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Sociedad

El final del calvario vivido por 27 familias que han sido víctimas de la crisis inmobiliaria

Han esperado 6 años para que se termine de urbanizar el solar y así poder disponer de licencia de obras porque la empresa promotora P&M Construcción y Urbanización presentó concurso de acreedores y los dejó tirados

La promoción incluía la construcción de una vivienda, llave en mano, por 126.000€; al final pagarán 120.000 sólo por el solar

 

Parte de las familias propietarias de parte de los terrenos. Foto: A.I.

C. GONZÁLEZ

Érase una vez 34 familias de Arahal que un día invirtieron todos sus ahorros en la construcción de una casa para vivir en un solar de la Cruz de la Cava. Nueve años después de la primera gestión, las 27 familias que quedaron han pasado por un calvario, a punto de perder negocios y casas familiares que sirvieron de aval. Esta semana han comenzado de nuevo las obras de la urbanización del solar aunque, desconfiados aún, aseguran que brindarán con champán cuando el terreno esté a su disposición para construir la deseada vivienda.

La promoción era de la empresa P&M Construcción y Urbanización S.A. y anunciaba en el 2006 la venta de viviendas por 26 millones de pesetas, llave en mano, en un lugar privilegiado de Arahal, calle Cruz de la Cava.

Aparentemente la gestión no tenía ningún misterio. Se trataba de crear una comunidad de bienes a través de la que los propietarios pedían un préstamo a Unicaja de 1,5 millones de euros para pagar los terrenos a su propietario, Miguel Caballero, un vecino de Arahal.

Cada interesado tenía que dar de entrada 3.000 euros y llegar a 30.000 en varios pagos hasta que la urbanización estuviera terminada. La primera Certificación era la Compra Venta del solar, la segunda, la urbanización, la tercera la construcción y, la cuarta, entrega de llaves. Pero tres años después de las primeras gestiones y de crear esa comunidad de bienes, sobreviene una crisis que lleva a la empresa P&M Construcciones a presentar concurso de acreedores.

La deuda recae en los demás

De los 34 vecinos iniciales, 7 deciden salirse, por lo que el pago del préstamo se reparte entre los demás. Al ser Comunidad de Bienes, los vecinos tienen toda la responsabilidad de aguantar y seguir pagando porque, si abandonan este barco, la deuda recae en los demás. Pagan desde entonces 421 euros mensuales y no tienen casa donde vivir. Es más, debido al atraso en las obras, muchas de estas familias eran entonces parejas jóvenes con previsiones de boda, se han casado pero han tenido que irse de alquiler o vivir en casa de sus padres. Les ha condicionado su primeros años de vida en común.

“Nos engañaron desde primera hora”, dicen. Cada solar le ha salido por 20 millones de las antiguas pesetas (120.000 euros), es decir, muy lejos de los 26 millones que firmaron por solar y casa terminada. Según cuenta los vecinos afectados, el actual notario de Arahal “no se quiso hacer cargo de la operación de la compra venta del solar» por lo que la empresa los llevó al despacho del malogrado Pedro Romero Candau. 120.000 euros cobró por las gestiones y “a ninguno nos informó de cuáles eran los riesgos de este tipo de operación”.

El solar que compraron era en un principio de 125 metros cuadrados, ahora sólo son 100, porque la ley no permite más. Cada solar les iba a costar 100.000 euros y les ha costado 6.000 euros más. La casa terminada, llave en mano, sería 156.000 euros (26 millones de las antiguas pesetas), cifra que ha quedado muy lejos de la realidad final.

Ninguna empresa solvente

Nadie les advirtió que el camino sería un calvario propiciado por la crisis en la construcción que sobrevino de golpe en 2008. Después de que P&M presentara concurso de acreedores, Unicaja se negó a seguir dando crédito, necesitaban otro 1,5 millón de euros para construir las viviendas, a partir de ahí los vecinos firmarían un préstamo hipotecario para la financiación de las obras. “Según el banco, no había ninguna empresa con solvencia suficiente para hacerse cargo de la construcción de a barriada”.

El peor momento es cuando desde el banco les llega una carta de embargo. Es decir, o pagaban cada uno los 421 euros mensuales,  sin esperanzas de tener vivienda durante años, o Unicaja se llevaba los avales, casas, negocios, cuentas bancarias y todo lo que tuvieran hasta saldar la deuda.

La promotora tuvo que ingresar unos 300.000 euros de aval y fue a esto a lo que se agarró en 2008 el Ayuntamiento de Arahal y su área de Urbanismo, para poner un pleito a la empresa que no había cumplido con su parte, terminar la urbanización del solar. Y lo hicieron vía judicial. El pasado mes de marzo, el juzgado le dio la razón para poder emplear ese aval bancario en terminar la urbanización (las obras empezaron esta semana) y dar licencias de obras para el solar.

Después de 9 años, los 6 últimos de inseguridad y temor, cada familia ha tenido que tomar un camino en el que tuvieron que dejar a un lado la construcción de su nueva vivienda. Para algunas familias está todavía entre sus planes, para otras pasó la posibilidad y ahora tiene ahora otras metas.

Pero todas las familias sienten que han sido víctimas de los intermediarios que sobrevivían del negocio de la construcción. “El aval de la empresa debió ser mucho mayor de 300.000 euros, por qué no fue así, nunca lo sabremos”, dicen.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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