Casi 2.000 estepeños se echan a la calle por un pueblo seguro y sin miedo

Casi 2.000 estepeños se echan a la calle por un pueblo «seguro y sin miedo». Piden más seguridad y no están dispuestos a perder su derecho a vivir tranquilos y permitir estos los actos violentos que se han registrado en el último mes.

La convocatoria partió de los comerciantes pero se la ha unido el resto de la población de Estepa. Casi 2000 vecinos se ha manifestado en la tarde de este sábado, 26 de enero, por las calles de la localidad pidiendo más seguridad, después de que en los últimos meses se dieran dos casos de robo con violencia, uno de ellos tuvo como resultado un hombre herido grave.

La manifestación partió de la puerta del Ayuntamiento de Estepa después de que los allí concentrados guardaran un minuto de silencio por la muerte de Julen Roselló, el niño que cayó en un pozo en el término de Totalán (Málaga) y cuyo cuerpo ha sido localizado 13 días después en un rescate sin precedentes.

Presentes familiares de las víctimas

Los manifestantes portaban varias pancartas en las que reclamaban vivir «sin miedo». Bajaron por calle Santa Ana hasta conectar con la Avenida de Andalucía, mientras muchos vecinos se sumaban a la marcha ciudadana. En cabeza iban el alcalde de la localidad, Antonio Jesús Muñoz, y parte de la corporación, además de los representantes del sector comercial.

Además, estuvo presente la familia de Sara Padilla Fernández y Antonio Fernández Páez, las dos personas agredidas el 22 de diciembre y durante la madrugada del 3 enero por unos asaltantes que intentaban robar en sus negocios.

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Antes de llegar al lugar que ponía fin a la manifestación -el monumento de la estepeña elaborando mantecados que recibe al visitante en una de las accesos a la localidad por la A92-, los participantes se pararon junto al bar Nueva Venta, en cuya vivienda situada en el piso alto fue donde agredieron a Antonio Fernández y lo dejaron mal herido.

Por eso, cuando llegó la hora de los discursos, una sobrina, Carmen Lucía, reclamó justicia para su familia. «Hace tres semanas le robaron a mi tío todos sus derechos de una manera cruel y atroz, las dolencias físicas sanarán con los días pero las psíquicas son casi irreparables», dijo. Para preguntarse «quién o quiénes deben pagar por todo».

Carmen Lucía aseguro que «no arrestar al que debió ser retenido genera impunidad» y ésto, a su vez, «violencia traducida en venganza». Pero ella hizo un llamamiento a que Estepa siga siendo como hasta ahora «un pueblo de gente sencilla, humilde y sana, no manchemos el nombre del pueblo con rabia». Aun así reclamó salir a la calle «día tras día, unidos» para trabajar junto por el progreso.

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En ese sentido se pronunció también el alcalde diciendo que estos dos ciudadanos de Estepa «han visto privada su libertad y han sufrido el ataque violento de un criminal que simplemente no sabe vivir en la sociedad». A su vez recalcó que esta ciudad «tiene las puertas abiertas a toda persona que respete nuestra convivencia y nuestro modo de vida, costumbres y, sobre todo, que respete al estepeño».

En declaraciones a AIONsur, Antonio Jesús Muñoz, apunta que según los datos de la subdelegación del Gobierno, el índice de criminalidad en Estepa está por debajo de la media comarcal y provincial. E indica que el municipio está dentro de la ratio de agentes de la policía local recomendada por la Federación Española de Municipios y Provincias, tienes 18 agentes para poco más de 12.000 habitantes.

Pero han reforzado la seguridad en las calles con la instalación de videovigilancia que ayudará «a controlar el tráfico y de paso estará a disposición de las fuerzas de seguridad si ocurre algún incidente». Además está en proceso nuevas plazas de policía en el municipio.

La representante de los comerciantes, Isabel Pérez, insistió en pedir más seguridad para el pueblo, y concretó diciendo que querían tener el cuartel  de la Guardia Civil abierto «como antes, 24 horas, como antes».