Manu Sánchez: «Si en Andalucía no se pagaran impuestos, la Casa Taradellas estaría en Antequera»

Clausuró la Feria del Libro de Arahal con la presentación de su última obra «Surnormal Profundo»

Fotos: PitagorasFotos.com

Carmen GONZÁLEZ

El humorista Manu Sánchez ha clausurado la Feria del Libro de Arahal con la presentación de su última obra: «Surnormal Profundo». En casi dos horas, desgranó los últimos acontecimientos de la actualidad informativa, utilizando lo que considera su principal herramienta, el humor, al mismo tiempo que explicaba el contenido del libro, en la calle desde octubre de 2017 y que ya va por su cuarta edición.

La presentación tuvo lugar en la Casa del Aire, un auditorio ubicado en el casco histórico del pueblo. Manu Sánchez dijo que no sólo era escritor, actor y humorista sino también  «icono sexual y pregonero del verdeo», aquí ya comenzó a provocar las primera risas del público, aunque fue una línea seguida durante toda la exposición

El escritor comenzó explicando el título del libro. Y comentó que cuando se lo dijo al editor le costó convencerlo. Pero su idea era provocar. En «Surnormal profundo», el hecho de introducir una r, además de ubicar el contenido, «tenía que ser un puñetazo en el ojo, en el oído. La gente cuando lo lee no lo ve, mantiene el error de interpretación, por lo que indica que hay algo que corregir»

El libro para Manu Sánchez es una forma de «pringarse» porque los que tienen la suerte de ser escuchados, «tenemos que mojarnos, ponernos de un lado y aquí me meto en varios charcos para que la gente, cuando lo lea, piense y le dé vueltas a los temas».

Escribir para el humorista es «la forma más honrada de pensar, la más honesta de desnudarme». Porque considera que opinando diferente se puede llevar la razón y «ahora parece que no se puede hablar ni de religión, ni de política ni de fútbol cuando nos sentamos en una mesa». Le gusta estar en una sociedad sana, donde se acepten sin problemas la diversidad de opiniones, «ir a ver a Los Morancos aunque sé que César es del Sevilla».

El libro habla del Sur pero desde dentro. Porque aquí hay una forma de entender la vida y es necesario «contarnos desde dentro». Y puso como ejemplo lo que supone para muchos de fuera la Feria de Sevilla, entre otras cosas que los andaluces están siempre de fiesta. Sin embargo, no tienen en cuenta que supone un «impacto económico de 800 millones de euros por unos gastos de 200». Hacer esto con unas fiestas significa que «así somos de vivos».

El 60 % de la obra es inédita, el resto son artículos escritos para la Cadena Ser, uno de los medios en los que colabora. Pero la línea argumental, además del análisis, es el humor, para él, «herramienta de supervivencia, en esta tierra incluso en los duelos», a la hora de la rivalidad futbolística o, como hace él, empleándolo en sus obras de teatro, en sus libros, monólogos, entrevistas o presentaciones de libros.

La obra trata temas como el feminismo, andalucismo, terrorismo. Utiliza el humor para jugársela, según dice, pero con la intención de que el lector se divierta y sea feliz. Y echando mano del humor, aclara, que «leer el libro os convertirá en mejores personas pero con comprarlo lo pareceréis».

Manu Sánchez, en un momento de su presentación, junto a la delegada de Cultura, Rosa Pilar Vera.

Porque el humor es para él una terapia. «Cuando uno tiene que vomitar no sólo hay que tomar Primperan, si tengo algo aquí (señala la garganta) que me ahoga, tengo que vomitarlo con humor». Aunque aseguró que jamás hace humor con las víctimas ni las de terrorismo ni de las de violencia de género ni ninguna. «El humor tiene que molestar pero hay que saber a quién apuntar». Para él, lo interesante es «poner la piel del plátano para que se resbale Montoro, no la mujer de 80 años que viene cargada de comprar en la plaza».

En este punto se refiere a su opinión sobre el independentismo en Cataluña: «voy avanzando porque antes decían que no me entendían pero ahora sé que se molestan, por lo que está claro que me entienden». Porque han criticado su habla y el hecho de que opinara sin vivir allí. Y es que ya mismo, apunta, «no podrá opinar ni Puigdemont del tiempo que lleva fuera». Para el humorista, la empatía debe tener dos direcciones y por eso «hay que entender lo que pasa allí, pero también los catalanes tienen que hacer lo mismo con nosotros».

Y piensa que el problema de los catalanes no son los andaluces sino «sus gobernantes de derecha, han ganado siempre allí y ahora las tasas de la Universidad son muy altas». Y termina bromeando de nuevo para resaltar que «si en Andalucía no se pagaran impuestos, esto estaba lleno de catalanes, la Casa Taradellas estaría en Antequera».

En este momento, hizo alusión a los temas que utilizan para ir en contra de Andalucía, al considerar que es un pueblo subvencionado, por ejemplo, con el PER, cuya traducción para él es Patrón de Embarcaciones de Recreo. Llegado a este punto, Manu Sánchez está seguro de que «hemos llegado al reparto de estereotipos los últimos, los vascos son cabezones, los madrileños chulapos, los catalanes agarrados y los andaluces flojos, analfabetos, incultos, ¿no hay más cosas que nos achaquen? ». Todo en una tierra en la que los obreros han sido pisoteados, donde hay varios Premios Nobel y poetas conocidos internacionalmente.

En la presentación salieron a relucir varias cuestiones relacionadas con las críticas a los andaluces y su forma de hablar. Para Manu Sánchez no se trata sólo de criticar el habla, hay siempre algo detrás y es que «somos pobres, y si hacemos papel de pobres no hay problema, pero cuando los actores andaluces hacen de nombre del siglo XVI ya eso es otra cosa», refiriéndose a las críticas que recibió la serie La Peste, ambientada y grabada en Sevilla. Y, apuntó, «a mí me encanta que Fariña hable en gallego».

En este sentido, él prefiere «normalizar» y que cada actor tenga el acento de su tierra, sea cuál sea el argumento de la película. «Claro está que si el protagonista es gallego no puede hablar en andaluz y si es ciego, tiene que hacer de ciego, y así nos acostumbraremos a escuchar todos los acentos». De esta manera estarán reflejadas «todas las Españas».

Además reivindica que se deje de pensar cuando se critica al andaluz en que «mi abuelo cogía algodón y el del catalán tenía una empresa textil, por cierto para sacar dinero al algodón que cogía mi abuelo» y que esto sirva para despreciar todo lo de esta tierra, con desprecio y condescendencia.

El humorista insiste en que deformar la verdad puede resultar gracioso, pero que «se deforme la mentira es una injusticia, porque los estereotipos se convierten en lacra». Y para el escritor en Andalucía se ha avanzado. Puso de ejemplo a su propia familia. Sus abuelos han trabajado en el campo y en los almacenes de aceitunas de Dos Hermanas pero «eran personas brillantes, condenadas por las circunstancias al analfabetismo». Ahora él es un profesional reconocido, escritor, que llena teatros y con miles de seguidores dispuestos siempre a escuchar sus monólogos, analizando la actualidad con fina ironía e inteligencia y mucho humor.

Todavía no piensa en la segunda parte de este libro, aunque la actualidad política del país le ofrece temas para analizar. Preguntado por el caso Cristina Cifuentes, asegura que es un tema «ridículo» y la actuación de la expresidenta de la Comunidad de Madrid obedece a un «sainete rocambolesco y triste, es una barbaridad».

Después de la presentación del libro, participó en la firma de los ejemplares adquiridos por los participantes.