Gabriel Cabello, presidente de Agro Sevilla: «Las aceitunas gordales se venden dentro de un Dry Martini»

Cuando hablas con Gabriel Cabello, presidente de Agro Sevilla y de Agropecuaria Herrera S.C.A, lo primero que se percibe es la contundencia con la que realiza todas sus aseveraciones. Es agricultor y cada día, además de ir de una cooperativa a otra para realizar gestiones, viajar, asistir a reuniones o encuentros y estar pendiente de echar un vistazo a la actualidad del sector de la aceituna, da una vuelta por sus tierras porque está en plena campaña de verdeo. Es un firme defensor de remar todos a la vez en un mundo complicado en el que insiste que hay que tener en cuenta la innovación para adaptarse a nuevos mercados. Todo menos quedarse parado, por eso nunca se queja porque su lema es “hay que trabajar”.

Para Gabriel Cabello el agricultor no debe ir en contra de la industria porque “¿quién ha puesto la aceituna en muchos países del mundo si no ellos?” Por eso hay que pelear por la innovación y el desarrollo “juntos porque puedes tener el mejor producto del mundo, pero si no es eficiente y rentable, no se llegará lejos”.

«Egipto produce ya más aceitunas que España»

Y, en este sentido, argumenta con datos en la mano. En el mundo se producen 2.800.000 toneladas de aceitunas de mesa al año, según el Consejo Oleícola Internacional, de los que 567.000 toneladas de media anual corresponde a España en los últimos cinco años, aunque pueden variar según la cosecha. “Hemos sido líderes mundiales pero a día de hoy Egipto produce ya más aceitunas que España”, apunta.

Agro Sevilla es una cooperativa de segundo grado, primera productora y exportadora de aceituna de mesa del mundo y una de las principales exportadoras de aceite. Cooperativa de segundo grado integrada por 12 cooperativas lo que supone más de 4.000 agricultores asociados. Su producción anual alcanza las 80.000 toneladas de aceitunas exportando a más de 70 países y dando empleo a 450 trabajadores.

Con estos datos sobre la mesa, Gabriel Cabello no para y siempre recomienda a los agricultores que no vean la aceituna desde un ámbito local o comarcal, “siempre les digo que viajen y comprueben los mercados, y que vean sus tierras como una empresa”. Es decir, les habla para que comprendan que el mercado de la aceituna no está solo en su venta como snack, sino que no tiene techo mientras sea considerada como ingrediente gastronómico. “Las gordales se venden dentro de un Dry Martini y la aceituna es el ingrediente vegetal más caro de las pizzas”.

Innovar como único camino

El trabajo de Agro Sevilla se centra en la innovación. De hecho en los próximos meses darán a conocer nuevas formas de presentar la aceituna para conquistar otros mercados. “Pelearemos por el de EEUU a pesar de la imposición de aranceles, pero no nos vamos a quedar quietos, estamos potenciando la innovación, desarrollando nuevos productos con formatos diferentes que presentaremos en los próximo meses”, cuenta Cabello.

De momento, han plantado más de 600 almendros, unas 10 hectáreas, para instalar una sección en la cooperativa dedicada a este producto. Es uno de los nuevos proyectos de Agro Sevilla, donde Gabriel Cabello lleva de presidente dos de los cuatro años.

En este sentido, asegura que hay que plantear al agricultor una premisa: “Qué puede aportarle más a la aceituna un sello de calidad o la innovación”. Y asegura que será “la innovación la palanca que cambiará el sector de la aceituna de mesa, llevamos años con la aceituna rellena de anchoas pero para vender en el mercado asiático hay que elaborar productos que respeten sus tradiciones y sus gustos. Si quieren aceitunas con sabor agridulce o para su sopa de pescado, hay que elaborarlas así”.

Gabriel Cabello, presidente de Agro Sevilla y de Agropecuaria Herrera S.C.A

“La mayoría de las industrias

aceituneras son familiares,

de gente muy trabajadora.

El cooperativismo se ha demostrado

que es un modelo de éxito

porque garantiza buenos rendimientos

pero necesitamos la industria”.

Para el agricultor y empresario, las variedades de manzanillas y gordal tienen un problema añadido, los costes de producción por lo que considera que “hay que invertir en I + D (innovación y desarrollo), el consumidor pagará por la calidad hasta cierto punto. En Singapur no van a pagar tres céntimos más porque la aceituna lleve un sello, mientras sea de calidad”.

Pero una de las cuestiones más importantes en el sector es considerarlo como un todo y trabajar juntos. “Debemos trabajar todos unidos, andaluces, extremeños, agricultores y empresarios y poner al sector donde nos corresponde”. En este todo, el presidente de la cooperativa insiste en que el sector industrial es esencial. “La mayoría de las industrias aceituneras son familiares, de gente muy trabajadora. El cooperativismo se ha demostrado que es un modelo de éxito porque garantiza buenos rendimientos pero necesitamos la industria”. Sobre todo porque es el sector industrial, según su opinión, el que ha puesto la aceituna en muchos países de todo el mundo. “Es raro uno en el que no esté la aceituna española”, dice Cabello.

Los aranceles implantados para el sector por EEUU han sido un problema que no los va a parar. “No vamos a abandonar este mercado y además hay que buscar otros alternativos para el incremento de la producción”. Y esta crisis sanitaria ha sido para Agro Sevilla un incentivo en el que valoran especialmente el “aprendizaje”, de ahí que se hayan intensificado el desarrollo de nuevas aplicaciones con la aceituna como protagonista.

El papel de la aceituna

Pero la pandemia también les ha servido para pensar el papel de la aceituna en la gastronomía. “Hay que tener en cuenta la respuesta positiva del consumidor, mientras caían los pedidos que se vendían al Grupo HORECA, subía el consumo durante el confinamiento”.

Asimismo, las cooperativas de primer y segundo grado, como son las dos que Gabriel Cabello representa, han respondido “manteniendo el empleo” y estableciendo todas las medidas preventivas necesarias para evitar el riesgo de contagios. 

Parte de estas medidas ya estaban instaladas, porque cooperativas como la de Herrera cuentan con la mayor parte de los procesos automatizados. El agricultor llega con su remolque a dejar las aceitunas y las pesa identificándose con una tarjeta, de manera que entran en las instalaciones controladas durante todo el proceso, lo que garantiza la trazabilidad. No son baladí estas medidas de automatización cuando se estima que la cifra de aceitunas que entra en campaña alcanza los diez millones de kilos.

Para Gabriel Cabello, la aceituna, de la que habla con pasión, tiene muy buenas perspectivas de futuro y se podrá comprobar en los próximos meses. Aunque no ha querido adelantar más sobre los nuevos proyectos de Agro Sevilla.

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