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Marchena

Cervantes y Marchena, una relación “impuesta” a finales del XVI

Cervantes y Marchena, una relación “impuesta” a finales del XVI

[hierros]

De Miguel de Cervantes Saavedra se sabe prácticamente todo. Se sabe que fue el escritor que cambió para siempre las letras en español, y se sabe que fue un recaudador de impuestos que se ganó así la vida durante buena parte de su madurez. En ese ámbito de su vida se encuentra su estancia en la localidad sevillana de Marchena, recopilada en un amplio estudio publicado con motivo de su 400 aniversario.

Ese informe de la biblioteca marchenera es muy completo. Recuerda que “Cervantes vivió, vagó y penó durante más de una década en la Andalucía de finales del siglo XVI. Desde 1587, Cervantes recorre Andalucía sin rumbo fijo, dedicado a otros menesteres bien distintos a las letras; recaudando impuestos o requisando trigo y aceite para la Armada Invencible. Viajando de pueblo en pueblo por Andalucía, conoció de primera mano a pícaros, malhechores, mercaderes, acaudalados, menesterosos, moriscos y gitanos que aparecerán después poblando su obra”.

Productora de trigo y aceituna de molino

En el caso de Marchena, queda documentado su paso por el pueblo a finales del siglo XVI. Era una de las principales villas productoras de trigo y aceituna de molino en la campiña sevillana, situada geográficamente en el discurrir de una de las principales vía de comunicación de la época que unía el centro con el sur peninsular, y a su vez, importantes ciudades y poblaciones como Córdoba, Écija, Carmona y Sevilla.

Uno de los documentos de la época firmados por Cervantes.

Por todo ello, la biblioteca marchenera ha querido reunir una buena parte de esa llamativa historia, con el fin de que los más jóvenes del pueblo, y la gente en general, sepa qué relación tuvo el padre de El Quijote con la actual Marchena. Pero, además, no hay que olvidar la obra que sobre él realizó el escultor marchenero Lorenzo Coullaut Valera, que sacó adelante inspirada en su figura una serie de obras irrepetibles.

Documentación

La idea de la biblioteca marchenera era divulgar y poner en valor la persona y la obra de Cervantes en el IV centenario de su muerte, ya que está acreditada la presencia de Miguel de Cervantes en Marchena a través de documentación manejada por el investigador José Fernando Alcaide Aguilar.

Entre otros legajos, se conserva el nombramiento de comisario a favor de Miguel  de  Cervantes hecho por  Antonio de Guevara, perteneciente al Consejo de Hacienda y Proveedor General  de  las  galeras de Su Majestad Católica, cuya misión era sacar  aceite  en  Marchena y con destino a Sevilla. Uno de los textos ese del 5 de septiembre de 1588. “Cargo a Miguel  de  Cervantes,  de  782  arrobas  de  aceite  que  recibió  de  Alonso Jiménez,  vecino  de  Marchena  junto  con  otros  más”, dice el documento, del que no  aparecen ni día ni mes en la fecha.

Más testimonios

También hay una relación jurada de Miguel de Cervantes sobre el aceite  que  sacó  de  Marchena y  Écija  en  el  año  de  1588. En ella aparece la firma autógrafa  del  escritor.

Además, “recepta o aceptación firmada de Juan de Tamayo en  ausencia del  pagador general  Agustín de Cetina sobre  la  comprobación de las cuentas  y  justificaciones dados por Cervantes del aceite sacado de Marchena y Écija para ser conducido a Sevilla”, firmado el 24 de noviembre  de 1592.

De estos y otros documentos, Alcaide Aguilar saca varias conclusiones, como su nombramiento específico como  comisario para sacar aceite de Marchena, una labor que desarrolló entre septiembre y noviembre de 1588, según los contratos de compra efectuados. Su  llegada  a  Marchena  se  produjo  como  consecuencia  de  no  haber  en  Écija el aceite necesario para abastecer la Armada  Real  por  lo  que  debió, “por  mandamiento de las autoridades reales, completar las adquisiciones en nuestro pueblo”. En aquel momento, debió  presentarse ante los alcaldes y regidores  del Concejo marchenero  con el  objetivo  de  que  le  facilitaran  su  trabajo tal como se describía en su nombramiento. Entonces, como cita el informe, realizó operaciones de compra ante el escribano marchenero Diego Gómez, prueba, entre otras, de su estancia.

Recaudación

Adquirió en todas  sus  gestiones marcheneras 1.518  arrobas  de  las  2.000  que se  le encargaron. Las cantidades salieron de siete  vendedores  de  la  localidad, a los cuales pagó a 10 reales la arroba y 28 maravedíes  por  el  transporte de cada una de ellas.

