El Macaco: el triunfo de lo original

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Barcelona

“Para ser virgen extra, del olivo a la prensa, y de la prensa a la despensa”. Es la frase que se puede leer en la parte trasera de la tarjeta de visita de Javier Aguirregaviria, que junto a Magdalena Gómez son la imagen de El Macaco, una de las nueve empresas arahalenses que están presentes en Alimentaria vendiendo la marca ‘Arahal me gusta’.

Ellos son protagonistas, junto a sus compañeros empresarios, de una de las experiencias comerciales más importantes que ha vivido la localidad, y han podido mostrar un producto que se distingue por muchas cosas, entre las que destaca la pureza de su origen: la aceituna Manzanilla.

Y es que, como explica Aguirregaviria a la hora de detallar el mensaje de su tarjeta, “un producto como el aceite de oliva necesita más”, y su calidad se debe, precisamente, a su sencillez.

El triunfo de El Macaco en la feria barcelonesa no es producto de la casualidad, sino de décadas de trabajo a sus espaldas. Con su puesta en marcha en 1996, su gerente, Manuel Gómez, quería revalorizar la aceituna manzanilla que, cuando maduraba, se malvendía para ser molida.

En aquella época se mezclada con otras variedades, como la verdial o la gordal, y su paso adelante hizo que se pudiese realizar un aceite que tiene todavía a la variedad manzanilla como su única aceituna. Nació un producto embotellado en exclusiva como Aceite de Oliva Virgen y Virgen Extra monovarietal, de variedad manzanilla.

Javier lo asevera y lo amplía: “Es aceituna manzanilla de Arahal, no trabajamos con otra. Nuestros productores nos traen la aceituna para el molino, y se consigue un aceite que tiene cuerpo, ese amargor que destaca como cualidad positiva”, explica, para añadir que hay gente acostumbrada a otros aceites que, cuando prueban el suyo, notan la diferencia al instante, para bien.

Manuel sigue al frente del negocio. Magdalena, su hija, ha acudido a Alimentaria a trabajar en la promoción de un producto del que defienden en la empresa que es “la aceituna fina de mesa por excelencia, pero también excelente para producir aceite”. No se obtiene tanto rendimiento como con otras variedades, pero compensa por la enorme calidad del aceite que se consigue.

La hija del creador de la idea considera una buena iniciativa haber acudido a Alimentaria, con las visitas multiplicándose cada día. Es cierto que es una feria a la que se acude para contactar, nunca para vender, “pero sorprende positivamente la respuesta que estamos teniendo. Desde luego, si los productos estuviesen a la venta, esto se quedaría vacío, pero con lo que estamos regalando y dando a probar las reacciones son muy buenas”.

En busca de nuevos destinos

Así, el trabajo de El Macaco en Alimentaria tiene muchos ribetes. Uno de los que parece que puede dar sus frutos en los próximos días es la puesta en marcha de la venta de este aceite en lineales de supermercados catalanes: “Hemos hechos contactos con distribuidores para Cataluña, de modo que, más que vender a un hogar en concreto, se pueda hacer a un comercio en particular”.

Por ahora, el contacto está hecho, y se verá con el paso de los meses el resultado. Es algo que “es lento, se habla mucho: Hay cosas que cuajan y otras no”, aunque Magdalena Gómez sí señala que han sido reuniones en las que se ha avanzado la posibilidad de que El Macaco cuente con nuevas maquinarias y suministros “que nos sirvan para modernizar nuestras instalaciones”, gracias a gente que han conocido en la cita catalana de Alimentaria.

Así, seguirá adelante la historia de este aceite con personalidad, que irrumpe con fuerza en los paladares, “que se hace notar, que ofrece un increíble rendimiento cuando se usa para guisar o freír, y aporta más sabor a los platos”, aunque también le dan un uso en crudo muchos consumidores para tostadas, ensaladas o acompañar un pescado a la plancha o al horno, entre otros platos.

Lo que destacan en El Macaco con mayúsculas es un producto que no deja indiferente a nadie. Este aceite afrutado, picante y amargo se ha abierto paso en los paladares del consumidor desde 1996. Y lo que queda por delante.