Los jóvenes que frecuentan el recinto ferial aseguran que la vigilancia policial reduce su presencia en el lugar

Aunque admiten que las medidas eran necesarias porque “cada vez las peleas e incidentes eran más frecuentes”

Francisco SEGURA

Tras las medidas de control policial tomadas en el último mes, Arahal Información ha entrevistado a cuatro jóvenes para saber, desde  este punto de vista, cómo está la situación en el botellódromo del recinto ferial. Estos jóvenes, de distintas edades y sexo, aseguran que ni mucho menos, el ambiente es el mismo que el de antes. Afirman que el aumento de dicho control, por unas causas u otras, ha llevado a que cada vez haya menos juventud que opte por salir de fiesta en la localidad de Arahal.  Con distintos matices en sus opiniones, todos coinciden en el evidente cambio que ha causado la intervención policial.

Foto: AI.

Una joven que acaba de cumplir la mayoría de edad nos comenta que las medidas eran totalmente necesarias. “Cada vez las peleas e incidentes eran más frecuentes”, señala. No obstante, nos dice que esto ha perjudicado mucho a algunas pandillas, como la suya: “dentro del mismo grupo de amigas hay menores, y para salir juntas,  hemos tenido que desplazarnos a Paradas”.  También afirma que el ambiente es más tranquilo y, por consiguiente, mejor; “en los últimos meses el pueblo estaba cogiendo fama de zona conflictiva y de drogas”.

Antonio Borrego, un joven de 21 años que ya ha frecuentado Mombassa otros años, ve como algo positivo todo lo acaecido últimamente: “se está cómodo porque ahora la gente va a pasarlo bien, y no teme que alguien venga buscando líos”. En cuanto a los menores de edad señala: “los jóvenes buscan ambiente en distintos sitios, pero la realidad es que ahora en Arahal se sale a gusto, y lo que es importante, tranquilo. Los menores deberán buscar otras alternativas como ya las buscábamos los ahora mayores en su tiempo”. A todo esto, añade que solo ve beneficio en el tema y que se debería seguir de igual forma en lo que respecta a controles y registros.

En el otro extremo, Sonia Fernández, joven que con 17 años no alcanza la mayoría de edad, nos da otro punto de vista totalmente distinto. “No se debe llegar ni al extremo de cero control, ni a lo que tenemos ahora, acabamos pagando todos por la gente que no se sabe controlar a la hora de ir de fiesta”. Además del aspecto económico que se está desaprovechando, señala que los menores de edad apenas tienen opción de ocio en la localidad; “es cierto que debe existir control, pero no tan excesivo, cada uno es mayor para ser consciente de lo que hace, el control parental debe ser más notable. No es normal que  una persona de 15 años esté a las cuatro de la mañana fuera de su casa, a partir de esto y el autocontrol no debería haber problemas”.

Foto: A.I.

Por último, hablamos con una joven de Paradas de 19 años, para que nos dé una opinión desde fuera. “Era una medida inminente, cada vez los incidentes eran de mayor importancia, y todos pedimos tranquilidad y seguridad a la hora de pasar un buen rato”,  admite la paradense. Asimismo opina que la menor asistencia de público joven a la zona en las últimas semanas es una mera consecuencia de las modas: “pasa siempre, en ocasiones la gente prefiere moverse por Paradas y en ocasiones por Arahal, seguro que dentro de poco la cosa volverá a cambiar a pesar de las últimas medidas tomadas”. Por último recalca, “no sé cómo la gente se plantea reducir el control policial, la seguridad está por delante de todo. En Paradas en las últimas semanas no está habiendo problemas, pero si los hubiese, espero que se actuase como en Arahal”.

Hasta aquí, las dos caras del problema, aquellos que opinan que se están aplicando las severas, pero correctas medidas, y los menores que se ven obligados a buscar otras alternativas en la localidad o pueblos colindantes. Lo que si queda claro, es que la actuación policial era totalmente necesaria para el bienestar de nuestra localidad.