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Agricultura

El olivar se sacude la sequía para «capear» los bajos precios

 

C. González/Arahal

A poco más de un mes del inicio de la campaña del verdeo, si la meteorología lo permite, los agricultores de Arahal esperan con «incertidumbre» su llegada. La últimas noticias sobre los aranceles de EEUU que cargan la exportación de la aceituna negra y la tendencia anual a bajar los bajos precios del producto, sometido a los rigores de un mercado dirigido por grandes empresas, marcan el prólogo de una nueva cosecha cuya única ventaja ha sido la recuperación del olivar, que ha sufrido un largo periodo de sequía, gracias a la lluvia caída este año.

En Arahal esta temporada la principal novedad en cuanto a la venta de producto, es la instalación, ya confirmada, de un puesto de recepción de aceitunas de la cooperativa Nuestra Señora de Las Virtudes en la carretera El Coronil. Esta cooperativa, perteneciente al grupo Manzanilla Olive, cuenta con socios de la localidad que han asegurado la entrada de más de un millón de kilos de aceitunas. A partir de ahora, se ahorrarán el transporte hasta la ciudad morisca.

Fuentes del sector explican que el puesto de esta cooperativa hará competencia directa a la Sociedad Cooperativa Labradores de La Campiña en Arahal, de hecho, hasta este año no han decidido instalarlo, después de que la cooperativa local decidiera salirse del grupo Manzanilla Olive, donde están unidas otras 9 empresas de la provincia de Sevilla con el objetivo de formar un frente único para pelear por los precios del producto y comercializarlo con marca propia.

Campaña 2018, depende de las temperaturas

La campaña de 2018 se presenta de nuevo pendiente de cuánto durarán las altas temperaturas y a qué precios recibirá el mercado un producto en el que Arahal es líder mundial.

De momento, las previsiones apuntan que la cosecha de la aceituna gordal tiende a la baja y la manzanilla se mantendrá en una media. No obstante, gracias a la recuperación del campo por la abundante lluvia del pasado invierno y primavera, el producto será de mejor calidad, sobre todo si el verano ahora no se extiende demasiado y las altas temperaturas no lo agostan.

«El olivar sin duda se ha recuperado de un largo periodo de sequía», apunta Francisco Manuel Fernández, agricultor de Arahal. Las temperaturas definen cómo será el producto final, debido al agua caída durante el invierno y la primavera, si no llueve el hueso se endurece antes y la aceituna deja de engordar. De hecho si no llega la ola de calor de los últimos días, la aceituna hubiera adelantado porque el olivo estaba disfrutando con un verano de 32 grados».

Hasta aquí lo que las condiciones atmosféricas suponen para la producción de aceitunas. Pero es el mercado es el que finalmente manda y las grandes industrias del sector, que imponen el precio. En ese sentido, el joven agricultor dice que «desgraciadamente hasta que no existan leyes que obliguen a realizar un contrato tipo, el agricultor está desamparado».

Este año, a los problemas del sector, se ha sumado las duras condiciones arancelarias de la exportación de la aceituna negra a Estados Unidos. La mayor parte de las industrias de Arahal, incluida la Cooperativa Labradores de La Campiña) con más de 350 agricultores representados, trabajan la aceituna en verde. En Arahal sólo existe la aceituna negra, a final de temporada, sobre el mes de enero, cuando es el propio olivo el que la madura. A esta aceituna se llama prieta y comienza a tener un sitio en el mercado como producto gourmet.

La aceituna negra que traspasa el Atlántico es sometida a un proceso de oxidación para convertirla en negra y esto se hace principalmente con la variedad hojiblanca. Pero aunque en Arahal casi no tenga presencia esta forma de comercialización, sí es cierto que parte de la aceituna que sale del municipio en verde va camino de empresas que acaban exportándola.

Para Francisco Manuel Fernández, el problema del sector es «que se ha comprado a low cost y se vende a low cost». A partir de ahora, prevé, que «la variedad hojiblanca de la que se destinaba a oxidación de 300 a 400 millones de kilos, si la venta ha bajado de un 30 a 40 por ciento, ahora irá a parar a las almazaras para aceite».

Por su parte, otro agricultor, Francisco Rodríguez, dice que la política de aranceles norteamericana tiene dos direcciones, una el coste de la producción y otra, que es la que considera más preocupante al menos en Arahal, la Política de Agraria Común (PAC), es decir, las subvenciones al sector. «La gran mayoría de explotaciones serían inviables si no cuentan con estas ayudas, el 70% desaparecería», asegura, al mismo tiempo que apunta la necesidad de mejorar el precio del producto para terminar con estos problemas: «no quiero que me den una subvención sino que me paguen lo que cuesta producir la aceituna y ganar un poco, como todos».

Mientras, los agricultores recorren los pagos para ver como ha afectado la ola de calor al producto en sus distintas variedad. A la espera de que el verdeo pueda comenzarse a mediados de septiembre.

 

 

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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