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Marchena

Esperanza Ponce: «A los jóvenes emigrantes os digo: no pararemos de luchar hasta que volváis»

El pregón de anoche de Esperanza Ponce Dorado pasará a la historia no solo por ser la pregonera más joven, sino por ser uno de los pregones de feria más hermosos y sentidos.

Ponce habló con el corazón, de forma sencilla y clara, huyó de artificiosidad y animó a todos los marcheneros a recuperar con orgullo sus raíces marcheneras.
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Sus palabras más emotivas fueron para su familia y su caseta y para todos los marcheneros emigrantes que han tenido que salir de su tierra y su país para trabajar. «Marchena, cierra ya el cofre de ese tesoro que se te va de entre las manos, y no dejes que te lo roben, cierra ya esa herida por la que te desangras, llénate de vida». A los que por causa del trabajo y la crisis están fuera les dijo «ésta feria os echaremos mucho de menos y no pararemos de luchar hasta que volváis. Vuestro sitio está aquí, con nosotros, en vuestra tierra, junto a vuestra gente».

A los marcheneros, pidió que recuperen de nuevo el rogullo perdido para poder decir a boca llena soy marchenero. «Soy mujer de costumbres y arraigadas tradiciones, soy marchenera. Pero paisanos Marchena es esto y más, mucho más, no todo es fiesta. Marchena son sus barrios, su gente».

 

Fotomontaje de Carlos Rosa para El Manchón.

«Sigue caminando, Marchena y no te dejes amedrentar por el futuro de un mundo de incertidumbre. Tus hijos, los que te queremos, los marcheneros, los que hemos heredado de nuestros padres este testigo, cogeremos las cuerdas de tu futuro para elevarte, como si de una cometa se tratara. Y  te llevaremos en volandas para que los que vengan sigan diciendo con orgullo. Yo soy de Marchena», señaló la pregonera.

Esperanza Ponce terminó el pregón dedicándolo a su abuelo, el desaparecido Leonardo Ponce, creador hace muchas décadas de la tertuñia El Manchón, que dio origen a la caseta hace 30 años en el pago de Los Manchones. En su finca se compartía amor por el campo, la caza, los caballos, la música, el arte y la amistad a modo de «perol de cuchará y paso atrás, de copa hablada». La pregonera recordó «el pellizo de una sevillana rociera de El Pelao, la pureza  de unas bulerías al calor de una candela y un toque de guiterra con sones de Melchor Chico».

 

La pregonera celebró el fin del pregón con una cena en El Manchón y un baile en La caseta Llámame Lola

Hoy El Manchón tiene un coro de campanilleros, un coro de carnaval y otro coro de feria. «El Manchón es una manera de disfrutar intensamente de la vida» como definió la pregonera. «Cuajaditos, y camino del pureteo», Pepe Aguilar, Javier Carmona, Javier Ballesta, Manolo Benítez, Jose Manuel Parrilla, Juan Carlos Dorado, -entre otros- forman la nueva generación que ha dado nueva vida a El Manchón. Algunos procedentes de la antigua caseta Los Serenitos, en la antigua feria de la avenida, hace ya 25 años. Este año se cumplen 25 años del traslado al nuevo recinto ferial y del primer pregón de feria de Ignacio Camacho.

Aunque en el fondo la pregonera señaló que las que toman las decisiones en la caseta son las mujeres, «son las diseñadores, las que deciden cómo adornar, las que hacen las flores y montan los farolillos».

 

Antes del pregón intervino el concejal de Festejos a modo de presentación y la presidenta de El Roete introduciendo al tradicional baile de sevillanas marcheneras.

Angeles Acedo comenzó su presentación contando una anécdota en la que una millonaria decía a un pionista, daría lo que fuera por tocar el piano como usted, a lo que el músico replicó que una intepretación así requería años de sacrificio y práctica. Con ésta metáfora Acedo indicaba que la cultura es el fruto del esfuerzo y la prática constante y continuado. Defendió a las las sevillanas marcheneras indicando que nacen antes que la actual feria, y antes que el nacimiento de países como EEUU. «El baile es la expresión suprema de la alegría compartida».

 

El coro de El Manchón compartió protagonismo con la pregonera en todo momento, interpretando hermosas sevillanas compuestas con letras marcheneras especialmente compuestas para la ocasión, y algunas rumbas y aires de feria que lograron meter en el frío escenario de la Sala Municipal de Cultura lo mejor del ambiente del real de la feria.

Al final del acto la Alcaldesa, Mar Romero, animó a todos los marcheneros a disfrutar de la feria aquí y ahora, «porque mañana no sabemos dónde estaremos y el año que viene Dios dirá», una verdad como un templo que resume el espíritu de la vida y la feria, expresado a la perfección por la pregonera más joven de la Historia de la Feria: aprovechar los buenos ratitos y olvidar lo malo, que de eso se trata.

 

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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