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Cultura

La historia de un país es la historia de sus miedos

María Gamero

Los niños de ahora no le tienen miedo al hombre del saco, no se asustan con el coco. Son las historias sacadas de Internet (creepypastas) las que hacen que no puedan cerrar los ojos antes de dormir. Los monstruos de antes “se limitaban a comerse a los niños sin demasiada ceremonia”, cuenta Javier Prado. Las leyendas urbanas de ahora son más elaboradas y “se apoyan en material audiovisual, que siempre impacta más”.

Este joven sevillano graduado en Comunicación Audiovisual ha querido darle forma a todos esos Monstruos Ibéricos a través de ilustraciones porque “las descripciones de algunos son de lo más pintoresca”. Además, Javier (@javiertprado) asegura que, tras muchos años interesado por la mitología y el folklore popular, en España “tenemos leyendas interesantísimas y muy olvidadas y me parece importante recuperarlas”.

Javier publica ilustraciones en sus redes sociales a lo largo de todo el año, pero cuando llega el mes de octubre, desde hace un par de otoños tiene una cita especial con su querido Inktober, o como él prefiere llamarlo en español, Tintubre.

La base del movimiento

El Inktober es un movimiento conocido por ilustradores de todo el mundo dentro de las redes. Su cometido es publicar un dibujo por cada día que dura el mes. La única regla es que los creadores de este movimiento publican una lista con una palabra asociada a cada día y los participantes deben interpretarla a su manera. Sin embargo, Javier apunta que “hay quien prefiere utilizar un tema global y quien opta por realizar dibujos no relacionados”. También hay cientos de listas y propuestas paralelas creadas por artistas individuales que cualquiera puede utilizar.” A fin de cuentas “lo importante es dibujar algo”.

Y es que a él le bastan unos cuantos de rotuladores, plumillas y bolígrafos para hacer que las pesadillas cobren vida. Lo hace en blanco y negro pero con un nivel de detalle que impresiona, aunque reconoce que este proyecto necesita ser trabajado con antelación. “De lo contrario me hubiera resultado del todo imposible publicar un dibujo y un texto cada día”. Sus miles de finas líneas, muy bien escogidas, hacen que el resultado final sea único y bastante personal.

Al hablar de su monstruo favorito Javier aclara que le cuesta elegir porque son muchos, pero que la historia de la Tragantía de Cazorla, una princesa musulmana convertida en mujer-serpiente sedienta de venganza, le parece “trágica y preciosa”.

El año pasado, bajo el título de Espantos de España, este joven sevillano también se sirvió del terror para ponerle cara a las historias más oscuras de nuestro país. “Al final las formas que damos a nuestros miedos, ya sean monstruos, fantasmas o demonios, dan una idea de cómo es cada grupo y sociedad”.

La diferencia con el pasado

Al final no hay tanta diferencia entre lo que temían y lo que temen los españoles. “No era raro que en épocas pasadas se identificara a estos secuestradores infantiles con gitanos o que muchos monstruos españoles tengan relación con los musulmanes”. Todo esto queda reflejado de una manera u otra en nuestra actualidad. “Que un niño crezca con estos miedos se traduce en una serie de comportamientos y odios cuando es adulto”.

Javier asegura que hay quien, a día de hoy, se sigue valiendo de ogros y monstruos para su beneficio propio con un objetivo muy claro, “despertar nuestros instintos más primarios frente aquel que es diferente, al que no entendemos y al que no queremos conocer”.

“Nuestra es la decisión de seguir teniendo miedo a los antiguos ogros de siempre o romper con una pedagogía tan vieja y peligrosa”.

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