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Análisis

Garrapatas y pulgas, diferencias y peligros para la salud humana

Carlos Lobato

Garrapatas. Con este término genérico nos estamos refiriendo a un grupo de artrópodos arácnidos, concretamente un tipo de ácaros, que han adaptado su aparato bucal para poder fijarse (o clavarse, como decimos aquí) a la piel de otro organismo y succionar la sangre de la que se alimentan.

Rhiphicephalus sanguineus o garrapata del perro.

Entre las características que nos ayudan a identificarlos como arácnidos están la presencia de cuatro pares de patas, aunque las larvas, es decir, las crías, solo tienen tres pares, lo cual puede hacer que los confundamos con insectos.

Aquí en Arahal se suele hablar de garrapatas y chinchorros, normalmente pensando que se trata de animales diferentes, cuando en realidad son el mismo animal. A los que llamamos chinchorros no son más que adultos de garrapatas que han acumulado en su abdomen una gran cantidad de sangre obtenida de su huésped. Su aspecto es tan diferente porque su tamaño puede aumentar entre 5 y 10 veces respecto a su estado normal.

Existen dos tipos básicos de garrapatas, las duras y las blandas, denominación que hace referencia a que su exoesqueleto puede presentar diferente dureza. Entre las garrapatas duras, se encuentran las más conocidas, como la garrapata de los perros y otras parásitas de mamíferos, que suelen esperar en las hierbas y matorrales dónde estos pastan para engancharse a su pelaje. Entre las garrapatas blandas están las que son parásitas de las aves. Al contrario que las primeras, que no se suelen desprender con facilidad de su huésped, las garrapatas blandas se despegan después de cada comida.

Entre los daños que pueden producir estos animales a las personas se encuentran las lesiones e infecciones secundarias por la propia picadura y otras enfermedades más graves como la fiebre botonosa o fiebre exantemática mediterránea, la enfermedad de Lyme y la fiebre recurrente por garrapatas. La fiebre botonosa mediterránea es una enfermedad infecciosa aguda causada por una bacteria, Rickettsia conorii, que se transmite por la garrapata marrón del perro, Rhipicephalus sanguineus.

Esta fiebre es endémica en muchos países de la cuenca del Mediterráneo, y de ahí su nombre. Algunos de los síntomas que la caracterizan son: comienzo con fiebre brusca, generalmente alta, cefaleas, fotofobia, artralgias, mialgias y una fuerte sensación de malestar general. La fiebre recurrente está producida por bacterias del género Borrelia, transmitidas también por garrapatas. Sus síntomas más característicos son fiebre repentina con sudoración abundante, escalofríos, dolores de cabeza, náuseas, erupciones cutáneas y dolores musculares y articulares.

Rhiphicephalussanguineus o garrapata del perro

Sobre la enfermedad de Lyme, podemos decir que es una enfermedad crónica que puede producir manifestaciones cardiacas, neurológicas, reumatológicas y cutáneas. La transmiten las garrapatas del genero Ixodes, y la produce la bacteria Borrelia burgdorferi, que se suele encontrar en mamíferos como ratones, ciervos, ovejas, cabras y vacas. El pronóstico de esta enfermedad con el tratamiento adecuado, es bueno, pero si no se trata precozmente, pueden aparecer afectaciones crónicas graves, fundamentalmente neurológicas, que pueden llegar a ser invalidantes. En España, los datos que hay hasta ahora indican que la incidencia de la enfermedad es bastante baja.

Una buena medida de higiene y prevención cuando se ha estado en contacto con animales domésticos que puedan tenerlas o se ha caminado por una zona de pasto o hierba alta es inspeccionar cuidadosamente todo el cuerpo, haciendo especial hincapié en las zonas con vello y pelo.

Si la garrapata se engancha a la piel y la localizamos, hay que tener cuidado con la forma de extraerla. Lo mejor es usar unas pinzas y agarrarlas por la zona de la cabeza más cercana posible a la piel, para evitar que el cuerpo se desprenda de la cabeza, que puede quedar dentro y provocar infecciones. Tampoco se deben usar líquidos tales como aceites o alcohol, ni aplastar al animal, puesto que se pueden producir regurgitaciones del contenido del estómago hacia nuestra sangre, lo que aumenta mucho el riesgo de infección. En cualquier caso, y ante la duda, debemos acudir al médico si hay sospechas de que se haya quedado un fragmento de cabeza en nuestra piel y podemos guardar la garrapata muerta por si hubiera necesidad de identificarla.

Pulex irritans o Pulga común.

PULGAS. Las pulgas sí son insectos, de tamaño muy pequeño (entre 1 y 4 mm), ápteros, es decir, sin alas, con exoesqueleto duro y con el cuerpo comprimido lateralmente, para facilitar su desplazamiento entre el pelo o las plumas de los animales a los que parasitan. También son hematófagas, es decir, se alimentan de sangre, y tienen una gran capacidad para dar saltos enormes.

Cada especie suele tener preferencia por un tipo de huésped, así hay pulgas del perro, de las ratas, de los gatos,… pero no hay ningún problema de que pasen de unos animales a otros, como por ejemplo de nuestras mascotas a nosotros. E incluso existe una especie específica parásita de los seres humanos, llamada Pulex irritans.

Pulex irritans o Pulga común

Afortunadamente, en la actualidad no transmiten enfermedades, porque se sabe que las pulgas de la rata, Xenopsylla cheopis, fueron las principales responsables de la transmisión de la terrible peste negra o peste bubónica que asoló Europa en la Edad Media.

La mejor medida preventiva contra la picadura de estos insectos es una buena higiene personal, doméstica y de los animales de compañía.

Carlos Lobato es profesor de Biología del IES La Campiña.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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