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Sociedad

Las clarisas de Marchena triunfan con sus dulces en todo el mundo gracias a internet

Marchena

Hace 451 años que, de una u otra forma, la localidad sevillana de Marchena tiene relación con las monjas Franciscanas Clarisas, uno de esos conventos de los que muy poco se sabe de sus muros para adentro, aunque muy pocos vecinos no han probado alguna vez los dulces que salen de su cocina.

Ahora, gracias a internet, las monjas han decidido «romper» su clausura de forma virtual, con la creación de una página web que permite comprar los dulces tradicionales que sólo se podían adquirir, hasta ahora, acudiendo a su tradicional torno, y comprándolos mediante la carta de precios que tienen a la entrada de su convento.

De hecho, la web que han puesto en marcha es una variante de la que funciona con información del convento desde 2009, pero ahora la han convertido en una tienda online, un lugar en la red en la que se pueden reservar sus dulces caseros, consultar el catálogo, pedir el envío a domicilio o comprar los discos que han grabado con cantos religiosos propios a lo largo de su historia.

Se puso en marcha como una idea, pero se ha consolidado de tal forma que «tenemos pedidos prácticamente desde todo el mundo, hasta tal punto que algunos no podemos asumirlos por la dificultad que entraña tener que gestionar el envío de la paquetería a algunos lugares».

Formación

La portavoz de las monjas es Ana María Dueña (antes llamada Anne), una religiosa keniana que lleva 17 años viviendo en este convento de clausura, al que llegó desde Machakos, su ciudad natal, situada a 60 kilómetros al sudeste de la capital, Nairobi. Está sorprendida por el éxito de una iniciativa en el año que lleva en marcha, con clientes casi fijos que les reclaman sus productos «desde Austria, Alemania, Francia o Suiza», como lugares habituales de envíos de sus cajas de delicias caseras salidas de sus obradores.

Y todo ello, con un secreto, que consiste en que las hermanas Clarisas han eliminado el precio mínimo en los envíos, «y si alguien nos pide que le mandemos, por ejemplo, a Alemania una caja de dulces de 6 euros, nosotras se la enviamos cargando sólo los gastos de envío, sin importarnos el poco margen que pueda dejar esa caja en concreto».

Un servicio que, además, sufre las variables económicas de cualquier negocio, e incluso la portavoz de las monjas habla de «campañas», como si se tratase de agricultura, para concretar que «cuando llega el frío, las ventas aumentan en Andalucía, que en verano baja bastante, aunque durante el verano mantenemos una buena media de ventas en las ciudades del norte de España y lugares donde hace menos calor que aquí».

Ahora, el proyecto se enfrenta a algunos retos, como negociar con una empresa de mensajería que se pueda surtir de productos a los clientes de Estados Unidos, otro mercado emergente para las monjas marcheneras, con el problema que supone que sus dulces crucen el Atlántico, que ahora se intenta solventar.

La publicidad, en la web, es llamativa desde luego, ya que define a las monjas como personas con «manos de ángel para hacer dulces, de ángeles entendidos en repostería, licenciados por el cielo para trabajos tan terrenales», con la matiz de «ora et labora», es decir, rezan y trabajan «como antiguamente».

Con todos esos ingredientes, apostando por fabricación que elude los conservantes, con lo que el viaje sin refrigeración no les afecta, tienen hasta un «Top 10» de los más vendidos, que encabeza sus «Panellests», elaborados con una mezcla de almendra, azúcar y mermelada cuya receta final es secreta, y cuya docena viaja a todo el mundo, aparte de impuestos y gastos de transporte, por sólo 5.50 euros.

Historia

Este convento de religiosas recoletas de San Francisco fue fundado en el año 1624 por el IV duque de Arcos Rodrigo Ponce de León, y su esposa Ana de Aragón y Sandoval, virreyes de Nápoles.

En un principio fue establecido en la ermita de San Lorenzo, hasta el 25 de octubre de 1631, día en el que se trasladaron a unas casas pertenecientes al Palacio Ducal, quizás aprovechando elementos constructivos de la alcazaba o del propio palacio. Su organización alrededor de pequeños patios y su proximidad y relación con la iglesia de Santa María dan pie a estas hipótesis.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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