estas fuentes comenzará apenas en dos semanas.

El último empujón se lo han dado el marchenero Juan José Lora, jefe de proyectos del Consorcio Plan Écija, que junto con el policía local, Oliver Tovar, autor de varios libros históricos de la localidad, recuperaron la documentación que ha servido de base para el trabajo. El técnico lo ha desarrollado y ha buscado las posibilidades de financiación. Porque este primer proyecto de recuperación está valorado en unos 5000 euros, pero no costará prácticamente nada al erario público.

Juan José Lora presentó el proyecto tanto en el Ayuntamiento como en el organismo en el que trabaja, principalmente, por nostalgia, ‘nací junto a esta Plaza’, dice. Y a él se ha unido un arquitecto local, Israel Bellido, representante de la empresa Arcobeltia Construcciones S.L., especializada en restauraciones. De hecho han participado en la restauración de edificios de la talla del Alcázar, la Plaza de Toros o la iglesia de San Salvador, todos en Sevilla.

Ya tienen licencia de obras e informe favorable de la Comisión Local del Patrimonio Histórico de Marchena para la restauración de la primera de las fuentes, la ubicada en la Plaza de las 7 Revueltas. Un lugar céntrico, rodeado de casas solariegas y que da paso a un laberinto de calles estrechas y bonitos rincones de la localidad.

La restauración tiene en cuanta la forma actual de la instalación situada en la Plaza de las 7 Revueltas, con una base de piedra de dos huecos y la fuente de hierro fundido. El Consorcio del Plan Écija se ocupará de restaurar lo que se refiere a la parte de fontanería, incluso ha encargado una placa de bronce y latón en la Fundación Quijano S.L., del empresario y cartelista Enrique Blanco Fernández, de Alcalá de Guadaíra, en la que figurará el nombre de la empresa de aguas como colaboradora en el proyecto.

Este será el primero de los proyectos de restauración, seguidos por otras seis de fuentes que aún se conservan aunque en mal estado e, incluso, plantearán la recuperación de algunas que han desaparecido. La alcaldesa María del Mar Romero en la presentación realizada esta mañana en el Ayuntamiento ha nombrado cada uno de los proyectos de recuperación previstos: Plaza de las 7 Revueltas, Plaza de San Miguel, Plaza de San Sebastián, Madre de Dios, Doctor Diego Sánchez y Travesía de San Ignacio.

El concejal de Cultura, Victor Montes, resaltó en la presentación que ‘los marcheneros estamos volcados en la recuperación del patrimonio’ y se refirió a otros proyectos como la restauración de San Roque o de la Muralla, este último proyecto presentado en Fitur como atractivo turístico de la localidad.

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Origen del proyecto

Cuando Juan José Lora conoció el estudio sobre la historia de la red de abastecimiento en Marchena que hicieran el profesor Manuel Olías Álvarez y el archivero municipal Ramón Ramos Alfonso, se le encendió una luz y se puso a trabajar. Se hizo con un plano de la ubicación de las antiguas fuentes de Marchena para devolverlas a la vida.

Una vez terminado lo tituló ‘Proyecto de restauración y recuperación de las Fuentes Públicas: Siete Revueltas’. Su fuente principal de documentación fue el artículo de la Historia de Abastecimiento en Marchena de los dos autores citados y que fue expuesto en las IV Jornadas de Historia de la localidad celebrada del 6 al 9 de octubre de 1998.

Se trata de un estudio del abastecimiento de agua en la localidad que establece el origen de la primera red en el siglo XIX, cuando las únicas fuentes de suministro colectivo eran varios manantiales de los alrededores de la población y algunos pozos equipados como noria, así como los pozos particulares que existían en numerosas casas.

El trabajo llega con documentación hasta el siglo XVI y expone las antiguas fuentes, baños, manantiales y pozos que había en la localidad. Entonces estaban todas alejadas del gran grueso de la población. Los pozos que había en las casas no se utilizaban para consumo humano por lo que existían se abastecían por medio de los aguadores o ‘azacanes’ encargados de llevar el agua, principalmente de la Fuente de las Cadenas a los domicilios particulares.

La primera red municipal se acomete a finales de la década de 1920 con el fin de suministrar agua a la población económicamente desfavorecida y lo hacen con una veintena de fuentes públicas distribuidas por todos los barrios del pueblo. Entonces era conocida como la red de ‘Don Roque’, que pasa un década después a ser la empresa de agua de ‘Don Mariano’. Es la que se mantiene hasta la actualidad.

Por eso la historia de abastecimiento en Marchena se cuenta a través de sus fuentes o lavaderos que han venido utilizándose hasta la actualidad, según el estudio estos dos autores locales. Tal como el manantial del Lavadero (situado al sur de la localidad, junto al cementerio), la fuente de las Cadenas, el manantial de San Gines (carretera de salida de La Puebla de Cazalla), los manantiales de la zona del Barranco (junto a la fábrica de los Curros)

A mediados del siglo XX el aumento del consumo, unido a periodos de sequía, obligan a ampliar las conducciones, pozos y depósitos hasta llegar a la situación actual. Pero la historia de este abastecimiento se plantea suficientemente interesante como para contarla y hacer de ella un producto turístico.