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Arahal

Francisco Muñoz, 41 años sembrando conocimientos y educación a varias generaciones de arahalenses

 

AIONSur Arahal C. GONZÁLEZ

Asistir a una clase del profesor Francisco Muñoz en el IES Europa es como dar marcha atrás en el tiempo para muchas generaciones de jóvenes de Arahal. Todos y muchos más de los que han dejado sus comentarios en las redes sociales cuando se ha colgado un vídeo en el que explicaba al alumnado de Primero de la ESO qué es la presión atmosférica con prácticas concretas. 41 años dedicado a enseñar Ciencia Naturales, toda una vida sembrando educación y conocimientos.

Ojos despiertos en rostros adolescentes. Cada año Francisco Muñoz vuelve a empezar en el IES Europa con el alumnado llegado de los colegios de Primaria de Arahal. Ha sido maestro del CEIP El Ruedo y el Sánchez Alonso. Ya apuntaba maneras cuando era un joven en prácticas recién salido de la Facultad, allá por finales de los años 70.

Ahora suma la experiencia que le hace evolucionar con el alumnado y sus tiempos. Es experto en informática y enseñar no es sólo profesión, es pasión. ¿Trabajar dicen? Mucho pero, como apuntaba esa máxima, búscate un trabajo que te apasione y no volverás a trabajar en tu vida.

Anécdota

El rostro de Francisco Muñoz apunta cada uno de los años pasados, pero los ojos siguen vivos y se emociona cuando recuerda, por ejemplo, aquella anécdota de hace más de 18 o 20 años, cuando mandaba aún la peseta, y requirió la presencia de una madre de alumno para que pagara una probeta del laboratorio que su hijo rompió por no prestar atención en clase a las medidas de seguridad que explicaba el profesor.

‘La probeta costaba 2.000 pesetas y reconociendo que parte del estropicio era también mi responsabilidad, le dije a esta mujer que yo pagaría la mitad, porque también debí darme cuenta de que el alumno no estaba atendiendo y por eso la rompió. Pero ella me dijo que ni hablar, que la obligación de su hijo era atender en clase, que tenía dinero ahorrado para un juego, y lo utilizaría para pagar lo que había roto’.

La clase práctica en el laboratorio comienza con una explicación sobre la característica más importante de la atmósfera: la presión. Probetas, globos, huevos, agua, hielo, butano, todo para hacer entender a 28 alumnos y alumnas dicha importancia.


‘A veces, para trabajar con el alumno la clase tiene que ser en el laboratorio, otras en plena naturaleza como, por ejemplo, para explicarles los árboles y las plantas. Y en otras ocasiones traemos la naturaleza a la clase pero siempre tienen que ver que puedes criar sapos siempre que después se lleven a su ambiente natural y sobrevivan. Es decir, lo que estamos haciendo aquí es que, cuando una charca se va a secar, cogemos los renacuajos, los convertimos en sapos, siempre alimentándolo con material vivo, porque si lo acostumbramos a comer pechuga, después no se van adaptar’.

Y no ha sido difícil verlo camino de cualquier lugar urbano elegido con un fin concreto. Como el día que se fue con sus alumnos a la estación de autobuses de Arahal para ‘corregir errores que pasan de padres a hijos’ porque las aves que anidan aquí ‘no son golondrinas’ como cree la mayoría de la gente. ‘Son aviones, las golondrinas hacen los nidos en interior, normalmente en los patios de las viviendas’ explica. Por eso están desapareciendo y los aviones, ‘que no pertenecen ni al mismo género científico’, están ocupando su lugar porque el nicho ecológico de una roza con el del otro, comparten el mismo alimento. Ese día les explicó todas las diferencias sólo con la observación de uno de sus hábitat urbano. Dentro de la clase esto es imposible.

La experiencia le ha dado a Francisco Muñoz una visión muy amplia de la educación, de las diferencias entre generaciones. Reconoce estas diferencias pero, dice que en el fondo, la disciplina depende mucho de la familia, del entorno del alumno. ‘Cuando el niño ve los límites claros entre el papel del profesor y el suyo, los problemas de disciplina desaparecen’. Y ésto es ahora y ha sido siempre. Es más cree que ‘antes los niños hacían barbaridades y temías decírselo a los padres porque le daban dos ‘guantás’ y tampoco querías eso’.

Reconoce que hay niños ‘muy dejados y tienes que hacer de padre’. Pero siempre hay que tener en cuenta su entorno: ‘Hay casos en los que tenemos las manos atadas. Por ejemplo el niño que está todo el día en la calle, que no le echan cuenta, perteneciente a una familia desestructurada. Aquí en la escuela queremos ponerle solución pero los castigos no sirven para nada porque está en la calle, nos reunimos una y otra vez y no sabemos qué hacer. Entonces llamamos a Asuntos Sociales que habla con los padres, y vienen rebotados porque hay que ver lo que hemos hecho. El niño llega al día siguiente más gallito porque los padres encima están enfadados con nosotros. Hay casos puntuales en los que decides hacer con ese niño lo que puedes porque la sociedad no está dando recursos para hacer más’. No obstante, asegura, que lo normal es que la familia te ayude y a veces estos niños son mayores y lo puedes convencer.

Francisco prosigue su clase. A veces el humor es su forma de introducir conceptos, de darle la vuelta a comentarios erróneos de los alumnos. No hay apuntes, ni libros. Sólo memoria para recordar miles de clases parecidas a generaciones de niños y niñas de Arahal que lo recordarán siempre.

 

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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