El amplio informe documenta que gestionó  desde  Marchena el transporte  de  las  mercancías hacia Sevilla, las cuales  tenían como  destino final Sanlúcar  de  Barrameda. Para  ello  contrató  a determinados arrieros de Marchena y otras poblaciones. Recibió 12 reales de sueldo  diario o salario por su trabajo, o sea, un poco más del valor de una arroba de Marchena.

“Sus  justificaciones contables no serían muy evidentes cuando  tuvo  que mostrarlas en un periodo largo comprendido entre 1588 y 1594. Marchena sólo ocupa la primera fecha  puesto que fue en este año donde realizó sus adquisiciones”, explica el mismo informe.

La influencia en la escultura

Como todo lo que tiene que con la cultura en Marchena, el escultor Lorenzo Coullaut Valera (1876-1932) fue un referente posteriormente a la hora de plasmar la figura del escritor. De sus manos salieron las figuras centrales del monumento ubicado en la Plaza de España de Madrid, “que se yergue majestuoso para rendir homenaje a Cervantes, a su obra y a la lengua y literatura castellana”.

La relación con ambos personajes comenzó en 1905 cuando con motivo del tercer centenario de la publicación del Quijote y en sesión celebrada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el 21 de noviembre de 1904, el académico José Ramón Mélida propuso la colocación de dos lápidas en los inmuebles donde estuvo ubicada la imprenta que regentaba el impresor Juan de la Cuesta, quien publicó a principios del año 1605 la primera edición del Quijote en la calle de Atocha, 87. La segunda parte de la obra se editó en 1615, pero la imprenta se había trasladado en 1609 a la cercana calle de San Eugenio, 7.

Concurso

El 12 de octubre de 1904, la Presidencia del Consejo de Ministros aprobó la propuesta de la Real Academia, que en enero de 1905 convocó un concurso, a tal efecto, citando que debería incluir una alegoría a la novela, el escudo de la imprenta, y la redacción del texto correspondería a la Academia Española.

Portada del estudio realizado por la biblioteca marchenera.

El concurso fue ganado por Lorenzo Coullaut Valera. El 9 de mayo de 1905 se descubrió la lápida, que decora la fachada principal del inmueble. Lápida rectangular diseñada a modo de retablo plateresco. En la parte superior aparece la figura de medio cuerpo de Miguel de Cervantes dentro de un medallón circular, vestido de época con gola y capa y con una pluma en su mano derecha.

Está dispuesto de forma que parece observar la escena que se desarrolla mas abajo. En el centro y en altorrelieve se desarrolla una escena en la que don Quijote, montado a caballo, con la lanza en la mano y acompañado de su escudero Sancho. A pie y tirando perezosamente del asno, salen de la imprenta. Su nombre aparece inscrito en una cartela: Imprenta Juan de la Cuesta. A su lado se ve una ventana con una reja de la época. Debajo del relieve figura la inscripción incisa: “Aquí estuvo la imprenta donde se hizo en 1604 la edición príncipe de la primera parte de El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, compuesta por Miguel de Cervantes Saavedra y publicada en mayo de 1605. Conmemoración MDCCCCV”. Es toda una obra de arte realizada por el escultor marchenero.

Inscripción

La lápida se remata por la parte inferior por dos tenantes. Sostienen en sus manos un ejemplar del Quijote. En su portada se reproduce «fielmente la de la edición de 1605.

La segunda parte de El Quijote se editó en 1615. Fue igualmente en la imprenta de Juan de la Cuesta. En aquel año, ya no se encontraba en Atocha. Estaba en un local situado en la confluencia de las calles de San Eugenio y Santa Isabel. Seguía en la capital de España. Una sencilla lápida rectangular, realizada en 1905 también por Coullaut, recuerda aquel momento. Lo hace con esta leyenda: “Cervantes y el Quijote en la obra del escultor marchenero Lorenzo Coullaut Valera. En el solar que ocupa esta casa, estuvo en el siglo XVII la imprenta de Juan de la Cuesta, donde se hizo en 1615 la edición príncipe de la segunda parte de El ingenioso caballero D. Quijote de La Mancha, escrita por Miguel de Cervantes Saavedra. Conmemoración en 1905”.

Periodista corresponsal de la Agencia EFE, El Correo de Andalucía, eldiario.es... entre otros medios. Cubre principalmente Huelva y Sevilla en varios medios radiofónicos y prensa digital.

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