La relación entre actitud y productividad en el pensamiento de Víctor Küppers

En un mundo marcado por el ritmo frenético y la presión constante, la productividad se ha convertido en uno de los conceptos más valorados tanto en el ámbito profesional como en el personal. De hecho, en la actualidad, es cada vez más común sentir la sensación de culpa por no estar lo suficientemente productivos cuando estamos descansando.

Sin embargo, cuando hablamos de productividad no se trata solo de hacer más cosas sino de aprovechar bien el tiempo para hacer más cosas de una forma más eficiente. Para Víctor Küppers, conocido conferenciante internacional y experto en motivación personal, actitud, psicología positiva y crecimiento personal, la clave no se encuentra únicamente en la gestión del tiempo o en las herramientas de organización, sino en algo mucho más fundamental: la actitud que mantenemos ante nosotros mismos y de cara a las personas que nos rodean.

Küppers, que es autor de libros como «El Efecto Actitud: La gestión del entusiasmo en la vida personal y profesional», defiende que la productividad efectiva se encuentra profundamente ligada a nuestra manera de afrontar la vida. Según su pensamiento, la actitud es el motor que determina cómo nos enfrentamos a los problemas, cómo interactuamos con los demás y, en última instancia, cómo logramos alcanzar nuestros objetivos.

La actitud como factor diferenciador

Para Küppers, la actitud no es un factor más que tener en cuenta, sino que es el núcleo de nuestra identidad y de nuestro desempeño a distintos niveles, incluyendo el personal y el profesional. En sus conferencias, utiliza una sencilla fórmula para explicar su visión:

«Valor = (Conocimientos + Habilidades) x Actitud».

Esto significa que, aunque los conocimientos y habilidades son importantes, es la actitud la que multiplica su impacto. Sin una actitud positiva, nuestros talentos y destrezas van perdiendo fuerza. Küppers subraya que, aunque no siempre podemos controlar las circunstancias externas, sí podemos decidir cómo reaccionar ante ellas. Y es precisamente en esa elección donde reside nuestra verdadera capacidad de influir en nuestra productividad, tanto a nivel personal como profesional.

La conexión entre actitud y productividad

La relación entre actitud y productividad es directa. Es decir, que mantener una actitud positiva no solo puede ayudar a mejorar nuestro estado emocional, sino que también tiene consecuencias en nuestra capacidad para mantener la concentración, tomar decisiones y gestionar mejor nuestro tiempo en el día a día. De hecho, Víctor Küppers asegura que las personas que tratan de mantener una actitud optimista y proactiva suelen ser más resilientes, lo que les permite adaptarse mejor a los cambios y resolver problemas de una manera más efectiva.

Por otro lado, no hay que olvidar que una actitud negativa o apática puede traer problemas y terminar saboteando nuestra productividad. Es decir, que la falta de motivación afecta directamente a la productividad, lo cual puede generar una espiral de insatisfacción que puede terminar pasando factura al rendimiento. Según Küppers, cuando permitimos que la negatividad nos domine en el día a día, perdemos la energía y el entusiasmo necesarios para poder enfrentarnos a los retos que surgen en el día a día.

El impacto de las pequeñas cosas de la vida

Otro de los pilares del pensamiento de Víctor Küppers es la importancia de las pequeñas cosas de la vida. Para él, la productividad no se trata solo de grandes logros, sino también de construir una rutina basada en determinados valores como ser agradecidos, amables y comprometernos con nosotros mismos y con los demás.

Pequeñas acciones, como agradecer a un compañero de trabajo, organizar nuestro espacio de forma consciente o, simplemente, sonreír, pueden marcar una gran diferencia en nuestra actitud y en el ambiente que nos rodea. Estos gestos no únicamente nos ayudan a mantener una mentalidad positiva, sino que también fortalecen nuestras relaciones con los demás, un factor clave para el éxito y para sentirnos plenos, tanto en el ámbito personal como profesional.

La importancia de recuperar y mantener el entusiasmo

En sus charlas, Küppers habla frecuentemente de la necesidad de mantener y recuperar el entusiasmo, una cualidad que muchas veces se suele perder cuando estamos estresados o caemos en la rutina del día a día. Según él, el entusiasmo y la pasión son el motor de la acción y una fuente inagotable de energía que hacen que, en última instancia, podamos vivir una vida mucho más plena y ser felices.

Para lograr recuperar la pasión y el entusiasmo, propone centrar nuestra atención en lo verdaderamente importante: nuestras relaciones, nuestros sueños y valores. De esta manera, recomienda dejar de lado los pequeños problemas cotidianos y aprender a dejar hueco para disfrutar de lo que realmente nos llena y nos motiva. Este cambio no sólo ayuda a mejorar nuestra actitud, sino que también nos permite ser más productivos al trabajar de una manera mucho más motivada y comprometida.

La gestión de las emociones como herramienta clave

Otro aspecto fundamental del pensamiento de Víctor Küppers es la gestión emocional. En un entorno laboral o personal, es inevitable enfrentarse a situaciones de estrés, frustración o incertidumbre. Sin embargo, lo que marca la diferencia es nuestra capacidad para manejar estas emociones de manera constructiva.

Küppers anima a desarrollar hábitos como la meditación, la práctica de ejercicio físico o el uso de técnicas de respiración consciente para controlar y equilibrar las emociones. Además, resalta la importancia de rodearnos de personas positivas que nos inspiren y nos ayuden en nuestro camino. De esta manera, alcanzar las metas y los objetivos a corto, medio y largo plazo será una tarea mucho más sencilla.

La actitud como ventaja competitiva

En un entorno donde las habilidades técnicas y el conocimiento están, prácticamente, al alcance de todos, la actitud se ha convertido en un elemento diferenciador que nos permite o no destacar. Para Víctor Küppers, cultivar una mentalidad positiva, comprometida y entusiasta no únicamente nos puede ayudar a ser mucho más productivos, sino que también nos permite disfrutar más de la vida y cultivar mejor nuestras relaciones tanto personales como profesionales.

En conclusión, podemos decir que la clave se encuentra en el hecho de recordar que la productividad no se mide únicamente en cuanto a los resultados, sino también en el impacto positivo o negativo que generamos a nuestro alrededor y en la satisfacción o insatisfacción que encontramos en el proceso. Como dice Küppers en sus charlas y conferencias: «Tu vida no es lo que te pasa, es cómo reaccionas a lo que te pasa».

Por este motivo, si queremos sacar el máximo partido a nuestra productividad y construir una vida más plena, la actitud debe ser el punto de partida y lo primero que hay que tener en cuenta. Y, después de todo, ser productivos es importante, pero serlo aprovechando el tiempo al máximo es todavía más importante y si, además de ello, lo hacemos estamos motivados y mantenemos una buena actitud, seremos más felices en cualquier ámbito de nuestra vida.