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Sociedad

Las tres familias que se han librado de la demolición de sus casas sienten como si les hubiera tocado la lotería

C. GONZÁLEZ

A las tres familias que les notificaron la paralización de la sentencia de demolición de su vivienda, construida de forma ilegal en el campo, están tan contentas que aseguran sentir como si les hubiese tocado la lotería sin que llegue Navidad. Están en la misma situación que centenares de vecinos repartidos por toda Andalucía. Hace 10 años la Policía Judicial se presentó en su casa, les precintaron la vivienda, y en poco tiempo estuvieron condenados a 6 meses de cárcel, una multa, inhabilitación para poder construir, además de estar obligados a la demolición de la vivienda.

Los miembros de estas familias, que han sido protagonistas de las cámaras del programa de Canal Sur Andalucía Directo, dicen haber pasado un calvario en estos casi 10 años, desde que en 2006 los denunciaran por un delito urbanístico. «Cuando llegó la carta y nos dijeron que teníamos que ir a prestar declaración a la Jefatura de Morón como si fuéramos delincuentes, fue terrible» dice Francisco González Luna, uno de los imputados.

Todos coinciden que durante este tiempo no sólo han gastado dinero en abogados y documentos, sino en médicos porque la preocupación ha provocado que su salud se resienta. Por ejemplo, Francisco dice que en estos años le han diagnosticado una dolencia cardíaca. «De todo lo que hemos sufrido», dice su mujer que teme celebrar y salir en los medios «vaya que vuelvan a denunciarnos».

Estas tres familias, las primeras en Andalucía para la que se emiten autos de este tipo, celebraban ayer, en una de las edificaciones ante las cámaras, la resolución judicial que les ha devuelto la ilusión. «Estaba completamente desmoralizado por completo, pensar que tenía que derribarlo con todas las fatiguitas que he pasado para construirlo», asienten.

Andrés García, otro de los propietarios dueño de una nave, trabaja con máquinas y le contrataron el derribo de una parte de las cinco viviendas con la misma problemática que la suya, que ya han demolido en el término municipal de Arahal. «Los propietarios me contrataron porque si las derriba la Junta les hubiese costado mucho más caro», explica Andrés y añade lo que sentía cuando estaba realizando el trabajo: «Me ponía en sus carnes, estaba malo sólo de verlos».

Ahora estas tres familias sólo quieren disfrutar de tranquilidad porque después de 10 años de sufrimiento, y de casi haber perdido todas las esperanzas, vuelven a respirar.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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