La primera igualá del 2014, del Cristo de la Misericordia, inaugura la temporada de ensayos de las cuadrillas de costaleros

Antonio Bueno, capataz de paso del Cristo de la Misericordia, durante la «igualá». Foto: A.I.

C. GONZÁLEZ

Comienzan los días de la “igualá”. Las cuadrillas de costaleros de las hermandades arahalenses se reúnen a última hora del viernes para alinear alturas utilizando como punto de partida la séptima vértebra cervical de cada persona. Es tiempo de preensayos, para muchos ha comenzado la cuenta atrás.

Antonio Bueno lleva, con este, 16 años de capataz. El viernes a última hora convocó a la cuadrilla del paso del Cristo de la Hermandad de la Misericordia. Esa misma noche comenzó la emoción, preludio de lo que significa para él cada estación de penitencia.

El paso del Cristo de la Misericordia es singular. Tiene sólo cuatro costaleros por trabajaderas y son seis, es decir 24 hombres que van, mecen, rezan y siente al unísono desde que el Señor de Arahal sale por las puertas de la Iglesia del Santo Cristo a las siete de la tarde de cada Jueves Santo hasta que se encierra sobre la una y media, después de recorrer las principales calles del pueblo.

Bueno va acompañado de sus dos guías. Se podría decir que es el “clan de los Antonios” porque se llaman Antonio García y Antonio Bermúdez, para ambos fueron sus primeras palabras. Porque Antonio Bueno quiso dirigirse a su cuadrilla para reconciliar comentarios y pedirles que formen parte de una familia a la que se llega por fe, por tradición, por sentimientos.

24 hombres de entre 18 (edad mínima exigida) y 61 años. “Si el costalero está fuerte, no hay problema, porque, en realidad, si el paso está bien igualado hasta tú puedes soportar el peso”, explica el capataz. De 25 a 30 kilos, de esta noche y de todas las que llegarán con los ensayos, dependerá que esos 30 kilos no se conviertan en 45, quizás 50, y no haya lesiones de importancia.

Plano del paso

Antonio Bueno va poniendo en fila a los costaleros; quita de aquí y pone allí poco a poco y su guía apunta en un folio en el que está dibujado un plano del paso, las cuadrículas poco a poco se van llenando: Patero costero izquierdo, fijador izquierdo, corriente, fijador derecho y patero costero derecho o sólo costero.

Cada lugar tiene su nombre, a veces la posición se mantiene durante años porque todo depende de la altura de la persona. Suelen presentarse más costaleros de los que hacen falta aunque tienen que duplicar para los cambios, pero todo medido y cuadrado. “La igualá es el ensayo más importante que hace la cuadrilla”, comenta Bueno.

A esta igualá, la primera de la temporada en Arahal, tempranera cuando recién acaba la Navidad, a 84 días y 27 minutos del Domingo Ramos (en el momento que se redacta esta información),  también asiste el capataz del paso de palio de la Misericordia, José Manuel Márquez, que alineará su cuadrilla el 7 de febrero. Es el segundo año que va de capataz pero se ha llevado 18 de auxiliar, sabe lo que está haciendo.

Antonio Bueno es capataz por sentimiento: “Estoy aquí tocando el martillo porque es mi pasión, porque estoy pendiente de que los que vais debajo, estéis bien”. Lleva el paso de la Borriquita, Cristo de la Misericordia y palio de la Hermandad del Santo Entierro, es decir tres de ocho, más de la tercera parte del total de pasos que salen en Arahal.

Describe la salida del paso del Cristo de la Misericordia como la “más difícil”. Los costaleros sacan al Señor de Arahal de rodillas, para el capataz es un momento complicado “hay que estar pendiente de los dinteles del paso y de la columna”, pero para el público los minutos que tarda en pasar el umbral son algunos de los mejores de la Semana Santa de Arahal. Sobre todo si estás lo suficientemente cerca de escuchar la voz nueva del capataz, recién estrenada de Jueves Santo.

Ya sólo faltan 87 días y 6 minutos para que llegue el Domingo Ramos. Cuando llegue el día, el capataz de la primera igualá del 2014 apremiará a su cuadrilla en la iglesia de San Roque y le dará ánimos antes de empezar la que es la semana más importante del año,  por sentimientos.