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Arahal

Los habitantes de Llano Verde en Arahal se sienten vecinos de segunda 

Los habitantes de Llano Verde en Arahal se sienten vecinos de segunda 

Los habitantes de Llano Verde en Arahal se sienten vecinos de segunda 

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Más de 50 familias residen en las zonas rurales de Llano Verde, Santo Cristo y Olivares, término municipal de Arahal, denuncian desde hace unos meses que estas zonas, donde viven con sus niños, están “dejadas de la mano de Dios”. No hay parada de autobús para los escolares, el camino y las veredas están llenas de agujeros y basura, el único transporte es el particular. Las administraciones sólo se acuerdan de ellos, dicen, cuando llega la hora de pagar impuestos como el IBI.

Ocho y cuarto de la mañana. Por el camino de Aragón, al que se accede por la A-8125, carretera que conecta Arahal y Morón de la Frontera, comienzan a pasar coches de vecinos que van a sus tierras, salen de las urbanizaciones cercanas o van dirección a la empresa agrícola que está instalada en la zona, en este último caso se trata de coches o grandes camiones. 

El autobús escolar que recoge a los niños en un cruce de caminos.

Entre olivos y excrementos de pollos

Uno de los primeros vehículos que entra es el microbús escolar que llega al cruce de las tierras de la finca El Alabardero. Allí de ocho a diez niños esperan para ir al colegio. El autobús paran en un lado del camino, justo en el lugar en el que se ensancha coincidiendo con la entrada de la empresa agrícola. El camino está rodeado de olivares, no tiene arcén y justo en ese esquina, amontonados, hay un gran cantidad de excrementos de pollos de una granja cercana.

La mañana de este artículo estaba el día nublado, casi lloviendo por lo que no se notaba olor, según comentaban las familias que se acercan con el coche a ese cruce para dejar a los niños y niñas que van al colegio. “En cuanto hace un poco de calor, los niños tienen que esperar entre mal olor y moscas” y, a veces, animales muertos. Cuando llueve se resguardan debajo del olivo más cercano. “Tanto cuesta poner una marquesina de autobús aquí, eso son terrenos del Ayuntamiento”, dice una de las madres señalando a la finca del Alabardero.

Y, aun así, no es lo que más preocupa a las familias. “Es peor cómo pasan los coches y los camiones, aquí no hay ninguna señal que indique nada, como si no hubiera nadie viviendo”, dicen. Muchos días, cuando llegan al cruce hay dos o tres camiones de gran tamaño parados a un lado y otro esperando que abran la puerta de la empresa, “también podían dejarlos entrar dentro hay espacio de sobra y evitarían el peligro para nuestro niños”.

Agujeros de dos metros

El camino de Aragón tiene el firme en mal estado, con agujeros de hasta dos metros de ancho que provocan daños en los vehículos. “Los camiones de gran tonelaje se lo están cargando”, explican. Según estos vecinos, por las condiciones de la vía, sin arcén y sin anchura suficiente, incluyendo los dos nuevos puentes que cruzan los arroyos Alameda y Buitrero, no deberían dejar entrar este tipo de vehículos, “cualquier día pasa una desgracia”.

Y sobre todo temen el paso por dos puentes recientemente arreglados. “Le han hecho tanta pendiente que,  no hay visibilidad, cuando vas a cruzarlo te encuentras de golpe otro coche o un camión”, cuentan.  

Pero no sólo echan la culpa de este abandono a las administraciones, también a los vecinos que van al campo pero no viven allí. “Vienen los fines de semana y los ves salir en el coche, con el brazo sacado por la ventanilla con la bolsa de basura que tiran en los arcenes o en el primer eucaliptar que encuentran”.

Resto de basura en uno de los eucaliptares de la zona.

Un cartel al que no prestan atención

Hace aproximadamente un año, el Ayuntamiento de Arahal realizó una limpieza profunda de toda la basura de la zona pero vuelve a estar casi igual. La vereda de Barros está intransitable y en dos zonas de eucaliptos se puede ver montones de escombros, bolsas de basura, muebles viejos, botellas de cristal de todo tipo. “El Ayuntamiento cuando lo limpió colgó un cartel prohibiendo echar basura, ¿y qué? El campo es el lugar donde vienen a divertirse”. 

Vivir en el campo, a veces, para estas familias ha sido la opción mejor. “Me vine de Sevilla por sacar a mis niños de todos los peligros que hay allí y no cambiaría vivir en el campo por nada, no quiero que lo urbanicen, solo que arreglen esta carretera para evitar el peligro. Saben que existimos nada más cuando hay que pagar el IBI, el resto del año se olvidan de nosotros”. 

Con tan poco se conforman que incluso no se atreven a pedir que alguna línea de autobús pase por Llano Verde “como pasa por Valleverde» porque aquí hay vecinos que no tienen coche para ir al pueblo o, incluso para las familias que tienen hijos adolescentes que hay que estar llevando y trayendo. Esta propuesta la ven inalcanzable pero sí plantean que al menos mejoren la carretera y pongan una marquesina en el lugar donde el autobús escolar recoge a los pequeños. “¿Tanto vale eso para que no lo pongan?”, se vuelven a preguntar.

 

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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