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Salud

Cocina para todos: Leche frita sin restricciones

Pilar M. Labella, experta en Cocina Sin.

Típico de Carnaval, Cuaresma y Semana Santa. Es un dulce clásico español y está presente en las recetas de la mayoría de las familias españolas. Aunque de este dulce poco se sabe, ni de dónde procede, se dice que surgió en Palencia y más tarde se fue preparando en otras zonas del país. 

En mi casa se preparaba a veces, no tenía por qué ser en Carnaval, Cuaresma o Semana Santa. La encargada era mi madrina, mi tía Rosario. A ella le encantaba la cocina, pero como repostera era de matrícula. La leche frita era uno de esos postres que por mucha cantidad que hacía, rara vez sobraba para el día siguiente. 

Hoy os presento la receta que se preparaba en mi casa, que además es con una harina que nos permite al colectivo celíaco disfrutar de este dulce. Es verdad que se puede preparar con otras harinas y otros mixes, pero Maizena nunca falla. Yo recuerdo ver Maizena en la cocina de mis abuelas y de mi madre, desde pequeña. Quien me iba a decir que hoy en día, sería mi mejor aliada para cremas, dulces y panes. A mí, me ganó hace tiempo.

Ingredientes 

Para la masa

70 g de Maizena 

600 gr de leche 

100 g azúcar

1 rama de canela 

Para freír:

2 huevos M

Farina de Schär o Maizena, los dos tipos de harina nos valen

Aceite de girasol

Para rebozar

Azúcar en grano

Canela molida

Elaboración 

Podemos hacerlo de dos formas; al baño maría, mi preferida porque no se pega, o directamente al calor.

Ponemos en una olla 400 gr de leche, el azúcar y la canela. La ponemos a calentar y hacemos la infusión con la rama de canela. Sacamos la rama de canela y bajamos a fuego mínimo.

Mientras se hace la infusión vamos a poner en un bol el resto de la leche (200 gr) y añadimos la maizena. Hay que remover muy bien para que no nos queden grumos. 

Añadimos a la leche caliente la maizena que hemos disuelto, y mezclamos con unas varillas a fuego lento para que no se hagan los típicos grumos por el choque de temperaturas. Hay que remover lentamente hasta conseguir una textura comparable a una crema pastelera muy espesa o la masa de las croquetas. Realmente es una crema bechamel, pero dulce.

Cuando ya hemos conseguido esa textura, volcamos la masa en una fuente cuadrada que sea fácil de desmoldar después. Le vamos a poner un film a piel (film de plástico de cocina pegado a la masa) de esta manera no crea costra, ni se reseca, ni se agua de las gotas de vapor que se producen.

Hay que reposar y enfriar al menos una víspera, de esta manera nos aseguramos que está bien compacta para poder rebozarla y freírla.

Pasado el tiempo de reposo, sacamos la fuente del frigorífico. Y nos ponemos a preparar lo que necesitamos para freír y rebozar.

Ponemos una sartén a calentar con aceite de girasol, es más suave y no le aportara ningún cambio en el sabor. El calor debe estar al mínimo, solo necesitamos que coja un poco de temperatura mientras vamos haciendo el resto de pasos.

Ponemos una hoja de film de cocina en la mesa de trabajo, y desmoldamos la fuente con la masa. Ahora cortamos la masa en trozos, lo clásico con cuadrados de 4 x 4 cm, los cuales vamos a rebozar uno por uno, en la harina que hayamos elegido. Las vamos dejando en una fuente reservados.

Una vez que ya tenemos todos nuestros trozos enharinados, los vamos pasando al huevo batido y los vamos depositando en el aceite que teníamos calentando. Hay que freír por ambos lados. 

Cuando ya tengamos nuestros trozos con color doradito, sacamos la leche frita a una fuente con papel de cocina, para absorber el exceso de aceite.

Después los trozos se pasan por azúcar y canela que habíamos preparado antes. Y después de este paso los vamos a ir dejando en una fuente donde reposaran, hasta que hayan enfriado. 

Es mejor dejarla enfriar, estará más bueno, además soltará un jugo que se produce parecido al almíbar. Conviene guardar en el frio, dentro de un recipiente con tapa para que no se resequen los trozos.

Se pueden servir de muchas maneras. Solas, con nata y caramelo, con una natilla ligera en la superficie del plato y la leche frita encima… eso será a gusto de cada uno. Ya solo nos queda disfrutar de este pequeño manjar de temporada.

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