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Leopoldo de la Maza: «Las críticas al mundo del toro tienen un componente político no animalista»

El conde de la Maza regenta el cortijo Arenales, casi íntegramente en término municipal de Morón, con 600 cabezas de ganado, toros de lidia

C. GONZÁLEZ. Morón de la Frontera

El complicado mundo de los toros está en decadencia y el conde de la Maza, Leopoldo de la Maza Ybarra (58 años), asegura que esta situación tiene «un componente político, quieren eliminar una de las identidades de España como país». Cada día en el cortijo Arenales, con 2.700 hectáreas, pastan casi 600 cabezas de ganado, principalmente toros destinados para la lidia en las principales plazas de España y Francia.

 

Leopoldo de la Maza Ybarra, conde de la Maza. Foto: AION.

«El mundo de toro está mal y es muy complicado y no por culpa del toro, sino por un componente político que acabará con su crianza» dice el conde de la Maza. Para él este mundo supone mantener una dehesa mediterránea, puestos de trabajo en torno a la fiesta y al trabajo en el campo. «Las críticas no son animalistas, quién sabe lo que siente un toro, quieren que desaparezca la fiesta taurina porque es una de las identidades de España», asegura.

La familia lleva tres generaciones criando toros bravos. Su abuelo, Leopoldo de la Maza Gutiérrez, vivía en Utrera y comenzó a comprar las tierras que rodean el cortijo Aranales, el edificio de la Hacienda, en la puerta de entrada, mantiene una fecha en azulejos que dicen que el edificio data de 1923. Pero las tierras y su labor fueron anteriores a esta época, de hecho aún se conservan carteles de Festejos de 1920 en toda la zona, Utrera, Morón, Los Molares, donde se anuncian toros del Conde de la Maza.

La crianza del toro es dura y muy larga. «No se lidian hasta que no tienen 4 años y criarlos es caro y arriesgado, aquí no hay días festivos, el ganado hay que atenderlo a diario», dice el empresario. El conde de la Maza ha trabajado en Londres y viajado por muchos países por su condición de militar. Dice que «fuera del país identifican a España con los toros, cuando les decía que me dedicaba a su crianza empezaban a preguntar por curiosidad».

Finca Cortijo Arenales. Foto: AION.

Para este empresario de la nobleza andaluza, el mundo del toro mueve una parte importante de la economía del país y, además, ayuda a conservar la riqueza natural de muchas zonas en España porque para criar a este animal hacen falta muchas hectáreas de dehesa. «Solo en Andalucía hay 150.000 hectáreas de dehesa y la actividad taurina supone el 1,2% del Producto Interior Bruto (PIB), eso suponen muchos trabajos directos e indirectos», explica. En el cortijo Arenales trabajan todo el año fijas 24 personas, más los puestos de trabajos indirectos que mueve este sector. «No solo las corridas, sino el que hace las banderillas, doma a los caballos, quien confecciona los petos y los trajes de toreros, las alambradas para acotar la dehesa, el pienso, entre otros muchos», concreta.

Para el conde de la Maza, acabar con el mundo del toro es hacerlo con festejos en los que se mueve mucho dinero. «Solo la Feria de San Isidro de Madrid genera 500 millones de euros en un mes, ¿qué feria mueve este dinero en España?¿Qué espectáculo en España reúne a 22.000 personas en una plaza? En España los políticos han acabado con la minería y acabarán con el toro». Manifiesta ser muy pesimista de cara al futuro, «solo quedará como un tema residual en Madrid, Pamplona o Bilbao, poco más».

Y asegura que cuando el toro desaparezca, las tierras se convertirán a la agricultura o se buscarán otras opciones, como de hecho ya hacen, mantienen visitas turísticas a la finca, lugar para celebraciones o arrendamiento para el montaje de placas solares, una amplia zona que desemboca en la carretera Arahal/El Coronil ya se dedica a este fin.

Vínculo con la ciudad del Gallo

Leopoldo de la Maza es militar, en excedencia desde el 2002, cuando murió su padre, Leopoldo Sainz de la Maza, el que fuera alcalde de Morón de la Frontera (1927-2002), desde 1976 a 1993, primero a la muerte de Franco, después con mayoría absoluta tras las elecciones municipales de 1979 encabezando la lista de la UCD. El vínculo con la ciudad del Gallo continúa también gracias a su madre, Victoria Ybarra (1936-2015), también fue la más votada en las municipales de 1987, encabezando la lista de Alianza Popular. El matrimonio tuvo siete hijos Leopoldo, Cristina, Victoria, Almudena, Ignacio, Silvia y Micaela.

Leopoldo de la Maza en su finca. Foto: AION.

El cortijo de Arenales está en la carretera A-360, Km. 35,5, termino municipal de Morón de la Frontera, excepto una pequeña parte que pertenece al término de Arahal. Conforme entra el visitante, se puede apreciar una gran dehesa y tierras de labor a un lado y otro de la carretera. Encinas, pinares, chumberas, eucaliptos, matorral mediterráneo y fauna salvaje formada por gamos, muflones, cigüeñas, buitres, liebres y caballos en libertad. La finca está minada de conejos y liebres hasta el punto de que no se asustan de los coches que pasan a menos de un metro, parecen domesticados. También las perdices se posan en el campo junto a los toros que a primera hora de la mañana ya buscan la sombra.

Además de la casa principal, hay caballerizas y una antigua plaza de tientas junto a la que hoy, en un cercado, se encontraban las ovejas de la finca. Leopoldo de la Maza cuenta que fue la primera hacienda de estas características que se emplea a las distintas celebraciones. Fueron anfitriones de la infanta Elena en su despedida de soltera en 1995, la pareja siempre mantuvo una relación muy estrecha con la Familia Real Española: la madre del conde de la Maza era dama de compañía de la reina Victoria Eugenia, abuela del rey Juan Carlos I, y en su luna de miel fueron a visitarla a Lausanna.

Hoy el hijo mayor del matrimonio vive la mitad de la semana en Madrid y la otra en este cortijo, uno de los más famosos de la provincia de Sevilla. Los días que está aquí, cuenta en su página web, se levanta muy temprano para dar la primera vuelta al campo y hablar con el encargado de la finca, el día los pasa entre una labor de revisión y otra y resolviendo problemas que se puedan presentar «que nunca faltan como en cualquier empresa» dice a Arahal Información. Está seguro de que los ecologistas que defienden la desaparición del toro «no saben lo que es ésto solo juegan con el dinero de otros».

En el camino de vuelta, los toros siguen pastando ajenos a los problemas que crea una tradición mantenida por años y de la que son protagonistas, quizás sin pretenderlo ni saberlo. Los criados dicen que desaparecerán cuando no puedan ser lidiados en la plazas y, con ellos, estas hermosas dehesas.

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