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Arahal

La barriada de La Palmera en Arahal: área industrial, necrópolis y lugar sagrado en los últimos veinte siglos

La barriada de La Palmera en Arahal área industrial, necrópolis y lugar sagrado en los últimos 20 siglos

La barriada de La Palmera en Arahal: área industrial, necrópolis y lugar sagrado en los últimos veinte siglos

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El proyecto de excavación, investigación, restauración y puesta en valor del yacimiento arqueológico de la Barriada de La Palmera de Arahal está previsto que finalice durante el próximo mes de octubre. Cuando en 2007 comenzó la edificación de la barriada que lo acoge, abriendo los cimientos, encontraron un horno del siglo I, más de 80 tumbas y hasta los restos de una basílica, originaria del periodo paleocristiano, perteneciente a los siglos IV y V. Una vez se abra al público este espacio, el visitante podrá ver la evolución de los orígenes de la localidad, como entidad de cruce de caminos. Y se demostrará que ha sido lugar para el desarrollo de dos actividades industriales separadas por veinte siglos.

Seguramente cuando comenzó a construirse la fábrica de aceitunas La Palmera a principios del siglo XX, nada hacía presagiar que veinte siglos antes, en ese mismo lugar, ya se había iniciado una actividad industrial.

Una de las tumbas, con el esqueleto encontrado dentro.

Y es que, una vez desaparecidas dichas instalaciones agroindustriales, cuando comienzan las obras de construcción de la barriada, a finales de 2007, el descubrimiento puso de manifiesto que justo en este lugar, pero mucho tiempo antes, hubo un horno para cocer materiales de construcción como ladrillos y tégulas utilizados en aquella época. 

Actualmente, las obras están a unos cuatro meses de finalizar, después de más de una década clausuradas, ante las adversidades administrativas y económicas con las que se ha topado un hallazgo de estas características. Porque a partir de este momento, lo que iba a suponer una intervención urbanística más para crear la nueva barriada, se convirtió en un proyecto de investigación, restauración y puesta en valor de un yacimiento que  marca en el tiempo el origen del pueblo. 

 

Uno de los 47 sarcófagos que se mostrarán cuando las obras estén terminadas.

Arqueología y antropología

José Miguel Bascón es el arqueólogo que codirige actualmente la obra. Pertenece al Grupo de Investigación HUM262 de la Universidad de Córdoba y representa a la empresa BM Arqueología y Patrimonio.

A su vez, está acompañado en la revisión de estos trabajos por el antropólogo de esta misma empresa, Ángel Rubio, asociado a su vez al Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada. Ambos han visitado el yacimiento esta semana para llevar a cabo una inspección junto a un representante de de la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía.

Según el jefe de Obras, Manuel José García Esquivel  “ya ha pasado lo más entretenido y delicado”, porque un hallazgo de estas características es una labor concienzuda que recorre varias fases. La primera de ella se sitúa entre finales de 2007 y 2008, cuando se llevó a cabo la documentación y posterior amortización de gran parte de los restos existentes. Entonces, una pequeña parte del recinto quedó como reserva arqueológica a la espera de los permisos pertinente de la Junta de Andalucía y, una vez obtenidos, de la financiación municipal para llevarlos a cabo. 

Esas excavaciones iniciales, se realizaron sólo para documentar lo encontrado, la zona se valló y protegió y hasta este año no han comenzado las obras para su recuperación con un presupuesto inicial de 465.244 euros.

El proyecto de puesta en valor lo realizó la empresa VAO Arquitectos y las obras han sido adjudicadas a la empresa Construcciones Manjoin S.L., que, a su vez, ha subcontratado a empresas arahalenses para llevar a cabo distintos tipos de trabajos requeridos por el proyecto. 

 

En total se pondrán en valor 47 tumbas y el ábside de una basílica del siglo IV y V. También un horno del siglo I.

Horno, tumbas y basílica

En febrero de 2020, comienza la actual intervención en la que hay que poner en valor el horno de materiales de construcción del siglo I d. C., un total de 47 tumbas y el ábside de una basílica, de época posterior.

En principio, según el proyecto de musealización, el yacimiento estará dividido en dos zonas. En una de ellas se podrá ver una perspectiva global de todo desde el mirador, ubicado en línea con la calle Carmona y al que se accederá por la puerta de la antigua fábrica de aceitunas La Palmera, que también se ha conservado y restaurado. Las vistas desde este lugar incluirán la mayor parte de las 47 tumbas y el horno. 

En la actualidad han aparecido otras 5 tumbas nuevas al hacer los movimientos de tierra requeridos para la construcción de un muro. Debido a estas nuevas apariciones los expertos intuyen que la necrópolis se extiende por la calle Carmona.

