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Morón de la Frontera

De Morón a Nepal, un viaje para vacunar contra la rabia a cientos de perros 

En dos semanas, han trabajado informando sobre la enfermedad en las escuelas y practicando cirugía de esterilización para reducir la población de canes

De Morón a Nepal, un viaje para vacunar contra la rabia a cientos de perros 

De Morón a Nepal, un viaje para vacunar contra la rabia a cientos de perros 

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El veterinario moronense Antonio Vázquez ha llegado de Nepal transformado por la experiencia. «Un trocito de cada uno de nosotros se queda en Katmandú, con su gente maravillosa». Así describe la experiencia vivida en Katmandú, la capital de este país en el que todavía mueren varios miles de personas al año infectadas por la rabia, una enfermedad que lleva años erradicada en cualquier país de Europa. Por eso, junto con otros diez veterinarios de distintos puntos de España, se ha ido a esta ciudad «caótica» a vacunar, operar y enseñar a los más pequeños cómo evitar su contagio.

La idea surgió de una de las veterinarias que está en un grupo de whastapp a través del que se comunican profesionales de toda España. Antonio se apuntó con su hijo y ha pasado diez días en esta ciudad con más de un millón de habitantes. La idea era vacunar a todos los perros que dé tiempo, unos 70 diarios, con el objetivo de reducir en lo posible los riesgos para las personas. Allí se ha encontrado con gente «encantadora» que viven en una realidad muy diferente a la de España o cualquier país europeo.

 

Los veterinarios se reparten en grupos para realizar diferentes tareas. Estos de las fotos están vacunando por barrios.

Miles de perros que viven en barrios y los cuidan

Antonio cuenta que en esta ciudad hay miles de perros pero cada uno tiene su barrio y se ocupan de ellos. «No tiene propietarios pero por su religión cuidan de ellos», comenta. Claro está que la falta de recursos impide que estén vacunados y en condiciones. » Me recuerda cuando yo era pequeño y en España pasaba eso también, había muchos perros callejeros, hoy en día eso es impensable». De hecho el último caso de rabia en España se registró en 1978.

Los veterinarios se han dividido en grupos y han trabajado mano a mano con los voluntarios del centro Global Veterinary Aid, donde ayudan a animales pequeños que viven en las calles de esta ciudad. Un grupo se repartía zonas concretas de la ciudad para vacunar perros, señalándolos con  con un círculo rojo.

Otros han practicado cirugía urgente con animales que padecían serios problemas; y otros han dado charlas en las escuelas para informar a los más pequeños de las precauciones que deben tomar ante los perros que no conocen, la más evidente es que eviten acariciarlos, y les ayudan a reconocer los primeros síntomas de la rabia. Además les recomiendan una serie de medidas higiénicas a seguir cuando se vive con perros. Porque, aunque no hay estadísticas «en esta ciudad mueren al año seguro varios miles de ciudadanos de la rabia». Y también han esterilizado o castrado a varias decenas de perros para poco a poco, con este tipo de intervenciones, reducir la población y, por tanto, el peligro que supone para la salud pública.

Ayudar a los animales para ayudar a las personas

El veterinario de Morón dice que «para mi las personas están por delante de los animales pero este proyecto me gustó porque, ayudando a los animales, también ayudas a la población». Y en esta aventura hasta han conseguido que una perra paralítica de las piernas de atrás, ande después de que uno de los voluntarios que ha viajado con ellos, el marido de una veterinaria, le hiciera un carrito «Es muy manitas y con unos hierros y dos ruedas se lo ha hecho y la reacción del animal ha sido extraordinaria. Después de llevarse años arrastrando con dificultad las patas de atrás, ha visto lo rápido que se mueve con este andador y estaba feliz».

Una vez allí, el «manitas» del grupo también ha instalado puntos de luz y arreglado todo lo que podía porque las condiciones de trabajo son «pésimas». De vuelta ya en Morón, Antonio Vázquez se incorpora al trabajo de su propia clínica denominada Cruz Verde y colabora con protectoras como El Amparo del Sur de Arahal con perros abandonados. Pero en Katmandú se ha encontrado con una realidad muy diferente. «Este país es un caos total, el tráfico, una locura; la contaminación se puede masticar». 

Y ha sido una experiencia ayudar un poco a cientos de perros que dejarán de transmitir una enfermedad que puede acabar con la vida de una persona en 24 horas.

 

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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