De cómo el niño José Tejada creó de la nada el mito de Pepe Marchena

El 20 de agosto de 1929 la carrera ascendente de una estrella recién nacida llamada Pepe Marchena sufrió un duro revés. El Niño Marchena anunció su salto al teatro de la mano del autor más afamado del momento, el gaditano Muñoz Seca, quien tardaría horas en desmentir el bulo en la prensa madrileña. Para entonces la noticia era lo más comentado de Madrid y la obra se estrenó siendo un fracaso. Años después el marchenero triunfó no solo en el teatro, sino en cine, y dio el salto a America. 

Hoy y Mañana Marchena celebra el Memorial ‘Pepe Marchena’, en la Peña Flamenca con los cantes de Pepe Rueda y José El Francés. Incluye conferencias de los criticos flamencos Manolo Bohórquez y Alberto García Reyes. Con motivo del 39 aniversario de la muerte del cantaor los dias 5 y 6 de Diciembre en la Peña Flamenca de Marchena.

Dicen las biografias oficiales que José Tejada Martín, Pepe Marchena fue uno de los grandes del Flamenco, el más popular en su momento, que creó la colombiana, único palo flamenco creado en el siglo XX, que mezcló y fusionó.

La verdad es que Pepe Marchena era un niño pobre y sin recursos nacido con el siglo (1903), que hubiera pasado toda su vida sirviendo a los demás. Herrero a los 8 años, tabernero con Perea, guarda pavos en Montepalacio. Como su padre le prohibía cantar, se iba del pueblo y recorría los bares de la comarca, y en algunos sitios como Fuentes, ganaba concursos de cante con doce años.

El gran milagro de Pepe Marchena es cómo logró amasar fama internacional y dinero, sin leer ni escribir, con solo dos regalos que el cielo le hizo. Voz e inteligencia natural. Le llamaban «la vieja» por algo.

¿Cómo pudo un niño pobre y sin recursos, José Tejada, tener la visión de inventarse un personaje llamado Pepe Marchena, con rasgos casi teatrales, -postizos, ropa única y llamativa-  para triunfar en España y América, codearse con los más grandes artistas y darse la gran vida, con total y absoluta libertad en todos los aspectos, también en su vida personal a principios de siglo?. ¿Y como despues de ganarlo todo, lo perdió todo?.

El mito se inicia en Sevilla, y su Café Novedades que le abre las puertas a la fama y de ahí a otras ciudades.  Su primer éxito fue La Rosa, texto teatral de los Alvarez Quintero, que el adaptó para cantarla y desde entonces fue su mayor éxito.

En los años veinte ya era famoso en toda España cantando fandangos de Huelva y 1924 graba su primer disco y participa en varios sainetes de éxito.  En 1925  ya es tan famoso que canta en la inauguración del Hotel Alfonso XIII de Sevilla, para los Infantes Don Carlos y Doña Luisa. Después de triunfar como cantaor pone sus vistas en el teatro y de ahí el cine, América….

Pero entre tanto éxito también hubo sonados fracasos y estrepitosos ridículos. «La vieja», estaba aprendiendo el mecanismo de la fama. Y hacia lo mismo que veía hacer a los demás. 

El diario madrileño de espectáculos La Voz del 20 de agosto de 1929,  publica declaraciones de Pepe Marchena hablando de una supuesta colaboración teatral entre Pepe Marchena y Muñoz Seca. Noticia inmediatamente desmentida por el propio Muñoz Seca a través de un telegrama al Heraldo de Madrid. Pero la rueda de la fama ya se había lanzado a rodar.

Juanito Valderrama y Pepe Marchena

Marchena, preparaba un espectáculo que contaba la vida de un artista flamenco, alentado por éxitos recientes similares de otras compañías.

De nada sirvió que Muñoz seca enviara un telegrama al Heraldo de Madrid desmintiendo ser el autor del drama flamenco alegando no conocer al Niño de Marchena según desvela Eugenio Cobo en su biografía sobre la Vida y cante del Niño de Marchena. «Le agradecería muchísimo rectificara la noticia publicada sobre una colaboración mía con el Niño de Marchena. No tengo el gusto de conocer a dicho señor ni he tenido nunca con el correspondencia ni trato de ningún género. Para niños, tengo bastantes con los míos. Muñoz Seca».