De hecho, cuando se realizaron las obras para instalar la tubería de abastecimiento de agua que ha circunvalado el casco urbano (realizadas por ARECIAR), José Miguel Bascón estuvo a pie de obra porque siguieron apareciendo sepulturas en dicha vía al paso por la barriada. “Entonces se documentaron superficialmente al no ser afectadas y las protegimos echándoles arena y una capa geotextil para dejarlas en reserva”, apunta el arqueólogo.

En las últimas excavaciones, se ha trabajado en los 5 nuevos tumbas halladas y en otros 4 que se quedaron en reserva en la fase anterior. Todos se cerrarán, excepto tres que se presentarán seccionados junto a la zona transitable (segunda zona) para introducir en ellos un esqueleto (de plástico), protegido por una lámina de metacrilato.

De esta manera, podrán observarse los materiales y las formas constructivas completadas con información sobre el ritual funerario de los enterramientos.

Hay diferentes tipologías de sarcófagos, desde más sencillos hasta algunos trabajados con distintas formas y materiales.

Peculiaridad del yacimiento

En este mismo área, a la que podrá acceder el visitante, estará también la reconstrucción del ábside de la basílica (lugar donde se situaría el altar) dedicada al culto cristiano. “Accediendo desde la plaza, además de una panorámica general de las tumbas con sus respectivas cubiertas, se observarán los restos musealizados del ábside de la basílica y de las tres tumbas seccionadas”, explica el arqueólogo José Miguel Bascón que, insiste, en que “la paleotopografía original respestará escrupulosamente el yacimiento que se falseará lo menos posible”. En este lugar es donde se instalarán, por tanto, unos paneles informativos con las explicaciones documentadas de los restos arqueológicos encontrados.

Del ábside de la basílica queda parte de un contrafuerte, de ahí partirán para reconstruirlo siguiendo los criterios de intervención que permite la normativa en vigor. “Por los estudios realizados, sabemos que  el ábside de la basílica está orientad dirección NE, introduciéndose el desarrollo de sus naves hacia hacia la calle Carmona por lo que coincidiendo con su planta, en el acerado, se delineará un espacio realizado con los propios ladrillos del pavimento que, aunque a distinto nivel, situarán al visitante ya dentro del conjunto arquitectónico”, cuenta el arqueólogo.

Una de las características más peculiares del yacimiento es la diversificación de tumbas. “Necrópolis hay en otros lugares pero encontrarlas con parte de la basílica no es habitual”. Y cita Bascón como ejemplos las encontradas en Cortijo de Coracho (Lucena, Córdoba) o en Genera y Morón de la Frontera (Sevilla o San Pedro de Alcántara,  aunque algunas de ellas son “de una tipología diferente”, añade. 

Edades de los cuerpos encontrados en los sarcófagos

Además, según informa el antropólogo, Ángel Rubio, en las tumbas  aparecieron esqueletos de diferentes edades, de bebés de 6 a 9 meses, de 20 a 30 años y uno de 40 a 50, además de predominar los femeninos. Los huesos han sido trasladados al Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada “donde se realizará un estudio pormenorizado”. Una vez concluya, pasarán al Museo Arqueológico de Sevilla. 

La mayoría de los enterramientos han aparecido sin ajuar, sólo algunos se encontraron jarritas de cerámica que podrían estar asociadas con el rito del bautismo y que, en su día, fueron depositada en el Museo Arqueológico de Sevilla. Otra peculiaridad, contada por estos profesionales, es que hay diferentes tipologías de tumbas en función de su tipología constructiva.

“Está la fosa simple cubierta con tierra y el sarcófago construido con piedras o ladrillo, y tapado con mampuesto de piedra configurado cn una especie de túmulo, ladrillo o tégulas dispuestas transversalmente, longitudinalmente o en capuccina (doble vertiente). Incluso hay una con una bastante monumental cubierta a partir de una de bóveda de ladrillo por aproximación de hiladas, tégulas, lascas de piedra y túmulo de cascotes que la cubre superficialmente. Hay disparidad en la complejidad constructiva”, explica el arqueólogo.

Las obras están previsto que terminen en octubre, a la espera de que no haya más parones como el provocado por el confinamiento impuesto por el estado de alarma debido a la pandemia de coronavirus.

Una vez terminada, la barriada de La Palmera y este pueblo, dispondrán de un espacio único y evocador donde hace 20 siglos moraban los antepasados de los vecinos de Arahal.

 

Está previsto que las obras terminen en octubre, trece años después del descubrimiento del yacimiento.

 

Comienza la rehabilitación del yacimiento de La Palmera en Arahal, del siglo II

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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