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Caminar por la vida puntada a puntada

Francisco Jesús Montes y Juan David Martín tienen en Torreblanca su taller de costura en el que la labor artesana es ley en cada prenda

C.G.

Sevilla

Llegar al taller de Francisco Jesús Montes y Juan David Martín es entrar en un barrio de Sevilla con connotaciones negativas, pero ellos han conseguido crear un oasis para la creatividad de puertas para dentro. Se dedican desde 2011 al diseño y a la costura, como antiguamente, a mano, puntada a puntada. Y aún con la crisis danzando en los mercados y en las economías domésticas, resistieron. Ahora, uno de sus proyectos es buscar un hueco en otro barrio, más a mano de todo y de todos. Pero a pesar del tiempo que ya pueden contar como experiencia, sólo tienen 25 años y toda una vida para conquistar los armarios de sus clientas.

Antes de continuar, decir para situar al lector, que el nombre comercial de este taller no es otro que el de Francisco Alegre, aunque el trabajo no sería posible nunca sin David. Francisco es el clásico y práctico, David el creativo, un tándem que empezó hace al menos 8 años cuando ambos coincidieron estudiando diseño. Comenzaron por la base, saber manejar la aguja. Y lo consiguieron hasta el punto de que si le das la vuelta a cualquiera de sus prendas, verás que apenas se distinguen del derecho, signo de profesionalidad al igual que un buen planchado.

Estudiaron todo: patronaje, confección, historia del arte, historia de la moda. Para compaginar estilos. ‘Si estuviera solo, acabaría diseñando trajes clásicos, David le da el punto creativo, el punto que a la gente le gusta’. David es el perfeccionista, lleva a rajatabla esa frase de las abuelas que decía: ‘Más vale dolor de mano que de corazón’. ‘Una novia vino a recoger su vestido y, cuando ya estaba en la calle para irse, le dije, entra que te voy a cambiar las mangas, no me gustaban y no podía dejarla irse así’, explica David.

Ambos estaban destinados a dedicarse a esta profesión. En sus familias han vivido la costura como algo natural. David dice que cuando era pequeño y llegaba del colegio antes de ver ‘dibujitos’, veía los desfiles de moda. Su abuela era costurera y su madre siempre ha cortado y confeccionado. El olor de la tela recién cortada, el sobrehilado, la máquina sonando de fondo, son los momentos más entrañables de su infancia.

El taller está instalado en una nave en la Avenida Pero Mingo del barrio sevillano de Torreblanca. Su nombre tiene connotaciones negativas, pero es donde Juan David Martín se ha criado. Junto con su compañero trabajan por la mañana en una empresa familiar del sector de alimentación. Pero la tarde es de ambos. En el taller reciben a sus clientas y declaran que son incapaces de empezar a cortar la tela sin antes hablar un buen rato. ‘Un café, un vistazo a las revistas de moda, conocer esa primera idea que traen y comenzamos a trabajar’, dicen. Cuando salen ‘van más contentas que cuando entran, aunque haya cambiado su idea’.

Para Francisco el diseño parte de ‘que cada uno este contento consigo mismo, si la persona no tiene esa actitud, es imposible que le haga un traje, yo siempre les digo que lo importante es la persona, lo demás es tela’. Con 25 años tienen claro que no quieren ser conocidos por quienes son ‘sino por lo que hacemos, por nuestro trabajo’. Por eso, sobre todo David, huye de las redes sociales. Aunque van a fiestas y presentaciones a la que son invitados, lo importante es aprender para después plasmar.

No tienen edad para tanta responsabilidad, reconocen que debería estar tomando litronas en el parque. Sin embargo, ya saben lo que es tener que arreglárselas con poco dinero, pelear contra los ilegales de la única forma posible: haciendo un trabajo mejor, más duradero y muy cuidado. Y ir por derecho. Hay una frase que Francisco extrae de una canción de Joaquín Sabina para definirse: ‘Como pago al contado, nunca me falta un beso’. Es la ley que los dirige. Esta es la razón por la que les auguran un buen futuro, porque la honestidad debe todavía tener su espacio, incluso en estos mundos donde hay tantos intereses creados.

 

Dos fechas son las más temidas y deseadas: dos semanas antes de la Feria de Abril de Sevilla y dos semanas antes de la Feria de Arahal. Para esta última, se emplean con devoción ‘porque Arahal nos ha dado mucho’. El día de la Coronación de la Reina del Verdeo lo tienen señalado en el calendario. Varios años seguidos han vestido a Reinas y algunas damas, con trajes que impresionaron a la vez que emocionaron. Por eso ellos no faltan desde que la corte llega a la puerta del Ayuntamiento de Arahal, aunque antes ya van a ayudar a vestir y colocar el traje a sus clientas. Volantes, pedrería, encajes, lunares, telas que cuando cae la noche parecen de un color distinto, todo conjugado con la personalidad de quien los lleva puesto.

Ahora toca seguir adelante y decirles que no sólo visten a flamencas, también diseñan cualquier diseño para bodas y fiestas, para celebraciones por sencillas que sean. En estos días acaban los trajes para la temporada del Tablao Embrujo de Sevilla donde baila Emilio El Duende y su grupo, de Arahal. Y también están con el traje de la cataora Erika Leiva, para su próxima actuación en el Lope de Vega en noviembre.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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