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Jamones y paletas de varios puntos de España conforman la selección de productos de Casa Verita

Jamones y paletas de varios puntos de España conforman la selección de productos de Casa Verita. Cada pieza que compre el cliente ha sido seleccionada entre miles para consumir con los máximos principios de calidad.

Para Casa Verita es tiempo de selección. Es una de las épocas más importantes del año porque será la que defina la calidad de los productos de esta marca. Por la manos de Concepción Vera, la propietaria, pasan en estos días miles de piezas que palpará y olerá para definir su línea de venta, algo que para ella es una tradición y el principio de la temporada.

La primera visita ha sido a fábricas de Castilla y León. La semana pasada pasaron por las manos de la gerente de Casa Verita unas 6500 piezas de jamón, de las que dejó apartada en el almacén ya con su marca, 2.600. Concepción va acompañada de su padre, Manuel Vera, el fundador de la empresa en 1967. Sabe que a su lado, siempre aprende 

En estos días, recorre el valle de Los Pedroches (Córdoba) para llevar a cabo la misma tarea y, todavía, falta ir hasta otra fábrica de Granada donde realizará la última selección de productos. “Siempre lo hacemos en estas fechas para no quedarnos sin producto de calidad”, explica Concepción Vera. 

 

Conchi Vera junto a una de las selecciones de jamones y paletas ya con la marca de Casa Verita.

Época de selección, periodo de aprendizaje

Para Casa Verita revisar las piezas significa que por sus manos pasan “una a una” el número citado. Y explica que este trabajo de selección sirve para inspeccionar el mapa de la pieza que marcará la fecha de consumo. “Hacemos apartados, piezas seleccionadas para consumir ya, otras en el verano y otro apartado para Navidad”, explica la propietaria de la empresa. Además, comprueban pieza a pieza los documentos de genética y certificados de ibérico.

La selección de productos se queda apartada en la fábrica y se realiza tan pronto para tener más donde elegir ya que “después está todo escogido y así no nos quedamos sin productos de calidad”. La paleta se seleccionan con dos años de curación y los jamones con tres. Las piezas seleccionadas se cuelgan otra vez en la bodega natural en cuerdas desde el techo para culminar el secado de aquellas que aún no están en su punto, como por ejemplo las seleccionadas para Navidad. 

Después todo este producto seleccionado con antelación en fábricas donde Casa Verita es referente, llega hasta el almacén de Arahal conforme vaya haciendo falta.

La época de selección es un periodo también de aprendizaje. Concepción Vera asegura que por muchos años que lleve en el mundo de jamón, “todavía me queda mucho que aprender”. Y esto lo dice después de que por sus manos hayan pasado miles y miles de piezas.

Cuando vuelve de uno de estos viajes por media España, la propietaria de Casa Verita dice: “trabajo terminado y brazos molidos”.

 

Manuel Vera fundó la empresa en 1967.

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