Borbolla, el eterno

Los clásicos del PSOE andaluz siguen teniendo la misma fuerza de antaño, y los recuerdos de épocas pasadas siguen siendo una buena parte del poder de este partido, o al menos así lo quieren transmitir con actos como el de hoy, con la proclamación de Susana Díaz como candidata a la presidencia de la Junta.

En ese acto, la presencia de José Rodríguez de la Borbolla, el sempiterno ‘Pepote’ ha sido tan relevante que hasta ha ocupado la presidencia de la mesa del Comité Director que se ha celebrado en un salón de un hotel sevillano tan lleno que hasta parte del público se ha “disfrazado” de periodista para poder seguir el acto en vivo.

Que Pepote sigue siendo un referente a nadie se le escapa. A sus 71 años, hace ya 28 que dejó de ser presidente de la Junta de Andalucía, en esa época en la que el PSOE andaluz decidió llamar con apelativos a sus cargos públicos para darle sensación de cercanía ante la gente.

Manolo y Pepe

De aquellos días se ha heredado el Manolo para Manuel Chaves, o el Pepe para José Antonio Griñán -ilustres ausentes en el acto de hoy- y de aquellos días ha recordado Borbolla cómo “cuando dejé de ser presidente, la gente nos invitaba a actos aunque ya no tenía sex appeal, sólo ex appel”.

Pero antes de eso, el día deja muchas imágenes, que cronológicamente, se iniciaban con los casi diez minutos que Susana Díaz ha tardado en llegar desde su aparcamiento al hotel, donde lo periodistas la esperaban para sacarle sus primeras impresiones, que ella soltaba casi con monosílabos, mientras les decía “me voy padentro”.

No se ha ido “padentro” del tirón, sino que antes de meterse en una sala en la que ha esperado una media hora el inicio del acto, ha saludado a los tres recepcionistas del hotel que estaban de turno, ha respondido precipitadamente a una pregunta más y no ha contestado si le va a explicar a Pedro Sánchez cómo ganar unas elecciones.

La pregunta la lanzaba un reportero de La Sexta, que ha entrevistado a varios cargos socialistas desde una hora antes del inicio de la reunión, pero que no ha sido capaz de sacar una frase al portavoz socialista en el Parlamento, Mario Jiménez, que, como muchos, ha preferido no restar protagonismo al encumbramiento de la presidenta andaluza como candidata.

Eso, en la puerta principal del hotel, por la que no ha pasado Pedro Sánchez, que ha eludido a los periodistas entrando por una puerta secundaria para no responder preguntas previas al acto, y que sólo ha tenido contacto con nada que no fuese el escenario para saludar a los militantes y hacerse selfies al final del discurso de la presidenta.

Y es que ha sido lo que en el PSOE se define como un “comité abierto”, lo que implicaba que casi cualquier militante pudiera acceder a un salón que pasaba y mucho de su aforo normal, tapando incluso los monitores pensados para que los periodistas pudieran seguir de cerca los discursos.

Ha sido un acto en el que Susana Díaz ha dado el guiño que casi nunca le falta al mundo rural, a los pueblos, con alcaldesas como la de la localidad sevillana de Marchena, María del Mar Romero, atenta desde el auditorio, saludando al final del acto al más municipalista de los asistentes, el presidente de la Diputación de Sevilla y de la FAMP, Fernando Rodríguez Villalobos: “A Susana se le ha notado mucha ilusión en el discurso”, explicaba Villalobos en los pasillos de salida del acto.

Voz quebrada

A la presidenta andaluza se le ha quebrado la voz al final del acto. Ha querido soltar demasiados mensajes juntos ante los aplausos que la tapaban. No ha hablado de sondeos, de perspectivas de voto ni de posibles pactos, de hecho ningún partido admite en campaña que pactaría con el de enfrente si le faltan votos.

Sí ha repetido en varias ocasiones mensajes concretos: “El PSOE andaluz es la banda ancha”, o ha ha reiterado la palabra “cenizos” para referirse a los que vaticinan que los socialistas perderán las elecciones, y hasta ha recordado a Pedro Sánchez que, aunque parece que ya se han hecho amigos para siempre, él “sabe bien cómo puedo defender a Andalucía”.

“Susana, estoy contigo, estamos todos contigo”, repetía Sánchez en su discurso, en un acto que hay que leer entre líneas mirando al futuro del PSOE andaluz, con caras muy jóvenes a la espalda de los discursos, como la onubense María Márquez, que cada día gana más peso en su partido.