La Voz del 20 de Agosto de 1929

La noticia parte de la propia boca de Pepe Marchena que un día llegó dos horas tarde a una cita que tenía concertada y comenzó a leerle al periodista “En el valle de la pena” la obra que aseguraba ambos tenían entre manos.

“Primer acto. Un verdadero alarde expositivo, la vida de un artista del cante Jondo. Pepe Marchena leia de prisa”, escribe el periodista y ahí se inicia un diálogo sin desperdicio.

—Un momento. En tanto usted descansa algo, podemos celebrar una charla reposada. —¿Cómo no? —¿Cómo fué el sentir vocación por el teatro? -Es una cosa inexplicable. Yo creo que mi vocación inédita surgió en cuanto tuve uso de razón. —¿Pero ha hecho usted muchos ensayos. -Más que gestos para cantar. —Pero esta obra que me lee…—Esa es la noticia bomba de que yo le hablaba ayer. Yo nunca pude soñar con que D. Pedro Muñoz Seca se dignara…(…) —Figúrese mi emoción. Yo no he hecho nada en ella. La pensé; se me salía de la cabeza, como me salen los fandangüillos de los labios de las muchachas, unos tras otros, y la planeé. La vida de un cantaor flamenco. La verdad. Su lucha, sus ilusiones, su triunfo, la caída… Y una noche, después de releída, se la mostré a Muñoz Seca. Me acogió con grandes muestras de entusiasmo, y al dia siguiente  me enviaba, el primer acto rehecho y la noticia de que “En el valle de la pena”… sería uno de los primeros estrenos de Madrid». La Voz, 20 de agosto de 1929.

Tres semanas después la prensa auncia que Marchena se presentará en Madrid con el espectáculo, le llaman cantador y ‘autor dramático’ (guasa). La publicidad estaba hecha, que era lo que Pepe quería.  Por fin las explicaciones del Maestro alegando ‘me lo indicaron. Con é (Muñoz Seca) ze eztrenaba pronto y bien… Le escribí y ni me contestó, el hombre se hizo la ilusión pensando que con la carta era suficiente y se fue de la lengua en pleno agosto y claro.

Dos meses después se estrena por fin la obra. Entre el elenco no hay duda de que estaba lo mejorcito, Almadén, Ricardo y Montoya.

Sin embargo las críticas a la obra son demoledoras, acusan a Marchena de pretencioso y cantaor de fandanguillos. Y se ensañaron con el Niño con guasa: la puntilla. ¡Josú, señora, qué pena! dende que vimo la obrita que estrenó er Niño e Marchena.  Las cosas del marketing flamenco de los años veinte no quitan que Marchena sea un fenómeno del cante.

Sin embargo, alguien con tanto talento como Pepe Marchena no se daría por vencido en su intento de triunfar en el teatro. En los años veinte sus éxitos son sonados, cantando en solitario y con compañías en toda clase de locales, grabaciones de discos, películas y, sobre todo, su vieja aspiración de llevar el flamenco al teatro. Lo que en la historia del cante flamenco se conoce con el nombre de la «Opera Flamenca».

Pepe Marchena fue un personaje peculiar y único en el flamenco, aparte de la controversia que suscitó su irrupción en el cante por caminos ajenos a la ortodoxia.

Cuando están a punto de cumplirse los 40 años de la muerte del autoproclamado maestro de maestros, sus seguidores y fans siguen manteniendo viva la memoria y el recuerdo de José Tejada Martín. Como Rocio Márquez otra casi niña con sabiduría de vieja que cuatro décadas después ha vuelto a poner de moda el estilo del maestro. Lo importante de los mitos no es que nunca tropiecen, ni se equivoquen, sino que perduren en el tiempo. A dia de hoy no hay mayor mito viviente en Marchena que José Tejada Martín, Niño de Marchena.

Rocio Marquez caracterizada como Niño de Marchena frente a su tumba.