Israel Rodríguez: “Estoy contento en Polonia. Tenemos equipo para ganar la Liga y llegar lejos en Europa”

El jugador arahalense ha pasado unos días en su tierra natal para estar junto a los suyos antes de regresar, tras previa parada en Almería,  a Belchatów, donde actualmente vive y juega con el PGE Skra.  

A.S. /AI

Israel durante su estancia en Arahal. Foto: AI

Israel Rodríguez Calderón vive desde hace unos dos meses una nueva aventura profesional y personal. El jugador internacional ha vuelto a cambiar de aires esta temporada para pasar a defender los colores de un nuevo equipo en otro país distinto. Y la verdad es que, de momento, las cosas no le van nada mal.

Su equipo, el PGE Skra Belchatów está segundo en la clasificación y, a nivel individual, ya ha sido nombrado MVP en el primer partido en el que jugaba de titular, casi recién aterrizado en la ciudad polaca.

“Estoy bien allí. Hay mucha afición por el voleibol y nos encontramos pabellones llenos donde siempre gusta jugar. Nosotros tenemos un buen equipo con el que podemos ganar la liga y llegar lejos en Chamopions”.

Además, en el plano personal, el receptor pasa por un momento dulce: se casó este año y dentro de poco será padre por primera vez.

A pesar de no tener a la familia con él en Polonia, está a gusto en Belchatów, una ciudad de algo más de 60.000 habitantes y situada a 160 kilómetros de Varsovia. Entrena mañana y tarde con su equipo, en sesiones duras de trabajo. Pero a todo ello él ya está más que acostumbrado. Viene de vivir muchos años fuera de España (y más aún de Arahal) recorriendo diferentes países europeos como Turquía, Rumanía, Francia e Italia (liga más potente del voleibol europeo).

Ahora el destino ha dirigido al campeón europeo hasta Polonia, aunque a punto estuvo de llevarlo esta misma temporada hasta Asia: “A inicios de temporada tuve ofertas para irme a Irán y casi hago las maletas, pero al final las cosas no salieron y yo también prefería quedarme jugando en una liga más potente”.

Isra, con la bandera de España tras ganar el campeonato europeo. Foto: rfevb.es

Y es que el ‘4’ aún tiene pensado jugar varios años más al máximo nivel. Tiene 34 años, pero, de momento, no piensa en una fecha de retirada, aunque eso sí tiene una idea de lo que le gustaría hacer en unas temporadas. “Quiero seguir jugando entre los mejores y cerrar mi carrera en el Almería. Después, querría dedicarme a algo vinculado con el deporte”.

Allí, en Almería, Israel ha vivió los mayores éxitos deportivos a nivel nacional entre 2003 y 2006, proclamándose campeón de la Superliga, de la Supercopa de España y de la Copa del Rey (torneo en el que fue nombrado mejor jugador en 2006).

El año siguiente, 2007, tampoco se le olvidará al arahalense. En ese año levantó el Campeonato de Europa y de la Liga Europea, entrando en la historia del voleibol nacional y formando parte de un mítico combinado en el que se encontraba su ídolo y amigo Rafa Pascual.

“Rafa y yo nos hicimos muy amigos. Compartíamos habitación en las concentraciones y, para un jugador tan joven como era yo, aquello era increíble. Veía cómo le pedían fotos y autógrafos, cómo las fans les enviaban autógrafos…”

Es, probablemente, una de las cosas más bonitas que le deja el deporte y, por eso, ‘Isra’ tiene claro que volvería a elegir el mismo camino si volviese atrás: “Gracias al voleibol, he vivido cosas que no cambiaría nunca”.

Aunque para ello, haya tenido que trabajar duro y sacrificarse desde bien joven. Pronto tuvo que dejar su grupo de amigos y compañeros con los que empezó con 7 años a hacer puntos en El Ruedo para salir fuera de su tierra y labrarse su futuro con solo 15 años. Huelva en dos etapas, Málaga, Gijón, Elche y Almería fueron disfrutando del juego y la calidad del receptor, al mismo tiempo que la Selección Española.

Así, a base de esfuerzo, su creciendo cada vez más su carrera, en la que tuvo que superar graves problemas, como el fallecimiento de su madre cuando empezaba  como profesional. No fue fácil, pero, a pesar de dejar un tiempo el voleibol para ejercer en los albañiles, Israel no tiró la toalla y llegó a cumplir, con constancia, calidad y trabajo, una de sus metas: enfundarse la elástica nacional, algo que ha hecho ya ciento de veces.

Y han podido ser muchas más, si no fuese por las lesiones y por las condiciones por las que atraviesa el voleibol (al igual que otros deportes minoritarios) incluso a nivel de Selección.

Debido a ello, ha tenido que dejar por momentos sus obligaciones con la ‘Roja’, aunque ello no quita que para él haya sido un auténtico orgullo cada vez que se la ha puesto. Al igual que lo es que el pabellón de su pueblo lleve su nombre para siempre. “Ese reconocimiento me dio mucha alegría”.

Una placa lo recordará en la entrada de esta instalación y su brillante trayectoria y palmarés (que ahora espera seguir ampliando en Polonia) lo recordarán en la mente de todos sus vecinos arahalenses y en la de los aficionados al voley nacional.