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Opinión

La noche en la que no ganó nadie

La noche en la que no ganó nadie

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Por encima de grandes análisis políticos de comentaristas sesudos que se ganan la vida en los platós sin saber muy bien qué hacen, una de las cosas que queda clara las tras la jornada electoral del 10-N es que nadie ha ganado. Es así de fácil.

Se puede entender que han podido ganar los partidos que no tenían representación y ahora la tienen, o los que han subido sustancialmente su representación, pero, si se trata de que sean los ciudadanos los beneficiados del trabajo de los políticos ¿cómo se puede defender que alguien ha ganado estas elecciones si nadie tiene la capacidad para darle estabilidad a usted? Sí a usted, porque es a usted, a mí y al vecino de enfrente al que tiene que beneficiar unas elecciones, no a los políticos, que parece que no nos terminamos de enterar. ¿Le parece raro que se diga que nadie ha ganado estas elecciones tras escuchar los discursos triunfalistas de algunos, hombres en todos los casos, por cierto? Déjenos que analicemos caso por caso.

Por partes

  • PSOE: Se enfrentaba a estas elecciones con 123 diputados y ahora tiene 120. Por encima de la cifra, solo tiene la posibilidad de formar gobierno si concede cosas inconcebibles a demasiada gente. Puede ser un gobierno legítimo, eso que nadie lo ponga en duda, pero tan inestable que huele a elecciones por todos lados.
  • PP: Su líder ha sacrificado hasta su propia imagen, con una barba que nunca ha querido porque sus asesores le han dicho que en una pelea de machitos mejor tener barba que carecer de ella. Aparte de esa idea neandertal, anoche celebraba no se sabe qué. Está claro que se levantó ayer pensando en tener los suficientes apoyos de Vox y Ciudadanos para ser presidente, pero la única forma que tiene para gobernar es desgastar tanto a Sánchez que al final tenga que gobernar con un país en minoría, con sólo 88 diputados. Efectivamente, lo mismo que ha hecho Sánchez y que tanto ha criticado el PP. La política es así. Añada el calificativo que le apetezca.

Abascal en su entrada triunfal en Jerusalén

  • Vox: Abascal se presentaba anoche ante el pueblo como el Mesías en su entrada triunfal en el Jerusalén del Congreso, pero no ha ganado nada. Es verdad que ha puesto sobre la mesa el enorme apoyo que tiene su discurso, pero se acabó. Solo tiene discurso, porque sabe perfectamente que no va a gobernar ni va a tener peso en el actual reparto de escaños, pero esa comparecencia de líder de república bananera que tanto ha criticado tiene detrás un discurso basado en demasiados mensajes que mejor no repetir, y que resulta que ha calado en gente que cree de verdad que si mañana echan de su pueblo al moro de la tienda de al lado, pasado mañana llegarán a su cuenta billetes de 500 euros a docenas. Sí, Vox ha doblado sus apoyos, pero cómo lo ha hecho también da para pensar.
  • Unidas Podemos: “Aquí estoy para lo que haga falta”. Es el resumen de lo que anoche expresó Pablo Iglesias ante sus militantes anoche. Al creador y líder de Podemos se le notaba ayer con esa cara de haber dejado escapar una novia que te gusta y haberte quedado con la prima que nunca te gustó. Sabe que tiene parte de culpa en la repetición de las elecciones, pero también que sus votantes no quieren un pacto con el PSOE a toda costa. Por eso lanzó ayer el mensaje de “apoyo proporcional”. Después de pedir media Moncloa en verano, ahora se conforma con un despachito. Mención aparte para su compañero Alberto Garzón, que después de arrimarse al primo de Zumosol para que le defendiese en las urnas, creando esa coalición que deja a Izquierda Unida sin nombre en las urnas, soltó anoche eso de “Sánchez, que convocó las elecciones…” cuando sabe que no es verdad, porque se convocaron automáticamente al no haber gobierno en septiembre. La política, la mala política, se nutre de eso, de mentiras que se intentan convertir en verdad a fuerza de repetirlas.

El sillón con pegamento de Rivera

  • Ciudadanos. Lo de Rivera y su gente da para un análisis sociológico propio, pero no es más que el ejemplo de que la política no es para comer, sino para trabajar. Después de pedir dimisiones a pares desde que se sabe de él, anoche Rivera eludió irse a su casa inmediatamente, como haría cualquiera en su lugar con sus resultados, sino que convocó a su gente para que lo decida a partir de hoy. Rivera debe pensar que es mejor que lo echen para no perder el paro, porque de otra forma no hay explicación humana a su actitud de “el sillón es mío, porque yo lo compré.

Los otros…

En realidad, el análisis se podría llevar al resto de partidos. Cada uno de una forma. Incluso a los nacionalistas. Llama la atención que en este estado opresor en el que nadie respira sin que Madrid suelte el látigo, ahora hay un parlamento con 28 partidos distintos. Sí, 28, y muchos de ellos independentistas. Valiente chapuza de estado opresor.

Periodista corresponsal de la Agencia EFE, El Correo de Andalucía, eldiario.es... entre otros medios. Cubre principalmente Huelva y Sevilla en varios medios radiofónicos y prensa digital.

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