José Quirós Rodríguez, un cura «bueno hasta el final con todos»

José Quirós Rodríguez, un cura «bueno hasta el final con todos».

Cuatro párrocos han oficiado esta tarde en Arahal la misa funeral de José Quirós Rodríguez, fallecido este martes a la edad de 81 años. Durante toda la noche mantendrá la iglesia Santa María Magdalena abierta para que su pueblo se despida de una hombre bueno y un cura ejemplar «ha hecho mucho bien», según comentaban los vecinos desde el momento de conocer su fallecimiento a causa de un infarto.

El féretro con los restos mortales del querido cura llegaron a su iglesia, la Santa María Magdalena, sobre las siete y cuarto de la tarde procedente del Tanatorio de Arahal, donde lo había velado su familia y amigos desde ayer. Representantes de todas las hermandades de la localidad, tanto las de Pasión como las de Gloria, esperaban en el pórtico de la iglesia para hacerle un respetuoso pasillo al féretro que iba seguido también de numerosas coronas y ramos de flores.

Ejemplar por su humanidad

Todo se colocó a un lado y otro del Altar Mayor de la parroquia presidida por la virgen de los Dolores de la Hermandad de Jesús Nazareno, lugar que ocupa durante todo el mes por la celebración de su 75 aniversario. La iglesia estaba llena de vecinos y vecinas que han ido a darle el último adiós a Pepe Quirós, nombre con el que era conocido. La homilia fue acompañada por el coro parroquial incluyendo a muchas mujeres que ya hace tiempo que no cantan pero que empezaron a hacerlo cuando él estaba todavía a cargo de la iglesia.

El actual párroco titular de la Santa María Magdalena, Álvaro Román Villalón, junto con el párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Victoria, Miguel Ángel García, además de Ignacio Jiménez y Álvaro Montilla, ambos muy relacionados con la localidad, han oficiado conjuntamente la misa en memoria de «una persona ejemplar por su humanidad». Román Villalón fue el párroco que sustituyó a Pepe Quirós y ha dicho durante la misa que «esta celebración no es solo para el perdón de los pecados sino para darle gracias a Dios por el bien que hizo Pepe en su pueblo».

Este jueves, el Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, oficiará a las diez de la mañana las exequias en la misma iglesia, antes del entierro que tendrá lugar en el cementerio municipal San Gabriel de la localidad. El féretro permanecerá toda la noche en la iglesia que fue en parte su hogar y por la que luchó siempre.

Donde había escombros creó un museo

Así es como lo contaban personas cercanas al párroco antes de la ceremonia religiosa. «Cuando llegó al pueblo, dónde ahora hay un museo había solo escombros, él arregló toda la iglesia, suelos, pintura interior y exterior, comprometiendo a gente, al Ayuntamiento, a las hermandades, sin parar».

José Quiros nace en una numerosa y humilde familia de Arahal el 6 de junio de 1939. Desde niño vivió su entrega a Dios como monaguillo. Se ordena el 24 de septiembre de 1976, siendo su primer destino pastoral Bellavista, aunque ya venía de Barcelona donde trabajó como maestro.

Se hace cargo de su parroquia, la Santa María Magdalena en 1988 y, quienes lo conocieron en esos días, recuerdan que «se le cayó el alma a los pies cuando vio el estado de deterioro en el que se encontraba». Ahí fue donde empezó una labor de restauración y limpieza con un grupo de colaboradores que se implicó con él y que serían los que empezarían a formar la nueva comunidad religiosa de Arahal, con grupos parroquiales que cuidó y mimó hasta convertirlos en parte de su familia.

Compromiso y generosidad

Cuentan quienes estuvieron cerca de él que llegaron a llamarlo «Espartaco» porque llenaba la iglesia, todo gracias a su compromiso, generosidad y trabajo continuo con esta comunidad. No le costaba hablar con quien hiciera falta y organizar una recaudación de fondos destinados a comprar bancos nuevos para la iglesia, un nuevo complejo parroquial y una casa rectora. Mejoró también el patio recuperando su esplendor de antaño y fue el que creó el museo porque había que enseñar al pueblo, que le había dado tanto, el patrimonio de la iglesia.

Su familia lo recordaba hoy con un profundo cariño porque «ha sido bueno hasta el final con todos».