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Cuatro mujeres de Arahal llenarán de coplas el Teatro Municipal en mayo

 

C.GONZÁLEZ

Fotos: C. RAMÍREZ

Cuatro mujeres que son la historia actual de la copla en Arahal se han unido para que en el Teatro Municipal suene María de la O, La Emperaora, Silencio por un torero o Tatuajes, para que se llene con el quejío de letras eternas. Un espectáculo presentado por Antonio Rodríguez que hablará al compás de sus voces. Previsto para los días 6 y 7 de mayo. «Copla, clavel y carmín» es el título, la orquesta de Fran Rivero pondrá la música.

 

Foto: C.R.

Todas cantan desde que no tenían edad ni para hablar. Todas tienen recuerdos sobre el sabor del éxito. Todas perdieron el miedo al escenario, que no el respeto, para cantar letras de siempre, aquellas que sonaban en las calles, de amor y desamor, de penas y alegrías, de valor y cobardía. Antónimos que convierten en poemas sus canciones y que de seguro, esos dos días sonarán a canción de cuna, a recuerdos de juventud, a primeros amores, desdichas y olvido. Por eso el presentador Antonio Rodríguez hablará a su compás, convirtiendo la presentación del espectáculo en un recorrido por la historia de la copla en los pueblos.

Magdalena Núñez (44 años), Ana María González (41), Salomé Gómez (40) y Margarita Vera (25) serán las estrellas de esas dos noches. Cada una trae consigo una historia, las tres más igualadas en edad, han compartido experiencias de vida coplera y escenarios en diferentes puntos de Andalucía y fuera.

Cuando nació Magdalena Núñez traía de fábrica ya la voz y entonación, el compás y arranque. «Me quitaba la chupa y cantaba, con mi media voz, Sanmamora llora y llora po incones«. Su abuelo tuvo dos hijos, uno guitarrista, Pepe el de Los Cabales, y otro cantaor, Francisco. En el reparto de los genes se llevó la vena del cante, la auténtica. Influyó tanto que pocas cosas la entretenían que no fueran cantar y buscar el escenario. «Mi madre me tenía que meter la teta cuando acompañábamos a mi padre al Concurso Nacional de Cante Payo que se celebrara en Marchena, para imitadores Pepe Marchena, su anfitrión», cuenta la sucesora de la familia Núñez.

Magdalena ha pasado también por concurso, uno de ellos el de La Copla, al igual que Ana María, pero si tiene que escoger un recuerdo lo encuentra en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira hasta donde fue a cantar y «en la mitad de la canción ya comenzaron a aplaudir, no me había pasado nunca». Y, lo mejor llegó cuando acabó: «Se me acercó una italiana para decirme que por una hora se había sentido libre».

Para Ana María González la sangre fue también condicionante. «Mi abuelo Roque Portillo era saetero», dice. Y ella de pequeña se envolvía en una sábana y cogía un cepillo del pelo para simular un micrófono (la misma anécdota cuenta Margarita Vera, la benjamina del grupo). Su semblante recuerda a sus predecesoras, mujer con empaque y presencia que pisa con fuerza cuando sube al escenario, mujer con semblante dulce y pocas vueltas en el decir.

Foto: C.R.

Ana María vive en el Arache, orgullosa de su barrio, compartió inicios con Salomé Gómez en el Coro Rociero Santa María Magdalena, de al menos 20 voces o quizás más, la memoria ya confunde años y recuerdos. Lo cierto es que de este coro salieron dos voces en busca de nuevos escenarios.

Ana María inició su andadura en la academia que el Maestro Moradiellos (fallecido en 2001) tenía en el barrio de León. Allí quizás cantara algunas composiciones del Maestro como «A mi Triana», «Una jaca cartujana» o «Qué cosas tiene el amor». No fue su única formación, después llegó hasta la academia de Adelita Domingo y el Maestro Roncales.

Precisamente en la Academia de Adelita Domingo coincidió con las que hoy son dos compañeras de escenario, Salomé Gómez y Magdalena Núñez. Y con ellas participó en Sevilla y La Copla, certamen que se celebraba en el Teatro Lope de Vega. Ninguna trayectoria de la copla es nada sin su paso por Radio y Televisión y este paso ha marcado también la vida de cuatro mujeres arahalense, hasta la de Margarita que por su edad ha tenido menos tiempo de pisar tablas y platós. Ana María guarda también en las estanterías numerosos premios, entre los que destaca el Segundo Premio Nacional de Copla (Madrid).

Sin revelar un secreto

Salomé Gómez se prueba un traje en la tienda que lleva su nombre. No hay descripción para no revelar ningún secreto, la caída de la tela es solo una parte de su belleza. Los nervios están a flor de piel, a dos semanas del espectáculo. Su amor por la copla experimentó a partir de los 18 años un ritmo de estrella.

Salomé recorrió tantos programas de televisión y radio que el ritmo se convirtió en ascendente a golpe de títulos de la historia televisiva de esa época. «Trampolín» (Telecinco), «Noches de Gloria» (Canal Sur TV con María Vidal), Concurso de María del Monte (Canal Sur Radio), «Tu gran día» (TVE), Te amadrino y El camarote (Canal Sur TV) y Suspiros de España (Canal Sur Radio).

En esta misma línea sigue Margarita Vera. 25 años y ya tiene infinidad de recuerdos que contar sobre sus cantes. Uno de los primeros la sitúa montada en un balcón que cae sobre la Parroquia Santa María Magdalena, por la mañana, viendo venir a Jesús Nazareno. «Era tan pequeña que escuchaba mi voz pero costaba saber donde estaba, allí agarrada a los balcones», explica.

 

La pequeña del grupo también ha tenido su propio recorrido televisivo, de forma que completa los últimos años de la historia de la televisión que empezaron sus compañeras.

«Veo veo»  y «Cerca de ti» (Canal Sur TV), «Menudas Estrellas» (Antena 3), «La tarde, aquí y ahora», programa de Mar Vega donde fue de invitada, y EuroJunior de la 1 de TVE.  Es la primera de su familia a la que no le da miedo subirse al escenario: «Mi madre y mi tía también cantan y mi abuelo es saetero» cuenta, pero de puertas para dentro, «les da vergüenza hacerlo en público».

 

 

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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