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Arahal

El clan de las Magdalenas

Magdalena Álamo García, una mujer de Arahal de casi 90 años, ha recibido un homenaje para el que han reunido a todas las mujeres de la familia con el mismo nombre

Fotos: pitagorasfotos.com

C.GONZÁLEZ

Arahal (Sevilla)

Viendo a la familia de Magdalena Álamo García (Arahal, 1928) no se puede evitar recordar aquella película de Christopher Lambert y Sean Connery, ‘Los inmortales’, que cuenta la historia del escocés Connor MacLeod perteneciente a un clan familiar que anunciaba una estirpe de valientes.

La protagonista de la historia ha sido la segunda de 7 hermanos, ha parido cuatro hijos, ha trabajado en el campo para sacar adelante a su familia. Por eso y por su bondad, le han organizado un homenaje y han reunido a 10 mujeres de la familia con el mismo nombre que la abuela. Es el Clan de las Magdalenas.

En el patio de su casa de la calle Barriete de Arahal rodeada de toda su familia.

La historia empezó cuando la bisabuela de Magdalena nació porque lo hizo un 22 de julio. La familia lo tuvo fácil, ese día es el de la onomástica de Santa María Magdalena, patrona de Arahal. Su madre también recibió el mismo nombre y después llegó ella. Nació el 15 de junio de 1928 por lo que ha dejado mucho atrás.

Es la familia de este pueblo que tiene más mujeres con el mismo nombre, un total de 10. Y hoy, para hacerle un homenaje a la abuela, se han reunido la mayoría, la menor tiene 21 años. Son nietas, sobrinas, sobrinas nietas, todas procedentes de la mismas rama, hasta 5 generaciones que han puesto Magdalena al menos a una de las mujeres de la familia.

No han querido esperar al 22 de julio para celebrarlo juntas. El presente es lo que cuenta y más para celebrar. Por lo que se han puesto manos a la obra para preparar una merienda con chocolate y dulces de Cuaresma y Semana Santa. Torrijas, roscos de azúcar, pestiños, empanadillas y, por supuesto, magdalenas.

Por esa razón, Magdalena estaba feliz, rodeada de su extensa familia a la que ha cuidado hasta hace apenas unos años, antes de que las piernas comenzaron a fallarle. ‘Pero todavía -dice una de sus hijas- dobla la ropa, parte los espárragos y hace croquetas igualitas todas’. Ella sonríe y no sabe a donde mirar de orgullosa que está de tener hoy a todos a su alrededor.

Era la segunda de 7 hermanos, sólo sobrevive ella y una hermana más joven que hoy estaba también a su lado. ‘He tenido seis hermanos como 6 ángeles’, dice. Y recuerda cómo han salido adelante. Los tiempos más duros han sido los años de la guerra y cuando su madre se quedó viuda, demasiado joven. ‘Mi abuelo murió con 58 años de un cáncer y mi abuela tuvo que sacarlos adelante con la ayuda de los mayores’, cuenta Teresa, su hija más pequeña, que es con la que vive.

Ya no puede con las piernas, pero tiene los recuerdos intactos. ‘Cuando empezó la guerra yo tenía 8 años, mi padre nos llevó a una casilla que teníamos en el campo, en el Arenal Gordo (un pago de Arahal), nos metió allí a todos, guisó un pollo para que comiéramos’.

Después de morir su padre, su madre tenía que ir cada día con un caballo hasta Morón de la Frontera para vender lo que producían en el campo y poder sacar adelante a la familia. Ella dice recordando que ‘era muy valiente, tenía que tirar para delante como fuera, por sus hijos’.

Cuando se casó volvió a vivir al campo, donde estaban sus suegros y ha trabajado en todas las labores agrícolas. Las hijas le dicen que cuente la anécdota del viaje de novio y sonríe. ‘Es como en la película de Paco Martínez Soria, se fue con una familia conocida a Sevilla y los suegros le echaron un pollo para que pudieran comer con ellos’, cuenta una de las hijas.

Ha tenido una vida de sacrificio. ‘Se ha jubilado con 80 años’, dice la hija porque hasta esta edad ha estado trajinando por la casa, sobre todo en la cocina. Hoy la sonrisa no se le quitaba de la cara, acariciando a una y a otra.

Magdalena se emociona cuando recibe un gran ramo de flores.

Y no pudo resistir las lágrimas cuando le ofrecieron a ella, a su hermana y a su cuñada, las tres mujeres que están vivas de esa generación, un gran ramo de flores. Rodeados de todos los componentes de la familia, se pusieron para una foto que ha hecho Claudio Ramírez, el responsable de la página pitagorasfotos, con quien se puso en contacto Magdalena, una de las hijas de la protagonista de esta historia para reunir a casi una docena de mujeres con su mismo nombre, en torno a la matriarca del clan.

Magdalena deja atrás una vida de mucho sacrificio pero tiene a su alrededor a una familia que la cuida hasta el mimo. Y sabe que su nombre seguirá vivo durante varias generaciones más.

 

 

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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